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Bogotá, junio 30 de 2013
Coronar El Neusa, luego de quince años de ausencia

Bogotá junio 30 de 2013
Estamos en el estacionamiento en La Caro, en pleno puente festivo de San Pedro y San Juan, preparándonos para iniciar la salida número 20 del presente año. Sabíamos que una buena cantidad de pedalistas salió de Bogotá, pero a pesar de todo para sorpresa nuestra en la línea de partida hoy se formaron diecisiete (17) ruteros, . Los Duarte se excusaron anoche, parece que se les presentó una calamidad.
La de hoy en el papel era una etapa de transición, en terreno plano, pero como se notaba bastante entusiasmo y el soleado día invitaba a más, muy tímidamente preguntamos si querían una pequeña porción de montaña, a varios les brillaron los ojitos y que conste que nadie dijo yo no quiero probar. Reinaldo Pulido, el nuevo amigo del acueducto, experto en aguas propuso que viajáramos al Neusa, en segundos todos compraron tiquete para el viaje, entonces listo el programa para hoy. Solo faltaba la ruta, pues desde la Caro hay varias opciones.
Orlando Molano propuso que tomáramos la auto norte hasta Hato Grande y allí buscar el paso a la nueva autopista a Zipaquirá, para no tomar la vía al Parque Jaime Duque que sabíamos está como las calles de Bogotá. Propuesta aceptada, con las coordenadas definidas oprimimos el botón de encendido.
Dado que esperábamos menos de 10 ciclistas el día anterior habíamos acordado con Diana Tavera y Fernando Reyna su esposo, que se posponía su turno como conductores elegidos, o “escoltas” como ellos dicen, reemplazarían a Pulgarín. Qué vaina, pero nada que hacer no contábamos con tanta asistencia, afortunadamente ayer hablé con el Tesorero y me autorizó comprar panelitas y chocoramos que se "vendieron" totalmente.
Justo antes de salir vimos a Reinaldo Pulido pálido, parecía sudar frío, acababa de darse cuenta que cerró el auto con las llaves adentro, algo que nos pasa a todos; increíble que en la era de la alta tecnología que evoluciona cada segundo, los inventores de las berracas alarmas no tengan una solución para estos olvidos (me debe una Pulido por salir en su defensa) . Fernando se ofreció a devolverse con Reynaldo a Bogotá para ir por el duplicado, luego nos alcanzarían en un vehículo, no quedaron en la foto pero somos testigos de que si fueron (no sea el diablo que la señora de Reynaldo entre en dudas).
Partimos en busca de Hato Grande, distante 9 kmts, al llegar al cruce Molanito tomó la carretera, pero Marcolino comenzó a gritar, !!por ahí no, por ahí no!!, la firmeza de su orden causó confusión y la mayoría pasó derecho, varios paramos un momento, pero nos tocó seguir pues ya nos habían tomado ventaja. Los alcanzamos, Marcolino argumentó que no entendió lo de la ruta, ni modos tocó pasar por el Jaime Duque.
En efecto, la ruta hasta la central que conduce a Ubaté, 9 kmts, como sabíamos está bastante rizada y con huequitos que obligan a una buena concentración.
Si no me equivoco, hacía más de 15 años que el grupo de ciclismo no pasaba por esa vía.
Finalmente salimos a la central, una vía de una sola calzada, bastante estrecha y algo estresante por el paso de camiones, afortunadamente solo son 10 kilómetros para tomar el nuevo cruce hacia El Neusa, justo donde se inicia la doble calzada que ya está lista hasta el peaje de Tierra Negra.
