
ECOS DEL TOUR
¿PORQUÉ NO GANÓ NAIRO?
La versión 2015 del Tour nos ha dejado una inmensa alegría por la sensacional actuación de Nairo y en general de todos los colombianos.
Sin demeritar el triunfo de Froome quien le ganó a Nairo en franca lid, el Tour también ha dejado dudas sobre el manejo que le dió el Movistar a Nairo a quien vimos con ganas de salir en las etapas decisivas, pero mirando hacia atrás buscando a Valverde su compañero de escuadra.
Al interior de CicloBR hemos comentado a fondo lo ocurrido y todos coinciden en lo mismo. ¿Era Nairo el capo o lo era Valverde?. ¿Porqué el equipo estaba con Valverde el día de los abanicos cuando Nairo pierde prácticamente el Tour?. ¿La meta primordial al final era el podium de Valverde dado que Nairo tiene más futuro?
Reproducimos a continuación un interesante artículo de la revista "Ciclismo Internacional" en donde el analista Pedro Martín Palermo, hace un interesante análisis que da bastantes luces sobre el tema y deja interrogantes que tarde o temprano deberá explicar el Movistar.
"¿Qué le falto a Nairo Quintana para ser campeóndel Tour dle 2015?

A falta de una etapa para que sea oficial, Chris Froome ya es el nuevo campeón del Tour de Francia, carrera más importante del mundo en la que debió derrotar a los mejores pedalistas del pelotón y, especialmente, al colombiano Nairo Quintana.nairo alpe
Y justamente sobre éste último quedan algunas reflexiones por hacer, puesto que su “sprint final” hacia París dejó la impresión de que fue él quien mereció la corona y no el hombre de Sky, apreciación que desde ciclismointernacional.com no compartimos, ya que respetamos las investiduras del flamante sucesor de Nibali.
No hay que engañarse, nadie se sube a lo más alto del cajón de la ronda gala por accidente o sin ser el mejor, y mucho menos por duplicado. Esta es una carrera de supervivencia y regularidad a lo largo de tres semanas, período en el que Froome fue el más sólido en el inicio y se dedicó a administrar sus rentas después.
Sí, Quintana terminó muy fuerte, pero no se comportó así en la primera llegada en alto, donde el líder de Sky le metió 1:04, margen que, sumado al 1:28 de la etapa de Zelande, dejó el evento prácticamente sentenciado, porque el golpe psicológico también cuenta y el de esa jornada fue tremendo gracias a la exhibición de los de negro.
Lo dijimos entonces y vale la pena recordarlo ahora: “El Tour se gana en la montaña pero se pierde en la primera semana”. Y fue en ese tramo en el que Froome hizo todo bien, destacando bajo la tormenta en la etapa 2, los muros de Huy y Bretagne o pasando en vanguardia los tramos del temido pavé.
Chris Froome es merecido campeón y no hay que desprestigiar su logro, en todo caso, será tiempo de reflexión para Quintana y su entorno, que empezarán a ganar el Tour de 2016 reconociendo sus falencias y trabajando para solventarlas.
Pero de regreso a la edición que aún nos compete, debemos considerar al tunjano como el único adversario real que tuvo el keniata. Así las cosas, creemos que Nairo tuvo el Tour a su alcance y lo dejó ir, un poco por su inexperiencia y, principalmente, por acatar órdenes erróneas.
¿Qué le faltó a Nairo para ganar el Tour?
Para empezar, una mejor dirección del equipo. Por ejemplo, ¿cómo no prever lo sucedido en la etapa de Zelande si casi todo el mundo sabía lo que vendría? Allí estaban los boletines meteorológicos anunciando viento y tormenta. Los leyó Unzué y también De Jongh, que puso a su Tinkoff a tope contra el borde ocasionando el caos, maniobra que ya es habitual por parte de los conjuntos de Contador. El madrileño, ayudado también por la siempre necesaria cuota de fortuna, fue uno de los que sacó rédito y allí estuvo atento Froome, pero no el Movistar.
Esto da también pie a tratar el tema de la alineación, que ganó la clasificación por equipos pero no se comportó como tal en los puertos, donde siempre se vio a los dos capos telefónicos con un único auxiliar, usualmente, Anacona. De todos modos, su talento para la escalada tapó las fallas en la montaña pero no así en el llano, donde se extrañó a Imanol Erviti (enfermo) y a Andrey Amador, con otro calendario.
El siguiente punto a criticar fue la claridad. ¿De qué hablamos? De que si se anunció a Quintana como jefe de filas único entonces debieron obrar en consecuencia. Esto implica que Alejandro Valverde, uno de los predilectos de esta redacción, era prescindible y no había motivo para esperarlo o, peor aún, para no atacar pensando en que podía reventar.
