Bogotá, noviembre 13 de 2016

Salida # 37 de 2016, penúltima del 2016

La culpa no fue ni de Guatavita ni del ácido láctico.

Son las 12 y 30 de la tarde, estamos reunidos en El Rincón de Carola, cerca de la Caro, felices por haber concluido otro exquisito recorrido ciclístico. A las 7:45 a.m. habíamos partido de acá para visitar la bella población de Guatavita, pasando previamente por Sopó; luego de casi 4 horas y media estamos de vuelta, con la misión cumplida a satisfacción.

Fueron 91 kilómetros, no es una cifra muy alta, pero como dicen vaya y hágalos. La etapita no es fácil, una buena cuota de plano, bastante terreno de repechos y un par de subidas a la ida un tanto exigentes, el Salitre y Guatavita que sumadas no pasan de 8 kmts pero de regreso tenemos que agregarle los eternos y agotadores 10 kmts de subida desde el cruce de Guasca hasta El Salitre. En este perfil de Googlebike, aunque allí el GPS nos robó más de 3 kmts, se aprecia el recorrido.

Pulga señala "Estoy tocado", el Chinazo Eduardo : "Estoy vuelto m..". frases que resumen bastante bien la dureza del recorrido. Al caminar del parqueadero hacia el restaurante, para participar de la tertulia y de una merecida hidratada, mis músculo cuádriceps y aductores ya fríos me confirman que Pulga y el Eduardo no mienten. Es que además, el trayecto final desde Hato Grande se hizo con el acelerador a fondo, Pulga, W. Duarte, Marcolino y el Chinazo se encargaron de encender la leña, afortunadamente Camilo nos perdonó pues venía pendiente de Nobile.

El dolorcito, algo agradable en los músculos no es culpa de Guatavita, pues quien nos manda; creía que era del ácido láctico pero ahora resulta que no. Precisamente hace unas semanas leí en una revista de ciclismo, que no es cierto que el ácido láctico sea el causante del dolor; dicen que es culpa de la pérdida de calcio, debido a que cuando hacemos ejercicio este comienza a filtrarse a través de la sangre lo cual debilita las contracciones musculares. Dicen que las pruebas las hicieron con ratones. Siendo así yo me quedo con la teoría del ácido ese de leche, pues la verdad no he visto el primer ratón montando en bicicleta.

Pero no importa, el dolor es pasajero mientras que el recuerdo de esta excelente etapa permanecerá en nuestra memoria ciclística. La tertulia fue una excelente ocasión para reconstruir entre todos los momentos agradables de esta etapa. Pulga dice que nunca la habíamos hecho desde La Caro a Guatavita, regresando por Sopó, vamos a buscar en los registros y ya le contamos si tiene o no razón.


Mientras consulto la base de datos permítanme agradecerle a Edgar Dimián, hoy cumplió con su turno como conductor elegido, se lució con los refrigerios para sus compañeros, bolsitas con barras de cereal, ponquecitos, bocadillo y deliciosos bananos. Además captó excelentes imagenes para nuestra gigante fototeca.


La etapa comenzó teniendo como marco uno de los más espectaculares días que recuerde, no sabemos cómo pero se le rebeló hoy al invierno. A las 7:46 partimos, unos minutos antes, desde el parqueadero vimos pasar a Mauro como un bólido, ¿para dónde iría?.

Al llegar a la entrada a la vía a Sopó Pulga, quien encabezaba el lote pasó derecho, pensé que había decidido que tomáramos la variante que nos lleva de la Autopista a Alpina, pero él iba convencido que íbamos directo a Sesquilé y de allí a Guatavita, trató de pasar derecho pero no le hicieron caso y giraron por la variante. Llegamos a Sopó y nos encontramos con un tramo de aproximadamente 200 metros en el cual habían levantado el pavimento, nuestras bicis y las colitas sufrieron un poco con los "turupes" de la destapada vía. Llegando al cruce del Salitre, nos recibió otro tramo corto sin pavimento, pero más alisado.

Con Ricardo logramos sacar una lucecita al grupo y de esta manera pudimos iniciar la subida al Salitre sin estrés. Aproveché para soltarlo, pues subía en tenis, hoy olvidó sus zapatilla y la camiseta. Cuando pensaba que iba a coronar el Salitre en solitario, pasó Camilo, quise pegármele, pero esas uvas estaban demasiado verdes. Para completar me llegó Eduardo y faltando 500 metros me sobrepasó Dieguito. Cerca de la cumbre Eduardo pegó un arranconazo y se sacudió de mis ruedas. Ilde llegó pisándonos los talones, perseguido por Rafael y Geoffre, más atrás Ricardo, Rei, W. Duarte, W. Trejos, Pulga Marcolino Nobile y Ana.

