Bogotá, junio 26 de 2016
Salida Número 21 del 2016.
Cien kmts certificados por el Cateye y el dolor en las piernas
Presentíamos que la asistencia a la salida programada para hoy sería baja y así ocurrió. Bastantes pedalistas disfrutando de vacaciones en diferentes partes de la geografía Colombiana y más allá de sus fronteras; para completar un día gris con amago de lluvia y un exigente recorrido fueron detonantes para que algunos de los que aún permanecen en Bogotá declinaran la invitación.
El “Chinazo” Eduardo estaba entusiasmado con la etapa, dado que le gusta el fondito. Anoche llamó a A. Otálora para preguntarle qué camiseta tocaba.
- “¿…arica Ud. sabe que le toca como conductor elegido?
- No jodas chino!!, ni me acordaba, voy a hablar con Martha a ver si me colabora.
Hoy apareció con su pinta dominguera, frustrado, nos contó que Marthica le respondió: “ Nooo, olvídese mijito, con ese frio ni se le ocurra levantarme de la cama, ta loco”.
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Así que el acompañamiento que hizo Eduardo, lo valoramos, tuvo que salir anoche a buscar refrigerios y sacrificó su salida, nos imaginamos la envidia de la buena que le daba vernos subiendo la cuesta del Salto Tequendama que conoce de memoria, se le hacían agua las piernas. En la bandeja de los quesos que sacó sin permiso de Marthica repartió bolsitas de maní, chocolatinas y herpos. Cargó las ruedas de repuesto, el botiquín y el inflador y cámara en mano con mucho gusto inició su tarea como escolta de sus compañeros.
El que si estaba dichoso era Julio César Preciado, un colombiano que reside hace bastantes años en Estados Unidos, hacía tiempo quería hacer un buen recorrido montañoso en su patria para recordar viejos tiempos. En la Florida la mayor inclinación que encuentran es cuando pisan alguna tapa de Coca-Cola con la bicicleta pues para encontrar cuesta deben desplazarse muchos kmts al norte.
Recientemente nos escribió:
14 de junio de 2016, 19:40
“Un respetuoso saludo, me encantan sus crónicas y las áreas de recorridos son espectaculares!.
Es de mi interés poder saber si puedo unirme a ustedes en su ruta del día 26 de junio, y poder difundir su actividad entre mis compañeros de ruta aquí en Orlando. Gracias por su tiempo.
Ustedes están haciendo la diferencia!
Julio Cesar preciado
Orlando, Florida, EE.UU.” |
Julio vive en Lake Mary cerca a Orlando, con el ya son tres los compatriotas residentes en Florida que acompañan a nuestro Grupo en sus visitas a Colombia.
Pero la ilusión de Julio César, por poco se frustra, apenas concurrieron hoy nueve pedalistas del Grupo; el día no tenía cara de buenos amigos. William Trejos insistía en que mejor hiciéramos una etapa corta. Ricardo había dejado su carro en Soacha donde Alonso su padre por lo cual insistía en que no se cambiara la etapa. Laura quien se reintegró hoy luego de dos meses de ausencia, se había preparado para la etapa y tampoco estaba de acuerdo con el cambio, pedía PIN.
Finalmente aplicamos la máxima de Diego que nos rige “En CicloBR la programación nunca se cambia, se adiciona”. William, tuvo que resignarse y se dedicó entonces a tratar convencer a Jorge Buitrago para que solo fueran hasta el inicio de la bajada al Salto, la tarea parecía fácil.... Todos los demás decidieron bajar hasta el PIN, cuatro kmts antes de Santandercito,
Con los impermeables enfundados por si las lluvias, partimos en busca del primer objetivo montañoso la subida al km9 de la vía a la Mesa. Pasamos Funza, Mosquera y pronto estábamos ascendiendo al Km9, denominado también como Zabriskie Point, una zona desértica muy similar al valle que lleva ese nombre en California EE.U.U. Algunos afirman que aquellas escenas de amor en el desierto de la famosa película Zabriskie Point de Carlo Ponti se filmaron en el desierto que se aprecia a la derecha del ascenso al km9 (Si Ud. es mayor de edad y sin perjuicios morales) .
Lástima que uno va tan concentrado en la carretera angosta, tratando de evitar que le tomen mucha ventaja, que no tiene tiempo de admirar esas desérticas montañas de arena, en donde por cierto hoy en día hay turismo con deportes extremos. .
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A pocos metros del inicio, nuestro “gringo” invitado no resistió las ganas de pisar el acelerador del triple plato de su bici y tomó la delantera, traté de seguirle la rueda pero se nota que aún sus genes tienen memoria de las épocas de escarabajo en Colombia. Como los Molano no querían competir, Ricardo salió para apoyarme en la persecución y logró cazarlo a escasos metros del final de la subida.
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La llovizna nos acompañó un rato en la bajada del 9 de la Mesa, pero desapareció en Mondoñedo donde hicimos la primera parada para reagruparnos. El sol nos acompañó hasta llegar al inicio del descenso hacia el Charquito en la vía al Salto del Tequendama, en donde completamos 32 kmts. Jorge, William y Ana se adelantaron en el descenso, nosotros aprovechamos para rehidratarnos.
En el antiguo hotel del salto encontramos a Ana, Jorge y a William, la neblina apenas si nos dejaba ver unos metros adelante, el mono persistía en convencernos de devolvernos, pero la decisión estaba tomada.
