Bogotá, octubre 8 de 2017.
Regresó de Londres...
Veni, Vidi, Vici.
Vean Uds. cómo pasa el tiempo, durante el ciclopaseo que hicimos a Boyacá en junio del año pasado despedimos a nuestro compañero Javier Eliécer Pirateque Niño, quien viajó un mes después a Inglaterra para hacer una especialización patrocinada por el Banco de la República. Pues ya terminó su especialización y hoy se reintegró al Grupo, con muchas ganas de continuar compartiendo con nosotros su afición por el ciclismo, esa que lleva en su sangre como buen boyacense.

Cuando viajó se llevó a Londres su bici blanca de aluminio con la cual nos daba sopa y seco, la dejó en el parqueadero de la Universidad con un seguro, al regreso solo encontró la rueda delantera, comprobó que el problema del robo de bicis no es solo propio de nuestro país, por allá también se cuecen habas sumercé. Hoy llegó estrenado una GW negra con la cual nos ganó sobrado en la subida al Alto del Sisga.
Bienvenido Javi. Advertimos al gallinero de la categoría A que ha regresado otro joven gallo (28 años) quien le dará qué hacer a Giaco, a Fabio y a Camilo y seguramente pondrá en aprietos a Jacinto, a Willy y a Mao. Hoy sin mucha competencia Vinó, vió, y venció (Veni, Vidi, Vici).
Nuestro día ciclístico comenzó en El Rincón de Carola, un sitio de encuentro que se volvió famoso; desde muy temprano se llena con cientos de ciclistas y vehículos. Allí uno disfruta dándole de comer al ojo, aquello parece una feria internacional de ciclismo, los últimos modelos en bicis de todas las marcas famosas, porta bicis de todo tipo; además es una verdadera pasarela de la moda los ciclistas lucen lo más novedoso en cascos, gafas, zapatillas y prendas deportivas, Santini, RiGo, Castelli, ahora entiendo a Fabio, uno se siente la cenicienta con nuestras camisetas y Lycras “Pulgarini”; una buena cantidad de pedalistas portan orgullosos las camisetas con las cuales prueban que han participado en las Gran Fondo. Por supuesto la cereza en el postre son las bellas ciclistas que desfilan por el parqueadero, Melki que no conocía el sitio quedó embelesado no sabía si mirar, carros, bicis o “monas”.
La mayoría de esos ciclistas hacen parte de la generación llamada “Milennials”, nacidos después de 1980, que se ha motivado por los triunfos del Chavito, de Nairo y de Rigo y como lo mencionaba por la proliferación de pruebas tipo Gran Fondo. Ninguno de ellos, ni Camilo ni Javi entenderán que los de la generación de los 50s, 60s y 70s, usábamos cascos de tiras de cuero, pedales de canastilla que se amarraban con correas y llevábamos un inflador de casi medio metro bajo la barra horizontal del marco. Todo cambia.

Vea Ud. que los Milennials si madrugan, justo cuando la pasarela quedaba vacía estaban apenas llegando los CicloBReres. Hoy nos concentramos allí en Carola solo doce pedalistas (), incluido Víctor quien llegó acompañado de su esposa Elizabeth con viandas para todos los ciclistas. Gracias a Víctor y a su esposa por los refrigerios, la efectiva labor de acompañamiento y su colaboración como reportero gráfico.

Geoffre llegó sobre el tiempo, pero afortunadamente hoy no había quien tuviera afán de partir así que lo esperamos sin problema. Definitivamente es difícil lograr las salidas a las 7:30 a.m. así que lo mejor será tener paciencia y relajarnos, al final qué más dan 20 0 30 minutos más, mejor dicho esas uvas están verdes. I give up, se hizo lo que se pudo.
Partimos rumbo a Sesquilé y Sisga bajo un cielo completamente azul en un esplendoroso día. Pasamos Hato Grande, les puedo asegurar, que la velocidad promedio no superaba los 28 o 30 kmts, vi que Alberto incluso bostezaba, nadie parecía interesado en jalar el lote. Entonces en unos segundos todo cambió, la velocidad pasó de los 35 k/hora, de repente todos querían llegar a la cabeza del lote y jalar, esto parecía una prueba de relevos. Definitivamente algo extraño ocurría adelante, así que yo, tradicional habitante de la retaguardia del lote decidí, bajar un cambio y acelerar para investigar porqué aceleró ese grupito de once Verdillos quienes unos pocos minutos antes marchaban a un ritmo aburrido, ahora todos sonreían. Ameritaba investigar la causa del cambio.
Al llegar a la parte delantera del grupo, por razones que saltaban a la vista, me di cuenta cuál era la causa del cambio repentino.