Estrenamos la bajada hasta el cruce de Guasca quedó como un tapete con el pavimento nuevo, es una delicia rodar allí, no se encuentra un hueco para un remedio. En el cruce nos reagrupamos y con el lote completo iniciamos la subida a Guatavita, recién pavimentada.En el camino nos encontramos con Mauricio quien ya venía de regreso de Guatavita, pensó que el grupo iba adelante, tenía algo de afán, pues su hijo Santiago estaba cumpliendo hoy cinco añitos, fresco Mao se los celebraremos en Honda con los 63 del niño Pulga.

A Guatavita entró Diego y a su rueda Eduardo quien hizo un buen gasto de energía en la subida, poco a poco fuimos llegando a la panadería de Guatavita donde tomamos un primer descanso. Ilde sufrió un pinchazo pero tuvo la pronta asistencia del conductor elegido quien en minutos lo reintegró a la carrera.

Reinaldo había parado en el sitio de las empanadas, el restaurante ubicado a unos 800 metros de Guatavita se llama "Pare, cabalgue y coma", allí terminamos llegando todos. Pensé que sería una corta parada, pero sorpresivamente, las deliciosas empanadas, el hermoso día, la vista de la laguna y el verde y cuidado prado hipnotizaron a nuestros ciclistas y allí se armó una prolongada sesión de Relax. Hasta Eduardo, a quien poco y nada gustan las paradas, se veía relajado.

Estábamos tan cómodos en ese sitio, no lo podía creer, nadie tenía afán, parecía que no quisieran regresar a la Caro, pero finalmente tocó, no había de otra, nos quedaban más de cuarenta y cuatro kmts para "procesar" las empanaditas.

Así pues, descansaditos y por partida doble, luego de la terapia de relajación Hindú sobre prado, iniciamos la bajada y afrontamos los 10 kmts de subida hacia el Salitre. Como habíamos convenido en el cruce de Guasca nos reagrupamos, allí Ana se subió al carro acompañante.

El ritmo al regreso no fue para nada suave, pero Nobile aguantaba el embate de los presurosos caballeros. Pasando Sopó nos soltaron a W. Trejos y a mí al pasar por el destapado, yo logré llegarles nuevamente en Hato grande pero Trejos tuvo que hacer el viajecito de regreso en solitario, a propósito el mono hoy rompió sus paradigma y se hizo los 91 kmts completicos, buena esa, un buen presagio, seguro llegará a Fresno.

A la salida de Carola casi fuimos aslatados por una banda compuesta por patos, gansos, gallinas

Estos y otros detalles que se me escapan fueron objeto de la agradable tertulia en Carola, de donde partimos a casa, justo cuando se soltó un imprevisto aguacerillo que afortunadamente tenía cobertura solo hasta el puente de La Caro.

Agradecemos la asistencia y nos vemos el próximo domingo para la tercera etapa de la Clásica de la Amistad GPS, Pulga Camilo y Nobile no han podido sacarle información al chinazo quien al parecer ya tiene el diseño de la carrera, pero lo guarda celosamente, hoy se le cayó un papelito arrugado que parece ser parte del manuscrito que tiene para presentar mañana a la plenaria de los González – Pulgarín. Por favor guárdenme el secreto, según lo que entendí, pedirá a cada equipo que conforme dos tripletas, una con los más duros. Estas se enfrentarán en el tramo de Sesquilé al Alto del Sisga. Pero aclaro que todo esto es solo especulación, falta ver qué decisión se tome en la plenaria familiar.

Hermes, no se inquiete, lo más probable es que se proponga la fusión de dos de los equipos que ya vienen diezmados.

Lo importante es que ojalá todos los integrantes de los equipos puedan asistir y que disfrutemos al máximo esta última salida del 2016, el siguiente fin de semana estaremos en Honda, camino a Mariquita y Fresno y se acabó el calendario ciclístico.

Feliz semana para todos.

No olviden visitar CicloBR Facebook, para apreciar los registros fotográficos que tomó nuestro conductor elegido.

PD: Señor Pulgarín Ud. tenía toda la razón, la etapa a Guatavita no la hemos hecho partiendo de la Caro, antes salíamos de Briceño, esta fue la última vez que la hicimos.

PD: El amigo Ricardo perdió su caramañola Polar, la vimos volar de un lado a tro de la carretera llegando a a Sopó, pero íbamos tan rápido que nadie paró. Ricardo no se preocupe, Pulga le tiene una de reemplazo y otras cositas que trajo de USA para la tienda de CicloBR.

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Cumpleañero único en noviembre