Es más, casi que se podría afirmar que, con el murciano corriendo agresivamente pero en beneficio real de su compañero, las cosas hubieran sido diferentes. Pero eso implicaba caer posiciones en la general, como sucedió en Sky con Porte o Thomas, quien nunca pensó en cuidar su 4° plaza y se vació para el keniata mientras tuvo energías.
Sabemos que Valverde es una institución y que hace una década regala alegrías a Unzué, técnico español de un conjunto del mismo país por lo que, compartida o no, se hubiera entendido la decisión de respaldar al murciano y no al cafetero. El problema aquí fue que no se corrió en consonancia con los rangos asignados como sí hicieron los hombres de Brailsford, y los resultados están a la vista.
Rebeldía. Aquí queremos hacer un paréntesis para explicar cómo se manejan las decisiones en el ciclismo, deporte que no es ajeno a los tiempos que corren y se ha ido robotizando cada vez más, volviendo todo más previsible.
Salvo por contados casos de gente con mucha personalidad o entidad, las maniobras se piensan desde el coche y en los hoteles, dando al atleta el poder de decidir sus acciones en determinado rango de kilómetros, pero nada más.
Unzué es un viejo zorro que consiguió varios éxitos con Delgado o Indurain, siempre calculadora en mano y poco afecto a tomar riesgos. Habrá sacado sus cuentas y, por eso, permitió al colombiano lanzarse donde lo hizo en La Tossuire y Alpe d´Huez, manteniéndolo atado los días previos. Sólo eso, o algún problema físico no revelado, explicaría que Quintana haya empezado tan tarde a pelear en serio por el Tour.
No imaginamos a Contador o Nibali obedeciendo al pie de la letra una estrategia tan conservadora, pero todo es parte del aprendizaje, Nairo sigue creciendo y tendrá cada vez más voz en lo que a las decisiones refiere. Ojalá no haya pasado su único tren, porque no puede obviarse que se trató de una chance inmejorable: el Tour con menos crono en 82 años.
Conclusiones:
Partiendo de la premisa que el ciclismo es impredecible y no es lineal, sostenemos que Movistar cometió algunos pecados que privaron a Quintana del título, a saber: una mala planificación para rodar en el llano y los muros, haberse frenado para permitir el podio de Valverde y, en consecuencia, no haber iniciado los ataques serios hasta la etapa 19.
Por otra parte, el hecho de que se topó con un campeón que fue merecedor de su corona porque fue sumamente regular y supo manipular sus amplios márgenes. Es más, a los que afirman que Quintana hubiera ganado el Tour con un día más de montaña (algo por demás incomprobable) les decimos que eso es sólo una suerte de consuelo ficticio y popular, porque el británico corrió como lo hizo debido a que es un perfecto administrador de sus fuerzas y las matemáticas le dan la razón, sin descontar que, al parecer, padeció una bronquitis.
Mirando el vaso medio lleno, el ciclista latinoamericano se lleva un aprendizaje maravilloso que alimentará todavía más su confianza, porque al menos, puso al intratable patrón de la carrera contra las cuerdas en el último puerto del evento y no se irá a casa con el mal sabor de boca que hubiera representado no intentarlo.
Ser podio en una grande es cosa de elegidos y Nairo ya subió tres veces en cinco participaciones, sentando las bases de un triunfo que ya no es una utopía y que, antes o después, adornará su palmarés y será orgullo, no sólo de un país, sino de un Continente entero.
Pablo Martín Palermo
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Bogotá julio 26 de 2015
Salida # 23 del 2015 .
Alto del Águila, una nueva ruta para el menú CicloBR
Finalmente hoy pudimos ir a conocer el Alto del Águila ubicado en la vía Zipaquirá Pacho, ruta que nos había sugerido en marzo de este año Reinaldo Pulido integrante de CicloBR, quien para fortuna nuestra se dedica a explorar rutas en sus ratos libres.
Esa invitación la teníamos en mente, pero algo surgía, el invierno, las vacaciones, la copa América, los puentes, en fin, como decíamos en la crónica anterior "Cuando no es una cosa es la otra". Hoy finalmente pudimos lograrlo pese a que teníamos final del Tour y la Media Maratón de Bogotá en la cual nos representaron: Pablito Torres, Ana Niño, Mauricio Ordóñez y parece que también William Bolaños, para estos ciclo-maratonistas nuestras felicitaciones.
La cita era en el Parqueadero de Centro Chía y allí dijeron presente dispuestos a emprender esta nueva aventura ciclística. Uno de ellos vestía traje de calle y traía su camioneta cargada con deliciosas viandas para sus compañeros. Era el mono Trejos quien hoy fungía como conductor elegido y la verdad la sacó del estadio, llevaba de todo como en botica, bocadillos, galletas, gelatinas, chocolatinas Jet, bananos y como si fuera poco cervecitas enlatadas mexicanas Tecate con las que . Agradecemos al viejo Willy el detallazo.