En el descenso reapareció de manera intermitente la llovizna, el piso mojado y la inclinación del terreno hacían tortuosa la bajada. La vía tiene bastantes reparcheos de un asfalto liso y brillante, con la lluvia se veían como espejos relucientes que me intimidaban pues pensaba que podría resbalar. Nos encontramos al Pachito que ya venía de regreso.
Finalmente llegamos a la meta, el PIN, Julio César buscaba algún aviso con la imagen de un tornillo o algún pin de bolos, pero finalmente avistó el letrero del restaurante. Para “desencalambrarnos” pues el frío era intenso acudimos al mejor remedio del mundo, Aguadepanelita, con queso y los pandebonos, justo la especialidad de la casa en el PIN.
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Mientras nos servían apareció Jorge Buitrago, había podido más el ejemplo de su paisana Laura que la insistencia de Trejos. Llegó el carro del Chinazo y traía de pasajeros a William y Ana, gran sorpresa, la cual se acrecentó al ver que fueron los primeros en iniciar el ascenso para regresar.
Con casi 50 kmts en las piernitas y aguapanelita entre pecho y espalda fuimos tomando el camino de regreso. William se acordó de su famosa teoría del 35-5 (máximo 35 de plano y cinco de subida) y rápidamente reservó su cupo como acompañante de Eduardo.
El gringo” Julio César se gozó la subida, paraba para tomar fotos las cuales enviaría a sus compañeros de la Florida, algunos le manifestaron su interés de acompañarlo un día a Colombia para hacer los recorridos montañosos que les traduce de las crónicas de CicloBR.
A un pasito regulado fuimos superando los diferentes tramos de la cuesta y cuando menos pensábamos se nos apareció la virgen, el santuario que se aprecia al lado izquierdo, nos indica que estamos muy cerca de “tubos”, dos gigantescos tubos madre metálicos que emergen de la montaña y pasan bajo la carretera conduciendo agua del rio Bogotá. Superado ese punto de referencia buscamos el otrora exitoso hotel del Salto que emerge de la neblina como una casa de fantasmas de esas películas antiguas de terror. Me imaginaba que allí seguramente hoy solo habitan en sus desvencijados cuartos los espíritus de las decenas de suicidas que escogían la majestuosa cascada para acabar con sus penas, pero Reinaldo me aclara que hoy es , vea Ud. lo dicho, eso nos pasa por no parar.
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La travesía de repechos continuos, nos exprime energía pero finalmente nos lleva al inicio de la subida del Charquito; los que ya conocemos la ruta sabemos que la cereza del pastel son esos 600 metros de implacable pendiente, para los que hay que guardar un par de piñoncitos. Al amigo Julio se le apareció de improviso y lo puso a reflexionar sobre sus visitas a las montañas colombianas, allí si que anheló las planicies de la Florida.
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Los primeros en coronar fueron los Molano y Ricardo, quien se devolvió para ayudar a los rezagados, buena idea pues encontró a Ana y la acompañó en los kmts finales. Luego de la breve parada retomamos el camino de regreso, afortunadamente un sol algo tímido para aparecer era nuevamente nuestro aliado.
Ana se subió al carro de Eduardo pasando el Peaje en la subida a Mondoñedo, buen recorrido, un récord para este año. William en en el cruce de mondoñedo, hoy rompio su teoria del 35-5 sugerida por su deportólogo ruso Imaginosvsky .
Nos faltaba aún la cuesta del basurero que nos lleva de regreso al kmt 9 de la Mesa, las piernas ya comenzaban a pasar factura, pero no podíamos contarles que faltaban 16 kmts para la meta final. Las engañamos con los 3 de descenso, para que nos colaboraran en el plano final.
En los 10 kmts de Mosquera a Funza nos dedicamos a girar contra los pocos ahorros energéticos que nos quedaban, acelerando el paso. Laura respondía a cada ataque de sus colegas varones, luego confesó que uno más y no llega, pero lo logró, lo logramos. En nuestros cuenta kilómetros aparecía esa cifra: 100 km y más de cinco horas de recorrido, el certificado oficial que acreditaba la longitud del recorrido, la dureza del mismo la rubricaban los dolores en la cintura y en las piernas que ya estaban a punto de acudir al truco de los calambres para que las dejáramos en paz.
En resumen, un recorrido extenso, con todo tipo de terreno, plano, descenso, repechos y lomita de la buena, la misma que no pudo disfrutar el Chinazo Eduardo por nuestra culpa. Y ni modos de decirle que en la próxima pues supimos que viaja a Francia de vacaciones, ojalá pueda subir al Tourmalet, así sea en bus de turismo: “Bon voyage et bientôt retourner ami Chinazé”.
Este fue un breve resumen de la aventura número 21 del 2016 de este grupo de amigos.
Julio, Ud. no se preocupe por traducir la crónica a sus colegas de la Florida, le vamos a pedir a Mr. Pulga y a Mrs. Nobile que nos hagan ese favor, pues dada la frecuencia de sus viajes a USA, ya manejan con fluidez el inglés ¿.okey?.
Les deseamos una feliz semana y unas felices vacaciones a los que ya llevan varios dias disfrutando el descanso y a quienes inician mañana lunes el puente más largo del mundo “Las fiestas de San Pedro”.
Algunas en CicloBR Facebook.
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