Bogotá, julio 24 de 2016
Salimos a practicar lo aprendido en el Tour.
No sé, pero este Tour me pareció larguísimo, pero eso sí bastante divertido, Nairo nos mantuvo a la expectativa esperando el ataque que nunca pudo cristalizar, al final terminó por tercera vez en el podio una verdadera proeza si tenemos en cuenta que se enfrentó prácticamente solo a un poderoso equipo como el Sky comandado por un líder que venía muy bien preparado. Salvo la presencia de Valverde, su mano derecha, Nairo no tuvo la asistencia que tenía Froome de sus fieles escuderos, (entre ellos paradójicamente un colombiano, Sergio Luis Henao, un gregario de oro), siempre abriéndole camino, resguardándolo del viento y atentos sofocar las rebeliones de los otros equipos.
Por tercera vez los Directivos del Movistar señalan que Nairo está muy joven y que tiene un futuro promisorio, pero no creo que pueda ganar un Tour con un equipo que en tres años no ha entendido que una sola golondrina no hace verano. No terminamos de entender y tal vez no nos han dicho toda la verdad pero desde la octava etapa Nairo se veía apagado.
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Pero Froome, un ciclista de laboratorio, que parecía tener todo estudiado en cada etapa, al final no la tuvo tan fácil, para arañarle segundos a Nairo, arriesgó la vida. Además tuvo un par de percances de los que salió bien librado.
Este Tour 2016 será recordado por tres imágenes inéditas del líder: primero corriendo desesperado sin bicicleta, tras chocar con una moto, la segunda bajando sentado sobre la barra del marco y pedaleando hacia atrás y luego la extraña caída en una curva que le pudo haber costado el Tour. Fue la primera vez en la historia del Tour que los comisarios le dieron prelación al espectáculo sobre las reglas y las flexibilizaron para evitar un posible retiro del Sky pues su líder pasaba de la cabeza al sexto puesto; igual omitieron una eventual sanción a Nairo por agarrarse de una moto, todo en la surrealista etapa del caos, la duodécima.
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Otro colombiano nos alegró los días de Tour, tuvo una de las más destacadas actuaciones, el vallecaucano Járlinson Pantano, nos regaló una victoria de etapa y dos segundos lugares en otras dos. Fue casi un mes de Tour, 21 etapas y 3519 kmts, nos mantuvieron pegados al TV, esa es la magia del Tour.
Sin duda la carrera nos afectó, por supuesto nuestros pedalistas prefirieron el Tour a las salidas dominicales. Hoy, con todo definido en la carrera más importante del mundo ciclístico, a recuperar la forma y de pronto a practicar lo aprendido en el Tour, pues mirando mirando algo se aprende.
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Debemos destacar el detallazo que tuvo Armando Torres con sus compañeros; viene aquejado por una gripa, pero se levantó a las 5 de la mañana alistó su bici y demás implementos, llegó tempranito a Briceño nuestro punto de encuentro, nos saludó efusivamente. Minutos antes de la salida se despidió y acto seguido se devolvió en su bici a casita, ¿no les parece un detalle muy cachaco?. La verdad hizo sus cálculos, presintió lluvia y no quiso arriesgarse a una mojada.
Reinaldo había confirmado, pero al parecer tuvo un trancón de cobijas. Molanito escribió por Whatsapp señalando que su costilla no lo dejaba asistir, estuvimos a punto de llamar a interceder ante su esposa Carmen Cecilia para que le permitiera salir, pero hoy su hermano Víctor nos aclaró que Molanito se subió a un bus, el conductor pegó un “arranconazo” y se golpeó contra la agarradera metálica de una silla que le lesionó una costilla. Le deseamos una pronta recuperación Tocayito.
Hoy tampoco vimos a Laura, está más perdida que la pelea de Nairo contra Froome, si alguien sabe de su paradero por favor que nos reporte al correo de CicloBR, ya estamos elaborando afiches para colocarlos en los postes.
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El que si llegó a tiempo fue nuestro conductor elegido Hermes acompañado de su hermano y de su hija María Camila. Traían una buena cantidad de bolsas repletas de bananos frescos, porquecitos ramo y Herpos para cada uno de los pedalistas. No sabemos qué ocurrió pues no apareció en la cámara la foto que tomamos de Hermes atendiendo a sus compañeros, al parecer se le veló a Camila esa parte del rollo. Muchas gracias a María Camila, a Hermes y especialmente a su hermano, gracias a él pudo hacer todo el recorrido al delegarle la función de conductor y acompañante.
La sorpresa de hoy fue la desaparición de la estación de gasolina Mobil donde habitualmente dejamos parqueados los carros, parece que la están remodelando. Tuvimos que buscar parqueo, afortunadamente encontramos un lugar frente a un colegio, el vigilante nos colaboró.