Al tomar la vía al Neusa (11 kmts hasta el alto, 6,5 de montaña) trataba de recordar ese trayecto que recorrimos muchas veces en el pasado, incluso en pruebas contrarreloj. Me preguntaba si después de tantos años me daría igual de duro que en esa época.
Salvo por los nuevos restaurantes que han construido a la orilla del camino, la vía está casi idéntica. Una vez se inclinó la carretera el lote de 15 pedalistas comenzó su proceso natural de “estiramiento”, pronto el paquete se convirtió en fila india. Los Molano, Orlando, Víctor y su sobrino José Luis se pusieron al frente para comandar la incursión al embalse. Carlos Galindo estaba decidido a no perderles la rueda.
Alejandro Rodríguez se despidió al inicio de la subida, seguro que después de la odisea de La Victoria no quería saber nada de ascensos, salvo alguno que le ofrezcan sus jefes en el BR:
Mis recuerdos de la dura cuesta me indicaban que debíamos regularnos, sabía que pronto empezaría el baile y tendríamos que agotar piñonería suave, así que me fui detrás de Eduardo González y Pablito Torres, quienes curiosamente cerraban el lote. Apretaron un poco y así pasamos a los que nos habían tomado una ligera ventaja al inicio de la subida, Ana Niño, Marcolino, Pachito, Diana y Jaime. Arriba en las curvas alcanzábamos a divisar a Héctor Pedraza y a Gabriel Uribe juraría que ya no les íbamos a llegar.
El “chinazo” Eduardo González, recién desempacado de los “yunaites”, puso un pasito más fuerte y así pescamos a Gabrielito, el joven se pegó al grupito, parecía tener buena reserva.
Sabía que González andaba desentrenado y que Pablito quería escoltarlo, decidí aprovechar el papayaso y hacer el ensayo a ver qué pasaba; lo sobrepasé, es que esa oportunidad no se volvería a presentar, un duro desentrenado es bocado que no se deja servido. A la rueda seguían Pablito y Gabriel. Pero el “Chinazo” no estaba dispuesto a que un viejito barrigón le diera en la cabeza y haciendo de tripas corazón retomó la cabeza del cuarteto.
Adelante Galindo se batía de tú a tú con los Molano que le hacían gavilla. Atrás Marcolino, Ana, Pacho, Diana y Jaime conformaban el lote de la retaguardia. Diana y Jaime subían regulados pues no conocían esa cuesta; además sabían que Fernando y Reynaldo venían atrás en bici, se habían reportado por el celular, nosotros creíamos que venían en la camioneta.
Faltaban unos dos kilómetros y la pelea con el chinazo duro de matar seguía candente, así logramos llegarle a Pedraza, pero perdimos a Gabriel, que se fue quedando sin que nos diéramos cuenta.
Como no podía soltar a Pablito y menos al Chinazo, aunque por momentos parecía a punto de estallar, resistía, resistía y no se dejaba. Entonces acudí a una de las tácticas de ablandamiento: “hágale chino que solo quedan tres kilómetros duros”, el cuento me funcionó pues los mancitos se frenaron, la verdad estábamos a 800 metros de la cumbre. Pablito reaccionó y me igualó justo al coronar, pero Eduardo se rindió, Pedraza llegó cerca. Allí arriba ya estaban los Molano, con caras alegres dos de ellos habían superado a Galindo que se batió en franca lid.

