Despedida y cierre de calendario ciclístico 2017. Mariquita. diciembre 1, 2 y 3 . Para que vayan tramitando permiso en casa y oficina.



Programación octubre/2017

 

Bogotá, octubre 29 de 2017.

Salvados y acompañados por la Policía Nacional

Mi preocupación había comenzado ayer sábado, Guillermo el conductor elegido para la tan esperada etapa a la población de Machetá envió una foto estaba internado en la clínica del Bosque, para completar empezó a llover en la noche. Cinco de la mañana de hoy domingo y aún llueve por todo Bogotá. Siempre insisto en que “El clima que vemos a través  de nuestras ventanas en Bogotá no es el  mismo que veremos en el punto encuentro”, pero esta vez con esa forma de llover seguro que nadie se va a comer el cuento. Nada qué hacer definitivamente esta salida “se jodió”. Comienzo a recibir llamadas, por ejemplo Pulga me dice: "Por Modelia nada que escampa, voy  a ver qué hago Camilo no quiere irse a mojar”.

Intento salvar la etapa, llamo a Molanito quien vive en Chía, pero luego caigo en cuenta de que son apenas las 5:50 a.m. y debe estar durmiendo. Se me ocurre buscar por Internet teléfonos de Hoteles en Briceño, para ver si me informan cómo ven el clima por allá, increíble pero los tres números que marqué están fuera de servicio.

Y ¿qué tal si marco a la estación de Policía de Briceño?,¿será que se molestan?. Qué carajo voy a arriesgarme, marco al celular que aparece registrado en Internet,  timbra pero no responden.

Definitivamente me tocó llamar a Giaco, anoche había anunciado que iba hoy con una invitada especial, pero dependíamos del carro acompañante. No joda qué mala suerte, con las ganas que le tenía a Machetá, tocó “aplazar el gustico” como dijo aquel ex presidente de marras.

Unos minutos antes de la seis de la mañana me suena el celular, justo cuando estaba a punto de darme por vencido y colocarme la piyama:

  • Señor, buenos días le hablamos de la Policía de Briceño, tenemos una llamada perdida de ese número…
  • Oficial buenos días, gracias si yo los llamé, perdone Ud. es para una consulta y espero me disculpe… mire es que llamo de Bogotá, de un Grupo de Ciclismo, hoy tenemos una prueba de Briceño a Machetá y como por acá llueve, quiero pedirle el favor de que me informe cómo está el clima por allá. Qué pena.
  • Mire Señor,  no se preocupe, por acá llovió toda la noche, pero ya escampó, el piso está seco.
  • Mi Mayor , no sabe Ud. cuánto le agradezco, feliz día.

A las 5:58 a.m. envío por Whatsapp el mensaje a los ciclistas, con la buena nueva del clima en Briceño, aunque creo que ya varios deben estar irreversiblemente arrunchados. Giaco me informa que ya salieron para la casa de Eduardo y que van en el “Sprint del Chinazo”. Alberto pregunta que si entonces está confirmada la salida, con el seríamos cinco, así que vamos rumbo a Machetá, qué carajo, si por  Briceño está lloviendo, tomamos tintico y nos regresamos. En el camino Nobile confirma que Pulga salió, qué bien media docena es aún mejor.

Luego de un tremendo trancón en la autonorte, finalmente llegué a Briceño directo a buscar el parqueadero que me había recomendado Molanito es un Hotelito para camioneros, tiene un lote gigante al lado.

Allí los conductores de tracto mulas guardan su vehículo y descansan. Lo bueno es que tienen cupos para ciclistas. Pero la mala noticia es que sentí unas ligeras goticas de agua, el cielo está encapotadoo, “juepucha” parece que va a lloviznar.

Al momento aparece la camioneta de Guillermo, viene como copiloto pues está convaleciente de una disentería. Pero como tenía su turno de conductor elegido,  no dudó en sacrificarse. Llegó con Manuel y William Duarte. Luego llega Alberto Rivera.

Al rato aparece la nave del Chinazo, allí vienen Fabio, Giaco y  su novia Katherine Zárate Stmelli, una Sicóloga Santandereana. Detrás de ellos Alfredo Violi amigo de Fabio acompañado de una amiga ciclista. A los pocos minutos arriba Pulga, con el completamos diez ciclistas, un verdadero récord teniendo en cuenta las pésimas condiciones del clima.


Guillermo se fajó hoy con los refrigerios, bananos y bolsitas energéticas que contenían de todo, dulces, galletas, granola, barritas, chocolates, y más…mejor dicho echó la caza por la venta. Muchísimas gracias, además valoramos el sacrificio para apoyar a sus compañeros pese a su estado de salud.


Rápidamente procedimos a cambiarnos y partimos justo cuando parecía que iba a lloviznar. Katherine acompañó a Guillermo en el vehículo acompañante y ofició de reportera gráfica, tomo las excelentes fotos que subiremos  Facebook.

En el parqueadero nos encontramos a dos ciclistas, César y Leonardo son oficiales de la Policía Nacional, llevaban su carro acompañante, vaya coincidencia, justo fue esa entidad la que nos salvó la salida de hoy como lo comentamos al comienzo de esta crónica.

Guillermo les comentó hacia dónde íbamos y se le midieron a acompañarnos, aunque no conocían la ruta a Machetá. Así completamos un grupo de 13 ciclistas.

Pasamos el puente que nos conduce a la autonorte y tomamos la vía a Tocancipá.La lluvia nunca apareció. Les adelanto que en la medida en que avanzábamos el clima mejoraba, el cielo se despejó, salio el sol y en adelante las únicas gotas de agua que sentimos fueron las del sudor en el rostro, amigos parece que finalmente podríamos visitar la esperada Machetá.

