Bogotá abril 6 de 2014.
Décima tercera salida del 2014, casi llegamos un un alto desconocido, las Margaritas.
Hoy tuvimos una Serendipia.

Para que no se preocupen nuestros lectores, pues pensarán que nos dio algo así como un “patatuz”, empecemos por explicar el significado de la palabra Serendipia que incluimos en el titular de la crónica ciclística de hoy.
Ese término es la traducción al español de una palabra muy popular en inglés “Serendipity”, creada por un escritor y que se usa cuando uno encuentra algo inesperado y agradable mientras estaba buscando otra cosa. Les pongo un ejemplo: cuando uno está buscando las llaves en un saco y de pronto se encuentra en un bolsillo un billetico de $50 mil.
A mi juicio es de esas palabras que nunca debieron castellanizarse, pues es más bello Serendipity que Serendipia, esta última me suena como a indigestión..
Pero bien sea una u otra, eso fue exactamente lo que nos ocurrió hoy, buscábamos algo y nos encontramos otra cosa agradable e inesperada. Esta es la historia de nuestro serendipity:
Para hoy el primer domingo del mes de abril teníamos contemplada una visita al embalse del Neusa, saliendo de la Caro, una etapa que no hacíamos desde el .
Como quiera que teníamos dudas sobre el estado de la carretera, el pasado viernes en la tarde con Pulgarín y Armando Torres decidimos hacer el recorrido, pero no en bici sino en la comodidad de un Audi.
Concluimos que era mejor ir por Hato Grande dado que el paso por el Jaime Duque está en pésimo estado. La vía al embalse Neusa como siempre con huecos una lástima pues es un sitio turístico importante.
En total treinta y un (31), ciclistas acudieron hoy a la cita en La Caro (). Allí el frío era particularmente intenso, calculo que estábamos a 4 o 5 grados, el día semi-nublado pero parecía que pronto tendríamos una espléndida mañana de las que hemos tenido la fortuna de disfrutar en las doce salidas anteriores de este año, por lo menos esa era nuestra esperanza.
La sorpresa del día fue la reaparición de Diana Tavera, quien llevaba ya cinco domingos castigándonos con su ausencia. Por supuesto fue recibida con voladores por todos sus amigos y amigas que tanto la apreciamos.

Ana Niño, conductora elegida nos atendió hoy a cuerpo de rey con una canasta que contenía un surtido de frutas y bocadillos. Tuvo bastante trabajo en carretera por pinchazos de algunos colegas, su apoyo fue importante así como la ayuda en la reportería gráfica trabajo que compartió con el amigo Trejos. Un agradecimiento de sus compañeritos y compañeritas.

Ajustamos coordenadas y partimos hacia Briceño; no bien habíamos salido y ya sentíamos el impacto de la brisa fría en nuestros rostros y pequeñas y esporádicas goticas de agua. Allá en el lejano horizonte se veía un cielo gris plomizo que la verdad no tenía cara de buenos amigos, pero estábamos decididos a afrontar las consecuencias. Al llegar al puente de Briceño ya esa brizna se había transformado en ligera llovizna. Giramos y tomamos la autonorte hacia el sur en busca de la hacienda de los presidentes, Hato Grande y dos kilómetros más adelante empatamos con la vía de doble calzada que conduce a Zipaquirá.

La vía estaba seca pero se notaba que había llovido, no obstante seguíamos con la esperanza de que pronto el sol se iba a despertar, que correría las cortinas de nubes grises y se asomaría a la ventana para acompañarnos en esta travesía.
A los pocos kilómetros, ya cerca de Zipaquirá como por arte de magia se terminó la doble calzada cuya amplia berma veníamos disfrutando. Allí volvimos a sentirnos en Colombia, ese país gobernado por políticos incapaces los mismos que tampoco han podido concluir otras dobles calzadas como la de Briceño- Duitama o Bogotá Girardot. Faltan 5 kmts que ojalá nuestros nietos o sus hijos puedan recorrer algún día.
Justo cuando rodábamos por esa estrecha vía de dos carriles, uno en cada sentido, que nos llevaría a la entrada para Neusa, empezó a llover ahora si en serio, por lo cual decidimos parar en una estación de gasolina para guarecernos y decidir si regresábamos. A todas luces era muy peligroso ir hasta Neusa pues con el piso mojado y la vía en mal estado el riesgo de caídas era alto.

Molanito me había comentado en el camino que los amigos de Genfar le mencionaron una subida de 4 kmts por la vía de Cogua. Hacía muy poco habíamos pasado el cruce hacia ese pueblito, les propusimos ir a visitarlo tomar tintico o aguadepanela con quesito y a conocer, a todos les pareció chévere el plan.

