

Respuesta a Pregunta suelta
¿Alguien sabe algo de William Bolaños?, ¿de Carlitos Galindo?, de Ildefonso García?.
¿Estarán entrenado solitos para sorprendernos en la GCF- Gran Calor Fondo de Viotá?.
Respuesta: Yo sigo celebrando mi cumpleaños y el triunfo del MÁS VECES CAMPEÓN; cuarenta y … no se cumplen todos los años.
Un abrazo para todos y espero muy pronto estar rodando con ustedes.
Ildefonso García.
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Desde Costa Rica
Hola amigos ruteros, los saludo desde Centro América, al igual que Uds, soy un amante de la bici. Hace unos meses descubrí su web y desde entonces los sigo cada semana, me divierto mucho con sus relatos y es como si los viviera con Uds.desde mi tablet.
Me gustó el artículo sobre Lampedusa, no sabía ni que existía pero qué buena historia, da tristeza. Pero confiemos en que algún día Dios hará justicia con África.
Un abrazo y
Pura vida.
Wardy Robleto
Heredia
Costa Rica
mayo 19 de 2015.

Gracias por sus comentarios Wardy, lo esperamos por estas bellas tierras.
Saludo de sus colegas desde Bogotá, Colombia.
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Como en ciclismo decidimos salirnos de la rutina, en esta sección también, veamos estas
NOTICIAS CURIOSAS
¿Cuánto demoran limpiando un bus de Transmilenio?
La verdad no lo sé, puede que varios días aunque no se ven tan sucios.
Lo que sé es que limpiar una estación de Transmilenio puede tardar 30 años, dado que la suciedad que se aprecia en escalones y vagones hace pensar que nunca lo han hecho.
Señor Gerente de Transmilenio, y aprenderá de los japoneses que el aseo de un medio de transporte masivo solo tarda siete minutos.
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Dr. Petro esto le pueda salvar su gestión
El controvertido Alcalde de Bogotá, desde el comienzo de su administración advirtió que su prioridad no sería el cemento, aludiendo a que no era prioritario arreglar las vías de Bogotá incluidas las de Transmilenio.
Ahora cuando solo le restan 7 meses anda como loco ordenando que tapen huecos a la lata, por supuesto que por mucho que se esfuercen, no lograrán ni hacerle cosquillas a la destruida malla vial que abandonó a su suerte. Seguro van a fundir las famosas máquinas tapahuecos
Pero ojo Dr. Petro no todo está perdido, le recomendamos leer las bacterias pueden salvar su gestión en el tema de malla vial.
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El mejor Jefe del mundo
Normalmente los jefes no gozan de la simpatía de sus subalternos y los dueños de la compañía generalmente son considerados "michicatos " y amarrados a la hora de remunerar a sus empleados o de incentivarlos para que trabajen más. No les regalan ni un viajecito en flota a Melgar porque de pronto se quiebran.
Mucha atención Señores empresarios colombianos Uds, deberían aprender de este empresario que se echó al bolsillo a todos los empleados de su compañía, les dio un obsequio que jamás olvidarán y con el cual seguramente triplicarán su productividad, se los llevó a todos de paseo,
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Un libro sobre ciclismo con un título curioso
PLOMO EN LOS BOLSILLOS
Un ex ciclista español aficionado Ander Izaguirre, escribió un ameno libro en el que narra anécdotas, curiosidades e historias del Tour de France.
Acá algunas de las perlas que cuenta en la séptima reedición que se publicó el pasado mes de abril que he comenzado a leer:
>>El pequeño Robic, un pedalista ganador del 47, se cargaba de plomo para bajar más rápido.
>>El Tour parecía una prueba más bien creada por algún sádico inquisidor medieval. Vean: se corrían 2.428 km divididos en seis etapas, etapas “eternas” de 28 horas que les obligaba a pedalear de noche y/o a dar la salida de algunas etapas a las 3 de la madrugada.
>>El ciclista argelino Zaaf que a las puertas de ser el primer africano en ganar una etapa del Tour se emborrachó y cayó mareado.
>>Quizá te sorprenda saber que en aquel entonces el alcohol (las bebidas alcohólicas) era un elemento bastante consumido, antes, durante y después de las etapas.