A las 8 y treinta empezamos a rodar por la vía a Zipaquirá ansiosos por conocer el renombrado Alto del Águila, en un día esplendoroso especialmente preparado para enmarcar nuestra aventura ciclística dominical.
A los pocos kilómetros paró Javier, no lo podía creer, otra vez una de sus ruedas había sufrido un pinchazo, el cuarto desde el pasado domingo; ya no podía quejarse de las mangueras obsequio de CicloBR (importadas de Italia), pues en la semana él le pidió a su mecánico que le pusiera de las más finitas y vea Ud. Pero pronto recibió asistencia de W. Trejos para el cambio de rueda y se reintegró al grupo.
Poco a poco fuimos sumando kilómetros, rodando por esa agradable vía a Zipa, donde lo único medio aburridor son esos policías acostados que a veces forman de tres en fondo, no hay forma de evitarlos. A pocos kilómetros de Zipaquirá, Pulga advirtió: "Pilas con el paso nivel". Muy válida la recomendación, allí fue donde hace poco Ana Niño se fracturó el codo, cuando fue a parar al piso preciso con Pulga; en ese mismo sitio habían besado el suelo, Gabriel, y Nidia en anteriores oportunidades. Esta vez íbamos todos atentos y sería el colmo que nos volviera a suceder. Pero así es la vida, aunque dicen que soldado avisado no muere en la guerra, a veces pasa, esta vez un par de ciclistas todo terreno a quienes alcanzamos justo en ese punto fatídico pasaron los rieles mal y se fueron al suelo, Manuel alcanzó a soltarse de los choclos pero al poner pie en tierra se resbaló y cayó, afortunadamente sin consecuencias, Pulga por poco lo acompaña.
En la entrada a Zipaquirá paramos para agruparnos y buscar juntos la salida hacia Pacho, para ello es necesario atravesar la ciudad por estrechas calles. Finalmente llegamos a un parque y en minutos estábamos frente a la salida que buscábamos, la recordaba llena de baches, pero hoy nos encontramos una excelente vía recién pavimentada; definitivamente los alcaldes trabajan duro en el último año de su período, bueno.. con algunas excepciones diríamos los bogotanos.
Desde los primeros metros es necesario migrar a cambios suaves pues la pendiente de la vía comienza a advertirnos que no nos dará tregua. Sabemos que debemos coronar primero el llamado Alto del Zipa, ubicado a 5,5 kmts y pasar de 2600 a 2937 metros sobre el nivel del mar. El tráfico escaso nos permite trabajar tranquilos para ir superando con calma curva tras curva; por ahí se escuchaban pitos ya se veían buses y camiones que se preparaban para el desfile de la virgen del Carmen, esa celebración es usual a lo largo del mes de julio en las poblaciones cundi boyacenses.
Hablando de boyacenses, Javier se distrajo y pasando Zipaquirá perdió el rumbo del grupo. Como preguntando se llega a Roma acudió a un Zipaquireño, quien le indicó el camino, le dijo: "Si ve esa lomita allá, pues "poray" es el camino al Alto del Zipa, eso sí es empinadita mijo". Javi, uno de los más duros escaladores del grupo vio esa tremenda subida, ajustó su piñonería se paró en pedales y empezó a subir en Zig Zag, realmente era muy dura, pero iba pensando, si la subieron, Nobile, Gabriel, O. Márquez es que en algún lado se aplana. Cuando sus piernas estaban a punto de desobedecerle finalmente avistó el empalme con la vía principal; por ese atajo había salido un par de kmts adelante pero a qué costo; allí paró, y luego de un merecido descanso tomó la vía al Alto del Zipa, cuyas curvas le parecieron demasiado suaves comparadas con lo que acababa de finalizar, pronto avistó a Nobile a Jorge y a Pulga quienes cerraban el lote.
Cuando el lugareño le indicó a Javi el camino, seguramente el no percibió la sonrisita pícara, del gracioso que lo envió a sufrir. Justo ayer yo les había enviado por Whatsapp la descripción que hacen del alto del Zipa los amigos de Altimetrías de Colombia, allí señalaban: "Este alto tiene una variante durísima, con un kilómetro inicial brutal al 13.5% de pendiente media a la salida de Zipaquirá por la Calle 4, y rampas con picos de hasta el 20%.". Imagínense, mientras nosotros avanzábamos por curvas con pendientes duras del 6.5% y 7% el pobre Javi se reventaba subiendo esa pared. Si me toca a mí me habría devuelto a Bogotá de una.