Mónica amiga de  Alfredo, tampoco conocía la ruta,  resultó ser una excelente ciclista sube parejito.


Pasamos el peaje del Roble y enfrentamos el abrebocas de montaña, que nos deja con las piernas calientitas para la subida al Sisga, una de mis preferidas, 5.6 kmts de ascenso, en una vía en perfecto estado en la que es imposible toparse con un hueco o un bache. El ingeniero que trazó esa vía merece un reconocimiento  pensó en los ciclistas que no somos escaladores, la pendiente no es tan exigente pero tiene su grado de dificultad especialmente los dos últimos kmts. En la subida nos encontramos con Gilberto Lozano, compañero quien hizo parte de CicloBR en sus inicios, cariñosamente lo llamábamos “patemula” por la potencia que tenía en la subida y en el plano donde nos “muendiaba”. Con él ajustamos los 14 ciclistas.

El Chinazo decidió no gastar ni cinco en la cuesta del Sisga, quería guardar vitaminas para la subida desde Machetá, así que subió en una tranquilidad pasmosa sin preocuparse de nada ni de nadie, dejó que los italianos se disputaran la llegada y que le hicieran el 1-2 a Manuel, pero se perdió un par de duelos bien interesantes  Duarte - Pulgarín  y Rivera - Márquez, que ganaron los más robusticos. Mónica y Alfredo llegaron antes que el Chinazo quien definitivamente no quería saber  hoy de competencias.

En el Alto del Sisga nos reagrupamos para continuar en busca de la entrada de la vía a Machetá.

La gran sorpresa es que la carretera a Machetá se encuentra en obra, están efectuando trabajos de repavimentación por lo cual tiene al comienzo tramos donde han levantado el pavimento, pero nada que nos impidiera llegar a nuestro destino, Machetá, la Puerta de Oro del Valle de Tenza, donde los cuenta - kilómetros de las bicis marcaban ya 50.5 kmts.

Katherine y Guillermo hicieron migas y se divirtieron tomando fotos, analizando los “diferentes estilos de pedaleo” de los ciclistas y visitando algunos paraderos que ofrecen las famosas aguas termales curativas.

Tomamos un descanso en una tiendita de Machetá, oigan les cuento casi no consigo un “rosconcito” para acompañar mi tinto sin azúcar. El sol invitaba a pasar a alguna heladería del pueblo, pero desafortunadamente aún teníamos la mitad de la tarea por hacer. Nos reímos un rato porque como no sabíamos los nombres de las dos niñas acompañantes nos los inventamos, Mónica fue bautizada por Pulga como Rosa Tulia y yo llamaba a Katherine, Natalia, vaya confiancita la nuestra.


Qué rápido se acabó el recreo, y eso que Fabio le alcanzó a hacer algunos ajustes a la bici de W. Duarte, pero llegó el momento triste, teníamos que despedirnos de Machetá, así que tocó empezar a subir los 17 kmts de rampas que nos llevarían de nuevo al cruce con la autonorte. Manuel, Alberto, William y el Chinazo tomaron la delantera, Pulga los perseguía tratando de ahorrar fuerzas, sabía que esta subida es de paciencia. Yo decidí emplear en esta subida la misma estrategia inteligente que usó el Chinazo en el Sisga, así que hice grupo con Mónica y Alfredo, subimos de últimos sin preocuparnos de los que iban adelante. Giaco, Fabio y Gilberto nos dieron una pequeña gabela pero la recortaron en minutos.


Pulga logró darles cacería primero a Eduardo y luego a Alberto, pero me cuentan que en la parte final este último aprovechó un leve descenso y evitó la derrota. Hoy, al igual que el domingo pasado,  encontramos un perro amigo en el camino, esta vez un pastor alemán de algún vecindario,  acompañó a Pulga durante un buen trayecto luego paró, esperó y se fue feliz al lado de Mónica, nos acompañó unos cuatro kmts, ella lo bautizó Rosso José Serrano, le parecía un perro Policía, hasta parecía entenderle.


Entretenido con Rosso y charlando con Mónica y Alfredo se me fueron pasando los kmts. La subida en los primeros 14 kmts no tiene un solo tramo de descenso ni plano, la pendiente es constante, a veces uno ve cómo los carros se pierden como si llegaran a una bajada, son una especie de espejismos, pues como les comento no hay bajadas.

Finalmente llegamos al cruce con la autopista, superando los destapados y la rugosa vía en reparación donde completamos la tarea de los 17 kmts. De lluvia ni la sombra, pero el cielo si se estaba oscureciendo, así que los que arrancan. Esperamos a los dos amigos oficiales de la Policía para recomponer el grupo. Pulga ya había partido en solitario.


Aún nos quedaba la subida al Sisga unos tres kmts y luego el largo descenso y el repecho antes de la bajada hacia el peaje del Roble donde nos reagrupamos. Alberto Rivera aprovechó las bajadas y se fue adelante con Manuel, llegaron primero  a Briceño y nos tomaron una buena ventaja.

Convinimos que durante los 17 kmts que restaban para llegar a Briceño la velocidad no superara los 30 kmts, en general se cumplió el convenio. Pasadas las 2 de la tarde estábamos nuevamente en el hospedaje parking de Briceño, “tocados” por el esfuerzo, fueron 101 kmts que nos aplicamos en las piernitas, un excelente fondito para la cuenta de ahorros y que servirá para utilizar en el ataque al Páramo de Letras.

De esta forma logramos la esperada visita a Machetá, gracias al optimismo de los 14 asistentes, a  la oportuna información de la Policía Nacional de Briceño, a la compañía de dos oficiales de esa institución y de Rosso José Serrano el Pastor Alemán amigo de Mónica.  

Una Feliz semana para todos y gracias por seguir cada semana estas aventuras ciclísticas.

 

 

 

 
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