>>El doping, otro de los elementos tristemente asociados a la alta competición, también está presente. Desde 1904, segunda edición del Tour, ya se empieza a hablar y comentar sobre la presencia de fármacos y sustancias sospechosas. Sin embargo, no fue hasta 1966 cuando se estableció un control antidoping y en 1967 cuando fallece, dándole a los pedales en el Mont Ventoux, el primer participante, Tom Simpson, a causa de una mezcla de calor, anfetaminas y posiblemente alcohol.
>>El tema de la alimentación sale a colación en numerosas ocasiones. no podían llevar coches de apoyo que les suministrara víveres.
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Cuenta el caso del Luxemburgués Faber que tomaba la salida con doce chuletas repartidas entre sus bolsillos.
>>El bilbaíno Vicente Blanco (apodado “el cojo”) que se “dopaba” con bacalao. con la ayuda de sus amigos escondía cazuelas de bacalao en ciertos puntos de la competencia y como le rendía paraba y las devoraba con lo cual le ganaba fácil a sus débiles competidores
>>La leyenda del Tour nació con un grito. En 1910 el ciclista Octave Lapize atacó desde la salida en la etapa Luchón-Bayona, la primera que recorría los caminos pirenaicos. En su escapada de 326 kilómetros, el francés pedaleó durante catorce horas y por el camino se topó con cinco monstruos que entonces nadie conocía: Peyresourde, Aspin, Tourmalet, Soulor y Aubisque. Lapize excavó la ruta de los mitos a golpe de dolor. Llegó a la cumbre del Aubisque, tiró al suelo la bicicleta, se dirigió hacia uno de los organizadores del Tour y, cuando sus pulmones reunieron un poco de aire, cinceló la primera sentencia en las tablas del ciclismo: «¡Asesinos!». |

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Bogotá mayo 24 de 2015
Salidas número 16 de 2015- .
Una dura etapa de medio fondo que cada uno graduó a su medida.

Confieso que las etapas duras las teníamos reservadas para junio y julio, pero en la programación, por culpa de un integrante de CicloBR metimos un “embuchado”. Inicialmente para el 24 de mayo se había contemplado visitar El Chuscal, ubicado a 13 kmts del Alto El Vino y terminamos haciendo un durísimo recorrido.
A propósito del Chuscal, (Un paréntesis antes de continuar con el relato de hoy). ¿Cuántas veces hemos pasado por ese sitio?. Muchas ( tal vez menos que Carolina). ¿Alguien sabe por qué el Chuscal tiene ese nombre?. La verdad no tengo ni la menor idea, en ese punto no hay ningún "chuscal" (cultivo de chusques o bambúes) tampoco un municipio, vereda o caserío con ese nombre, no hay tiendas, no hay nada, es solo el punto exacto donde termina un largo tramo de plano y empieza la bajada hacia San Francisco.
Hace unos años cuando la vía era más angosta, descubrimos ese punto, los que no queríamos bajar más parábamos en una tiendecita que quedaba a la derecha bajando justo antes de que empezara el descenso (frente a la virgen), era una casita de tejas de barro muy antigua, de paredes de adobe,con columnas de madera a las que se les notaba el paso del tiempo. Allí, nos sentábamos afuera en una silla larga construida con un tablón y antes de tomar el ascenso hacia El Vino descansábamos, nos tomábamos la Pony Malta y comprábamos los bocadillos. La primera ampliación de la vía se llevó la tiendita. Me imagino que Pulga, Miguel, Pacho, Marcolino, de pronto William Duarte y seguramente nuestros colegas de ese tiempo el abuelo y Jorge Sánchez la recuerden. Qué tiempos aquellos cuando descansábamos en la mitad de cada etapa.
Pero sigamos con el relato de la etapa, les decía que por culpa de un amigo nuestro cambiamos el recorrido. Ese amigo vive prácticamente en La Vega, pero no voy a dar su nombre pues de pronto alguien de los que sufrió hoy lo llama a hacerle el reclamo, dejemos así. Aquel amigo me llamó y comentó que habían iniciado la construcción de la doble calzada entre la quebrada del Vino y El Chuscal y que solo había un carril el cual dividieron en dos muy estrechos, por lo cual no nos recomendaba por ahora no programar por allí. Así que atendiendo su recomendación por whatsapp explicamos y pedimos a los asociados que dieran alternativas, llegaron muchas propuestas y todas diferentes, así que que para no herir susceptibilidades miramos en el historial de recorridos y vimos que hace rato no visitábamos Santandercito así que cambiamos el Chuscal por este recorrido El Parador Suizo – Santandercito. Mi amigo lo vio en la programación y el muy avispado no vino hoy, se quedó en La Vega.