Partimos hacia Sopó, en el camino el sol que por su renuencia a asomarse había corrido a Armandito, apareció en todo su esplendor. Dos kmts adelante de Sopó giramos a la derecha y tomamos el camino a La Toscana, una vía secundaria angosta muy agradable que luego de casi 7,5 kmts y nos devuelve a la principal, 3 kmts antes del cruce del Salitre. En febrero de este año la conocimos gracias a Rei, tiene tres repechos duritos que nos sirvieron de calentamiento.
Los 3,5 kmts de subida al Salitre fueron estresantes, gracias a un tremendo trancón que se formó preciso en las curvas más angostas que no tienen berma. Al final encontramos que la causa era un carro acompañante que iba escoltando a un ciclista y represaba el tráfico.
Al coronar el Salitre esperábamos los 7 kmts de bajada, para descolgarnos hasta el cruce de Guasca imitando a Froome, pero encontramos que el pavimento había desaparecido totalmente, vaya inseguridad. En lugar de la vía que recordábamos estaba en buen estado, encontramos un piso acanalado sin pavimento como consecuencia de las marcas que dejan las máquinas que raspan el pavimento para retirarlo, por supuesto esos canalitos durante los 7 kmts nos obligaron a bajar muy despacio pues la bici baila de lo lindo. Estaba pensando que Armandito hizo bien en regresar, pero a 100 mts del cruce hacia Guatavita la vía pavimentada reapareció.
El tramo que estaba en reparación cuando acompañamos a los del Gran Fondo NY, ya está en servicio y la vía hasta Guatavita está como un tapete. Son 10 kmts, como para una cronoescalada, pues tiene plano, bajada y un poco más de 3 kmts de montaña. Esperaremos a que regrese Eduardo González para comentarle, pues precisamente hace unas semanas nos dijo algo así” “oigan chinos, cuando es que van a programar una competencia, pero no esas gue..(beep) que hacen Uds. en la tal Clásica”. Por supuesto toca esperar a que pavimenten los 7 kmts que pelaron.
Descansamos en Guatavita mientras se recomponía el grupo. Según la programación debíamos ir luego a Sesquilé, subir al Sisga y regresar por Tocancipá a Briceño. Algunos tenían planeado llegar a Guatavita y regresar por la misma vía a Briceño, pero sus planes se frustraron por la obra, así que les tocó continuar hacia Sesquilé. Pero nos esperaba otra sorpresa, salimos de Guatavita y a los 2 kmts encontramos que la carretera tampoco tenía pavimento, no sé cómo lo hicieron pero esta vez solo dejaron la tierrita y por supuesto nos tocó chupar polvo a la lata, durante casi 5 kmts.
Nuevamente estaba pensando en que Armandito tenía razón, algo le dijo que era mejor regresar, imagínense con tos ese polvo es fatal, pero pronto apareció la vía pavimentada que nos llevó sin problemas a Sesquilé.
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Paramos a la salida de Sesquilé para saber quienes querían hacer el tramo hacia el Sisga. La verdad estábamos indecisos, pero Nobile llegó y siguió hacia el Sisga, la secundaron Hermes, Pulga, Pablito, Ricardo, Víctor, Geoffre O. Márquez, los restantes 10 pedalistas escogieron la vía de regreso por Gachancipá y Tocancipá hacia Briceño.
Muy curioso encontrar en esa lista de diez ciclistas a cuatro expertos escaladores como Jacinto, Camilo, Alberto y Jenny, quienes dejaron servido ese postrecito de montaña de 5,6 kmts hasta el Sisga que es muy agradable. Entiendo que Jenny la amiga de Camilo tenía un partido de fútbol y debía regresar pronto.
Aunque no teníamos un sol brillante el clima si era el ideal para “echar cicla”. Pensé que Armando hubiera podido acompañarnos sin problemas pues hasta ahora de lluvia nada.
Otro descansito en la famosa panadería “Aquí Paran Por Pan”, para reagruparnos antes de emprender la bajada, oportunidad para practicar la “froometa”. Tocó degustar una aguadapenaleita, pues la temperatura había bajado y hacía mucho frío. Cuando retomamos el camino goticas de llovizna nos indicaron que era mejor enfundar las “camperas”.
En Gachancipá el tráfico estaba bastante trancado, nos topamos con una nutrida manifestación de habitantes de Gachancipá, protestaban por la falta de puentes peatonales y por la demora en la terminación de la doble calzada, oigan la gente si es impaciente, la obra apenas va a completar 15 años. Afortunadamente pudimos pasar por un ladito. Un par de kilómetros adelante comenzó una llovizna cansona que se convirtió en aguacero leve, desafortunadamente nos acompañó hasta Briceño.
Nuevamente me acordé de Armandito, ahora si tengo que reconocerle sus poderes extrasensoriales, le permitieron anticiparse y tener una visión de lo que nos esperaba: carreteras sin pavimento, polvo y lluvia. Mis respetos Armando de ahora en adelante antes de salir de casa lo consultaremos, será nuestro Gurú de cabecera, hoy tomó la mejor decisión, pero eso si se perdió 90 kilometricos de bici, aún con polvo y baño incluidos los disfrutamos.
Les deseamos una feliz semana sin Tour.
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