Para ese momento ya Reinaldo Pulido se había regresado solo, debido a que tenía un compromiso, tal como lo anunció al salir. Armando Torres no aparecía, alguien lo vio regresar en solitario tan pronto cayó la primera gotica de agua, recordemos que este amigo sufre de pluviofobia crónica, pero hay que reconocerle que es muy valiente pues generalmente se regresa acompañado de el mismo.
Muchos de nosotros habíamos visto avisos en carretera con la leyenda “Cogua”, era todo lo que conocíamos de esa población. Ingresamos al pueblo, una cuestica nos dejó en la plaza; preguntando llegamos a una carretera que comenzaba con una ligera inclinación. La llovizna parecía arreciar, pero curiosamente nadie paró, atrás quedó esa aguapanelita en la que venía pensando. Con los con los cuatro kmts en mente comenzamos a subir refrescados por la llovizna..
La cuesta tiene algo de dificultad a partir del segundo kilómetro, pero no es tan exigente. Ninguno de nosotros sabía hacia dónde nos llevaba esa vía; pasamos los cuatro kilómetros y el grupo delantero conformado por Diego, Camilo, Carolina, Nidia, Alberto Otálora y Pablo Torres, siguió subiendo..
A los cinco kmts, me detuve en la única tiendita que vi en el camino, tenía una acogedora marquesina, justo lo que necesitaba para escampar; en ese momento pasaron de largo, Melki, Gabrie y Guillermo querían llegarle a los de adelante que morían por saber el final de esta película, es decir a dónde llegaba esa vía. Edgar, Cristian y Álvaro Cuervo ya iban en la camionetas acompañantes (la de Ana y la Don Guillermo), ellos querían evitar a toda costa otra gripa pues aún estaban convalescientes de la anterior.
Todos los demás pararon para a escampar en la tiendita pues la llovizna era ya un aguacero. Al grupo delantero se unieron Jorge, Pedraza y Molanito; al final hicieron casi 5 kmts adicionales y regresaron a la tiendita donde nos concentramos. Los cupos en las dos camionetas se vendieron en su totalidad pues nadie quería descender con el piso tan mojado, cualquier parecido con Transmilenio es mera coincidencia.

Allí nos enteramos que esa vía conduce al Embalse del Neusa y llega a un Alto denominado Las Margaritas a 12 kmts de Cogua, ahí queda la inquietud para regresar y conoccerlo otro día. Fue un descubrimiento inesperado pero agradable, es decir un verdadero Serendipity. A pesar de la lluvia, disfrutamos de esa carretera secundaria, con pavimento en buen estado y poco tránsito vehicular; una cuesta larga pero pedaleable. Por supuesto, tendremos que probar la etapa en verano y llegar hasta el final, para luego incorporarla a nuestro menú de recorridos.
Esta vez pasamos de largo por Cogua, la próxima vez haremos un recorrido de reconocimiento del pueblito, que fue fundado en 1604, en tierras Muiscas. Claro que siempre ese deseo se queda en eso, pues a nuestros ciclistas poco y nada les gusta el turismo cuando van en bici, pero lo intentaremos.
Abajo en Cogua, la lluvia había cesado, el grupo de 27 que subió, se redujo a 16, pues los demás optaron por continuar el viaje de regreso como sardinas en los vehículos automotores. Pudimos distinguir a través de las ventanillas a Trejos, Nobile, Marcolino, Diana, Fernando, Cristian y Álvaro.
Con la tranquilidad de saber que su apreciada consorte iba cómodamente ubicada como pasajera de Ana Niño, Pulga condujo el grupo a velocidad creciente, hasta que el lote se fraccionó. Le avisamos para que le mermara, de tal forma que el segundo grupo pudiera conectar, varios lo lograron.
No sabíamos que Carolina, quien hoy apareció en bici de ruta, había pinchado. Bolaños, Nidia, Diego y Camilo pararon para ayudarles mientras llegó una de las camionetas. Más adelante pincharon los dos Molanos.

Melqui y Gabriel hicieron el gasto en el plano y se les olvidó guardar para el infaltable remate en los silos de Almaviva, que hoy les ganó sobrado Pulga.
Apreciados amigos y amigas este fue a grandes rasgos nuestro Serendipity.
Con la ayuda del buen amigo Google Maps busqué la ruta de Cogua a Neusa, me aparecieron dos opciones de caminos, por lo cual no supe cuál fue el tramo que hoy tomamos, . ¿Uds. qué piensan?
Respuesta recibida de Alberto Otálora:
Hola Orlando Le envío la ruta exacta que marco mi Android con la aplicación Strava hasta el punto que fuimos. Desde Cogua alcanzamos a subir 10 km. De las dos rutas que indicas en Google Maps mas es la de la izquierda, sin embargo tengo mis dudas hacia el final. Definitivamente hay que programar Neusa por esta ruta para hacerla completa, asegurando que el Ideam nos pronostique un día de sol. Saludos Luis Alberto Otálora.
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