El Suizo - Santandercito esa sin duda una etapa bastante dura, 101 kilómetros, con bastantes tramos montañosos, el más duro al regreso la llegada al sitio conocido como "Tubos, antes de coronar el Salto y un larguísmo y eterno trayecto de terreno plano hacia Mondoñedo con mucho vinento que termina subiendo. De esta manera terminamos haciendo ese recorrido por culpa de Melquisedec Reina, huy perdón se me chispotió, olvídenlo digamos que no leyeron ese nombre, en realidad fue un amigo no identificado.
Les ofrezco disculpas, tal vez por el cansancio estoy un tanto desordenado con la crónica y parece que la empecé por el final, veamos a ver si la enderezamos.
La historia realmente inició en el Parador Suizo, en la Calle 13 con la carrera 129, un restaurante que como abre tarde permite que los ciclistas que salen por esa ruta aparquen sus vehículo allí, buen detalle de los suizos, tenemos que hacerles el gasto al regresar.
Allí llegó Pulga el conductor elegido de hoy, con su carro cargado de bananos, bocadillos, pony maltas y quesitos, se perdió una soberana etapa, mejor dicho se salvó. Excelente acompañamiento de Pulga, estuvo todo el trayecto “en la jugada”, asistió a Manuel quien pinchó, animó a los colegas, tomó las fotos y repartió refrigerios en plena subida. Muchas gracias Pulga.
Nobile anduvo toda la semana conformando un equipo para hacer un recorrido más corto pero con buen fondo. Al mejor estilo de la Cosa Nostra, ignoro si Camilo ya la instruyó en esas tácticas, logró cuadrar “ocho manes” que le prometieron hacer ese recorrido hasta el pin (asadero que queda junsto al lado de la entrada a la Victoria), pero como nos contó al final “se le torcieron” los chivatos.
El día estaba ideal para la tarea, aunque a la salida el sol no aparecía, más adelante fue nuestra compañía, pero sin pasarse de raya, mejor dicho de rayos.
Los partimos del Suizo. Pasamos el puente sobre el pestilente rio Bogotá y luego el peaje, así conversando, conversando llegamos al inicio de la subida al Km 9 de la vía a la Mesa, donde nos teníamos que aplicar la primera dosis de montaña. Es una subida de 3,5 kmts, de pendiente no muy exigente pero que tiene su “tumbao”. Carolina picó en punta, aprovechando el descuido de sus compañeritos y luego se hizo inalcanzable, eso pasaba jóvenes y viejitos a la lata. William y Javier se dieron cuenta tarde y aunque pasaron como motos no le pudieron llegar, allí estaba arriba sonriente esperándolos.
Diego, Giaco y Fabio optaron por reservar fuerzas y acompañar durante un buen tramo al grupo en el que cada uno subía haciendo su mejor esfuerzo. Pulga sintió envidia y para no perder el ejercicio día aparcó su vehículo a un lado y decidió subir varios tramos trotando, de pasó ayudó con causas nobles y Nobiles.

Como en la subida y luego en la bajada del relleno sanitario el grupo se dispersa, habíamos sugerido un primer punto de reagrupamiento en el alto de Mondoñedo. Tengo que felicitar a mis compañeros, pues muy aconductados pararon hasta que el grupo se recompuso, para hacer juntos la larga travesía hasta el inicio de la bajada al Salto del Tequendama. Allí Nobile no se veía tan segura de que sus pupilos le cumplirían la promesa de bajar hasta el Pin. Marcolino y Pacho iniciaron el descenso pero los restantes tenían carita de “no sé...”. sin embargo arrancaron a bajar hacia el Salto.
En el antiguo hotel del Salto vimos a Pedraza a la orilla de la carretera con malas intenciones, más adelante estaba su compadre Jorge. Gabriel Uribe, Álvaro Cuervo, William y Geoffre, dicen pararon a ver qué le pasaba al pobre Héctor, pero aprovechando que la directora del equipo venía bajando en el carro de su esposo, hicieron una rápida Asamblea y tomaron la decisión de que hasta allí llegaban.
Le comentarían luego a Nobile que se negaban rotundamente a descender, pues esa subida “era muy verraca”.
Nobile apeló a sus mejores argumentos pero nanay, no logró hacerlos cambiar de opinión, me cuentan que hasta intentó bajar ella sola para demostrarles que se podía. “oigan vean que hasta Pachito que no está en forma y no entren bajó con Marcolino vamos…", pero nada que hacer, entonces les pidió que aunque sea posaran para la foto, para que quedar constancia del acto de rebeldia y luego si que tomaran la vía de regreso.