Paramos en una casetica, al rato llegaron Ana, Marcolino y Pacho, quien había tenido que poner pie en tierra, esta vez le echó la culpa a un dolor de estómago, llegó y una cocacola lo curó. Sorpresivamente apareció Alejandro cambió de opinión, se llenó de valentía y decidió enfrentar la cuesta de Neusa a la que finalmente venció.
No aparecían Gabriel, Diana ni Jaime. Pacho y Ana nos informaron que cuando pasaron Gabriel estaba acostado a la orilla de la carretera con una pierna arriba, agarrada a dos manos, gritaba que pararan pero no le pusieron bolas. Diana y Jaime se conmovieron del pobre y le ayudaron a hacer ejercicios para superar un calambre y luego lo acompañaron hasta la cima, a donde llegó renovado el buen amigo.

Diana nos pidió esperar un rato a Fernando y a Reynaldo, habían recuperado la copia de la llave y venían en bici desde La Caro.
Aprovechamos para tomar líquido y tintico pues la temperatura estaba bajando aceleradamente. Le pedimos a una escultural jovencita que nos tomara la foto de rigor; es la primera vez que todos los caballeros salieron viendo a un solo punto focal, pues siempre en esas fotos alguien queda distraído. Luego le pedimos a la jovencita que nos acompañara en una toma final. Hay Dios mío, ¿quién dijo que el Neusa tiene curvas?.

Debido al frío decidimos bajar para encontrar a Reynaldo y a Fernando que ya llevaban chuleado gran parte del trayecto de subida.
En la bajada se pueden apreciar los huecos que tiene la vía, algunos peligrosos, creo que está más o menos en el mismo estado en que la dejamos hace 15 años.
Abajo en el puente paramos pues algunos andaban detrás de un caldito de costilla. Cumplida la misión alimentaria proseguimos el camino a buen ritmo. Esta vez tomamos la vía Zipaquirá Chía, un delicioso tapete de pavimento nuevo.
A doce kilómetros de Chía pinchó Reinaldo Galindo y Alejo se bajaron para colaborarle, pues como mecánico el pelado es un magnífico ingeniero. Paramos al grupo hasta que se reintegró Reynaldo y sus ayudantes.

El trayecto restante hasta Chía se hizo a un paso fuertecito pero siempre en un grupo compacto.
Pablito, Eduardo y Marcolino que habían llegado a la Caro en Bici desviaron hacia el sur y nosotros seguimos al parqueadero en La Caro.
Vale la pena destacar el trabajo de Carlos Galindo quien estuvo atento para colaborar con los que se quedaban, para llevarlos al lote, incluso pasaba adelante para regular el paso cuando era menester. Alejandro hizo igualmente un excelente trabajo al estar pendiente de Ana que por momentos se quedaba, decía que no le entraba el plato grande.
Vean Uds., sacamos del sombrero una deliciosa etapa de 90 kilómetros, que como les dije nos trajo muchos recuerdos.
Mientras iba esquivando huecos al pasar por el Parque Jaime Duque y luego subiendo al Neusa recordé las innumerables veces que programamos ese recorrido y el del Alto de Tierra Negra al que tenemos que ir cuando esté lista la carretera nueva. Nuestro punto de encuentro y tertuliadero al final era un asadero contiguo al Jaime Duque, nos comandaba entonces el profe Augusto Salcedo y el Dr. Jorge Sánchez quienes por sus nuevas actividades y diferentes circunstancias hoy ya no nos acompañan; tampoco los ciclistas que enumeraré a continuación, a riesgo de que se me quede alguno por fuera:
José Acero, Campo E. Angarita, Jorge Arteaga, Walter Camargo, Álvaro Campo, Rogelio Cortes, John Gacharná, Jorge Giraldo, Pastor Gómez, Fabio Gómez, Segundo González, Henry Giovanni Gómez, Eduardo Granados, Pedro Antonio Herrera, Gustavo Herrera (QEPD), Manuel Leal, Alberto Pineda, Rafaél Caycedo (QEPD), Gilberto Lozano, Pedro Luque, Javier Navarrete, Raúl Márquez R., Publio Melo, Noé Muñoz, John Ortiz, Ricardo Parra, Felipe Pulido, Carlos Reina, Carlos Riascos, Alfredo Santacruz, Jairo Anselmo Sierra, Raúl Téllez, Raúl Tinjacá, Antonio Velandia, Pedro Villamil, Adolfo Vinasco (QEPD), Álvaro Villareal, Luis Eduardo Zapata, Reinaldo Trigueros, Carolina Preciado, Dora Alicia Mora, Alexandra Baquero, Floralba Garzón, Mauricio Perfetti, Fabian Castillo, Carlos Forero, Eduardo Bermúdez, Guillermo Campuzano, David Villarraga, Jaime Ramírez, Roberto Gálvis, Hugo González, Rodolfo Quintero, Luis Angel Urdaneta, Luis Fernando Ferro, Camilo Forero, Miguel Chiriví, Jorge Cárdenas y Virgilio Alfredo Torres y Oscar Latorre. Cito estos 60 que fueron nuestros rivales en la carretera, pueden ser más, de antemano mil excusas si me faltó alguno. |
Sus nombres y la ruta de hoy nos traen innumerables y gratos recuerdos. Un abrazo para todos ellos y una evocación a los amigos que partieron de este mundo y que seguramente nos guían y nos animan desde arriba en algun lugar en la inmensidad del cielo.
Quedan afortunadamente una buena cantidad de ciclistas de esa camada que continúan con el legado de este grupo, hoy reforzado con nuevos integrantes, jóvenes que siguen el ejemplo de Jorgito Peña nuestro pedalista Decano que a sus 80 años sigue dando guerra y construyendo con todos la historia sin fin de CicloBR.
Un representante de CicloBR en Sicilia Italia
Hace un mes viajó a su patria Chica, La Provincia de Ragusa en Sicilia Italia, nuestro compañero Giacomo Criscione, comisionado por CicloBR, para que nos representara en algunas pruebas ciclísticas.
Giacomo acaba de reportarse y parece que los exiguos viáticos que le dimos apenas le alcanzaron para participar en un ciclopaseo, en donde eso si los impresionó con su elegante y vistoso uniforme; parece que trae varios pedidos.
Para el año entrante prometemos aumentarle los viáticos para que pueda participar en el Giro de Italia en representación de CicloBR.
Un saludo cordial a Giacomo y un abrazo de las ciclistas y ciclistos de CicloBR
Este es el mensaje y las fotos que nos envía Giaco. Me encantaron las de los abuelos.