Por el camino correcto realmente la subida es exigente pero la pendiente es manejable, hay tramos del 8%, que nos van minando hasta coronar el Alto, que no tiene ninguna señal indicativa, allí no vimos al Zipa. Sabemos que culmina porque inicia la bajada. Según nuestras cuentas tenemos que recorrer casi 10 kmts para el siguiente puerto montañoso, el Alto el Águila, nuestro objetivo final de hoy.
La situación de carrera al coronar el puerto del Zipa es más o menos así: Adelante Rafael y Diego se disputan los puntos de bonificación, la cosa se define en favor del primero, la sorpresa del dia. Los siguen W. Duarte, Molanito Nidia, Reinaldo y Manuel quien viene como una moto desde atrás. Yo voy en persecución de Armando y Gabriel y Guillermo quienes alcanzo a superar antes de la bajada. Cierran el lote Cristian que va con intenciones de subirse a su carro escolta, Marcolino, Pulga, Nobile y Jorge. Javier el escarabajo va a toda mecha pasando gente pues ahora la subida le parece bajada luego de haber trepado ese tremendo muro. Gabrielito, por supuesto llegó al Alto del Zipa, dio media vuelta y tomó las de Villadiego.
El primer tramo de la bajada tiene una serie de rayas blancas tipo cebra en las primeras curvas. Luego del descenso encontramos varios repechos y enseguida aparece nuevamente una subida de unos tres kmts, la coronamos; mirando el cuenta kilómetros calculamos que aún faltan más de 4 kmts para la meta. La vía sigue en perfecto estado y el tráfico de vehículos muy exiguo, bastantes tramos con topes reductores de velocidad que no podemos evitar.
Guillermo aprovecha sus aptitudes para bajar y se une a un pequeño lote perseguidor que conformamos con Manuel y Reinaldo, Adelante van Molanito y Nidia,
W. Duarte, Rafael y Diego asumen que han coronado El Alto del Águila y se devuelven. Reinaldo que conoce el recorrido nos anima a concluir y continuamos superando repechos, hasta llegar a la subida final de 2 kmts que ya es una rampa del orden del 7% u 8% de pendiente, Guillermo ha perdido la rueda y Molanito, emulando a Nairo ataca y se va, dejando que Reinaldo Manuel y yo disputemos el segundo lugar. Unos minuticos después llega Guillermo, sin duda ha hecho una excelente tarea.
Como lo que sigue es bajada paramos, suponemos que ese es el famoso Alto del Águila, es decir, como ahora con el Tour aprendimos francés, llegamos a La Col de L'Aigle, ave que seguramente anidó por esas cumbres en otros tiempos. El frio nos obliga a retornar; antes habíamos visto una tienda 500 metros abajo y allí paramos para esperar al grupo y guarecernos del frio intenso del páramo.
Nidia y los Duarte bajaron por Nobile y los escoltaron hasta concluir. Todos coronaron el alto, felicitaciones. Para destacar el esfuerzo de Nobile y Marcolino, con poco entrenamiento este año y ya llegan a esas cumbres.

Como todo lo que sube baja, emprendimos el regreso, una tarea que resultó más exigente de lo que pensábamos, pues hasta el Alto del Zipa hay que hacer esfuerzo, los repechos exigentes abundan. Debemos descender con precaución por la cantidad de topes reductores de velocidad, que no volvemos a ver cuando abordamos los los 5 últimos kmts del descenso hacia Zipaquirá.

En el camino de bajada nos topamos con una impresionante caravana de los conductores devotos la Virgen del Carmen que venía subiendo.
Una última paradita en Zipa y luego si tomamos la Central hacia Cajicá y Zipa. Nobile y Pulga habían tomado una ventajita que les sirvió pues el lote los alcanzó bien adelante.
Las rodillas de Rafaél le pasaron cuenta y lo obligaron a subirse al carro acompañante. Parece que se entrenó en exceso en las semanas previas y desde la salida le dolían, .

En Centro Chía completamos casi 4 horas de trabajo en bici en un recorrido que resultó ser de los mejores de este 2015. Valió la pena ir a conocer ese par de altos Del Zipa y Del Águila, en donde marcamos el camino con el sudor. La carretera y el perfil montañoso nos hicieron evocar algunas de las menos exigentes rutas del Tour, nos sentíamos Nairo, Froome o Contador, pero allí entendimos más a esos guerreros del Tour que son unos berracos!!
Hasta la próxima y mil gracias por seguir la lectura hasta acá. Don Hétor esperamos que haya disfrutado la narración y que se recupere pronto para repetirla. Mire que su carnal Jorge hoy se lució e hizo la etapa completica en su honor.
A los apreciados integrantes de la Cosa Nostra, Giaco, Eduardo y Fabio, también les prometemos que para que apaciguen esos los sentimientos de envidia y culpa serán los invitados de honor en la próxima visita al Colle L´Aquila.
Los dejamos en con los recuerdos gráficos captados por Trejos.
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