Una esbelta jovencita nos pasó unos dos kmts antes de Briceño, se puso al frente del grupo como la velocidad que llevaba era mayor a la nuestra trató de dejarnos atrás, pero de inmediato su rueda funcionó como un poderoso imán, en segundos todos querían seguirla; curiosamente fijaban la vista en la parte posterior de su pantaloneta negra Safetti como buscando alguna publicidad impresa en caracteres pequeños. Como parte de la investigación y solo por curiosidad científica, hice un gran esfuerzo para detallarla y así pude comprobar que su pantaloneta no tenía ningún tipo de leyenda en esa parte, así que me imagino entonces que mis colegas querían admirar la calidad de la Lycra y lo bien que le hormaba. Digo yo, pues de otra manera no se explicaría como Molanito, Marcolino, William, Guillermo y hasta Pachito se disputaban la punta del lote para acompañar unos minutos a la niña, buscando cualquier pretexto para hacerle conversación: "¿Hola como estas?". "¿Hasta dónde vas?", etc. etc.
Le pasé la cámara a Alberto Rivera y durante varios kmts, como en un casting en pleno recorrido se dedicó a hacer tomas de la jovencita y de sus animados acompañantes Verdillos, casi acaba el rollo.

Pasamos Tocancipá y Gachancipá siempre guiados por la esbelta líder. Pasando el peaje apretó el paso en el repecho del Roble y nos obligó a ajustar la relación de montaña, nadie quería “dejarse”, les cuento que nos tocó esforzarnos para que nos nos sacara ventaja, nos salvó el recurso del “orgullo masculino". A. Rivera tal vez presentía que la niña nos pondría en aprietos durante la subida al Sisga así que aprovechó la bajada hacia Sesquilé, aplicó toda la potencia y la técnica para tomarnos una buena ventaja, este imprevisto arranque desarticuló el lote; finalmente Javi, Guillermo y yo pudimos alcanzarlo justo cuando iniciaba la subida.

Antes del primer repecho duro Javi aceleró su GW y comenzó a perderse en el horizonte hasta volverse un pequeño puntito Verdillo, solo lo volvimos a ver en la cima del Sisga, en donde pudo contemplar el “reguero” de Verdillos que quedó tras su apretón.
Al llegar a la cumbre del Sisga esperé en vano el paso de la nueva amiga del camino, tenía interés en conversar con aquella niña que nos acompañó, una excelente ejemplar de la generación Milennials, pero me comentaron que había parado en Sesquilé, venía haciendo un plan específico por pulsaciones que aún no le permitía afrontar subidas como El Sisga. Lástima ya tenía lista la tarjeta de CicloBR; esperamos que surta efecto la invitación que le hicieron para que ingrese a nuestra web y lea este relato a ver si se le mide a reforzar el diezmado grupo de damas de CicloBR.
Otro que se quedó por allí y regresó solo fue Pachito, aún no se siente con fuerza para afrontar un Sisga.
Al regreso tocó a “palo seco”, pues desafortunadamente cerraron nuestro habitual punto de hidratación la panadería “Aquí Paran por pan”, parece que no aguantó al crisis económica. Alberto Rivera volvió a emplear su turbo en bajada, nos tomó la ventaja suficiente para llegar en solitario a Carola y partir de inmediato para su casa con Pachito.
Hasta Gachancipá el paso fue suave, me imaginaba que estaban esperanzados en que apareciera otra Milennials, pero en vista de que no llegó, Willy Duarte pasó a conducir el lote a 45 por hora, nos trajo a ese ritmo hasta Briceño. Como en el ciclismo no hay compasión con el que jala un lote, en los 5 kmts finales "pusieron", bueno mejor dicho pusimos el odómetro a 50 y 52, William no aguantó el corrientazo, ya había trabajado mucho tiempo y venía mermado. Por supuesto el lote que había venido compacto se desintegró a falta de un kmt. La verdad yo no supe quien apretó, pues pasó un grupito de ciclistas que estaban en competencia y con Guillermo logramos cogerles rueda durante un breve lapso, el suficiente para tomar ventaja sobre nuestros compañeros.
Arribamos a Carola a las 11 de la mañana por lo cual pudimos disfrutar de una agradable tertulia de una hora, como ven había mucha tela que cortar.
Les deseamos una Feliz semana.
Lamentamos el fallecimiento de Jaime Alirio González hermano de Nobile y Eduardo.
|