Querid@s amig@s de CicloBR,
Lamento haberme demorado tanto en escribirles desde las lejanas tierras sicilianas. Me encuentro magníficamente bien, estoy muy feliz compartiendo con mi familia y mis amigos de antaño. Aquí es verano, los días son cálidos y serenos y las noches frescas. El sol sale a despertarme muy temprano y me acompaña como un viejo amigo hasta muy tarde, mientras con mi bicicleta redescubro las bellezas de la tierra que me vio nacer y que hace muchos años abandoné.
Les había prometido unas fotos, no tengo muchas, ya que la única cámara que tengo acá es la de mi papa, y es una analógica de los años setenta y se me dificulta un poco llevarla.
Las fotos que adjunto son de mis paseos en bicicleta por Sicilia: las primeras son de la playa de mi pueblo, las segundas son del recorrido que hice para llegar al pueblo de mis abuelos y las últimas son del anhelado Giro de la Provincia di Ragusa.
Con respecto a éste último les comento que no he podido defender los colores de nuestro glorioso Club, ya que no hubo carrera, fue simplemente un ciclopaseo. Además hablé con el Presidente del Club de Ragusa y me dijo que para el próximo año están organizando una carrera muy competitiva, así que me recomendó llevar el atleta más fuerte de CicloBR: estaba pensando en Gabriel Uribe, sin embargo remito la decisión al Comité Directivo.
Les envío un fuerte abrazo, extraño los domingos con todos ustedes.
Hasta pronto.
Vuestro Amigo y compañero,
Giacomo.

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PD1: Ya está disponible la programación para el mes de julio. Mucha atención, si no tiene una camiseta de la Selección Colombia, vaya comprándola, la va a necesitar para el 20 de julio día que esperamos una masiva asistencia, habrá torta y vinito.
Además para el último domingo les tenemos una sorpresa.
PD2: lamento no poderlos acompañar mañana lunes, cumpleaños de mi madre. Suerte y que disfruten los que puedan asistir.
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