Su inventor, Johnny Goldberg (creador del programa Spinning), lo creó a finales de los ochenta después de ver que le era muy difícil entrenar cuando hacía mal tiempo. Para ello creó una bicicleta estática con una tuerca que le permitía graduar la resistencia y por tanto la dificultad del pedaleo. En 1986 creó el primer programa dirigido a personas de todas las edades y condiciones físicas llamado “spinning”. A partir de esa fecha se implantó en los gimnasios de EE.UU. donde tuvo muchísimo éxito.
Es una forma nueva de entrenar en donde se conectan bicicleta, cuerpo y mente, con el solo fin de mejorar el acondicionamiento físico.
Hace unos cinco años apareció en nuestro país tímidamente y en la actualidad en una disciplina que tiene miles de seguidores, y es usada con frecuencia por ciclistas de ruta, ciclo montañistas y triatletas que en ocasiones ven interrumpidos sus ciclos de entrenamiento por la lluvia.
El ciclismo estacionario, o spinning, además de servir como importante herramienta para el entrenamiento, es también de gran utilidad para el mejoramiento de la calidad de vida de la gente. Tiene grandes virtudes pues se trata de una actividad cardiovascular en la que el alumno entrena la parte aeróbica. Con el ciclismo estacionario mejora el sistema cardiovascular y respiratorio pero también se aprovechan al máximo los nutrientes, se queman grasas, se tonifican los músculos de las piernas, glúteos, abdomen, cadera y brazos y es recomendable para bajar de peso.
Desventajas: No es apropiado para mujeres embarazadas, ni personas que tengan problemas cardiovasculares .
Otro punto a favor es que, si bien la clase es grupal y todos siguen las mismas indicaciones, cada alumno puede regular en su bicicleta su propio nivel de esfuerzo y así controlar la intensidad del entrenamiento. Además, es un ejercicio sin impacto ni riesgos de lesiones, y se le presta suma atención al control del ritmo cardíaco de los alumnos. Encontrar un ritmo cardíaco confortable es la clave para incrementar la capacidad aeróbica.
Está comprobado que cuando alguien realiza una actividad cardiovascular, al término de un mes reduce los niveles de colesterol habitualmente llamado “malo”. Al cabo del primer año de actividad controlada descienden los factores de riesgo de infartos”.
La música marca el ritmo de la actividad. Melodías generalmente electrónicas que estimulan y motivan al alumno. De a poco la gente empieza a concentrarse en lo que hace y sus piernas, casi por intuición, van siguiendo el nivel de intensidad que marca e impone el equipo de audio.
Es entonces cuando los alumnos montados a sus respectivas bicicletas generan una química particular: se comportan como si se tratara de un equipo, de un grupo que parece ir en pelotón hacia un mismo objetivo, aunque están allí, en una calurosa sala y todos en el mismo lugar. No avanzan, pero sus pulsaciones son similares a las de un ciclista en plena ruta con Los Pirineos a su alrededor (Existen varios videos de spinning). Están motivados y sólo piensan en mejorar realizando mejores gestos técnicos. Están entrenando.
No obstante se puede practicar este deporte sin música, o viendo un programa de TV para que corra más rápido el tiempo.
Una bicicleta de spinning en casa es una buena inversión en Bogotá para un ciclista que quiere continuidad en su entrenamiento, pero el clima o las ocupaciones le impiden salir a carretera. Se pueden conseguir desde $700 mil pesos.
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