Las malas lenguas dicen que Nobile ha demandado la mencionada Asamblea, si fallan a su favor los obligara a que el próximo domingo en Viotá hagan la etapa completa.
Por supuesto no los volvimos a ver.

Marcolino y Pacho pararon en el sitio acordado y se cansaron de esperar, solo hasta cuando bajó Pulga y les dio la noticia de la rebelión contra Nobile decidieron emprender el regreso. Marcolino dejó a Pacho en la subida y decidió seguir en solitario hasta El Suizo.
Santandercito era el tercer punto de encuentro, hasta allí bajó el resto del Grupo; Carolina, Giaco, Javier y los Duarte pararon a descansar; Eduardo decidió retornar de una para “cogerles una ventajita en la subida a sus socios de CN. Guillermo, A. Otálora, Pablo decidieron hacer los mismo. Justo cuando íbamos llegando a Santandercito con Armando pensando en la parada de descanso y en reaprovisionamiento de líquido y comida los vimos subiendo. Sin casi nada de líquido en la caramañola dimos media vuelta y a perseguir se dijo, pero auque los teníamos a la vista no los pudimos alcanzar.
Giaco nos pasó en los Tubos, iba como moto; arriba en el Salto aproveché para tomarme un , pararon Armando y Giaco, luego llegaron Javier, Carolina, Manuel y Fabio, con quienes reanudamos el trabajo.
En la autopista, paramos pero Guillermo ya había decidido continuar en solitario aprovechando que llevaba su propio vehículo acompañante, obviamente nos tomó una considerable ventaja.
Alberto Otálora se subió al carro que traía su hijo y regresó a Bogotá por el sur. Pacho regresó por Soacha. Los demás continuamos, aún nos faltaba bastante para concluir, nada más ni nada menos que la llegada a Mondoñedo y el Km 9.
Con Fabio, Giaco, Armando, Eduardo, Pablo, Carolina, Javier, Manuel, Diego y William Duarte, conformamos un grupito, coronamos Mondoñedo y el Km9 siempre escoltados por Pulga.
En el nueve de la Mesa al coronar encontramos un trancón monumental, tuvimos que descender en zig zig por entre los carros que conformaban una larguísima fila. La causa del problema la encontramos justo un par de kilómetros antes de concluir la bajada, tres motociclistas de los que han cogido como deporte andar a mil por la sabana de Bogotá, se habían resbalado y se “destortillaron” con acompañante incluída; cuando pasamos ya se los había llevado la ambulancia, pero Marcolino quien había pasado antes los alcanzó a ver estampillados en el piso. Hoy si estoy preguntón: ¿Alguien sabe por qué esos jóvenes tienen licencia para andar en largas caravanas a velocidades supersónicas en sus motos de alto cilindraje, poniendo en riesgo su vida y la de peatones y ciclistas? (en el alto del Vino ya causaron el año pasado una tragedia).
Como perdí la rueda en la bajada y me quedé, en la calle 13, me estaban esperando Manuel, Eduardo y Pablito, que detallazo amigos. Los últimos llegamos pasada la 1 y 30 p.m. Afortunadamente todos concluímos bien y sin novedades.
Aunque fue una etapa dura, cada uno se amoldó y confeccionó el trayecto que se ajustaba a sus medidas e hizo su ejercicio personalizado. Otros demostraron que no tienen problemas pues incluso la pueden hacer sin parar. En general fue una buena oportunidad para hacer fondito y salirnos de la rutina.
Otros como Carolina quedaron matados; esto "guasapió" en la tarde: …me encantó la ruta, ojalá y organicemos más seguido ese tipo de ruticas…”
R: por supuesto Carolina, pero nooo tan seguido “please”, quedamos de catre y todo por culpa de Melquisedec…, perdón de un amigo.
Feliz semana y no olviden pasar por para ver qué tan “pintosos” quedaron en las fotos que tomó Pulga.
PD: En el curso de la semana por el Whatsapp les enviaremos detalles sobre la prueba Viotá GFC, donde nos espera “severo” santo (sancocho). No olviden cuadrar su transporte, si alguien necesita cupo o le sobran puestos, por favor avisar por whatsapp.
Por la ruta no se asusten, sí vamos a volver a pasar por el Salto pero en carro, después de lo de hoy será como subir al Vino.
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