Bogotá octubre 12 de 2025
HOY NOS PASÓ DE TODO Y TUVIMOS UN SUSTO TERRIBLE.
Anoche mientras alistaba todo para asistir a la salida dominical programada, Siberia - el Rosal - Subachoque, dado que esta semana ha llovido mucho, pensaba, si amanece con cielo nublado o llueve mañana no asistirán algunos de los OCHO (8) pedalistas que confirmaron. Me Preocupaba también que Marcolino, quien se ofreció como conductor elegido para reemplazar a Ricardo se quedara con las viandas que generosamente me confirmó va a traer: “Compré unos diez más porque uno no sabe si aparecen otros”.
Llegué a la estación Terpel de Siberia, son las 7 de la mañana, ya está acá Marcolino, acaba de llegar Héctor y diez minutos más tarde aparecen los Pulgas y Luis Hébert quien venía pisándoles los talones, luego llegan Willy y Pablito, lo cual indica que el minicombo está listo para partir.
El día no es soleado, pero pinta bien el sol está próximo a salir, ya lo veo asomado coqueteando entre las nubes. Mis preocupaciones eran infundadas.

Marcolino se prepara para atendernos con las viandas deliciosas que nos trajo, muchas gracias.
Le pedimos a una dama que acompaña a un grupo de motociclistas Harlistas que nos tome la foto para la portada.
Salimos a la calle 80, se ve desolada, muy pocos ciclistas, se nota que es un puente festivo.
Nos alcanza un grupo de Harlistas en sus poderosas motos, adelante del grupo van solo damitas, detrás un grupo grande de señores también en motos Harley.

Una de ellas fue justo la que nos tomó la foto en Siberia, nos reconoció; ella y cinco más deciden hacer una fila por el lado izquierdo nuestro, nos preguntan para dónde vamos. Pablito les responde que seguimos derecho hasta el Rosal, ellas van para Honda, con el grupo de señores que se devuelven allí, pero deciden escoltarnos hasta el cruce del Rosal, mientras el resto del grupo de motos sigue derecho para reencontrarse en el Alto del Vino. Hay varias muy bonitas. Pulga trata de hablarles, no entiende lo que le dice una de las muchachas, pues el ruido de los motores es ensordecedor. Héctor, bastante emocionado, le pide a una de las chicas sus datos, para llamarle, le responde que busque en YouTube “Harlistas caleñas”. Me puse a buscar y en efecto encontré este video:,

Son amas de casa Caleñas, hay algunas muy bonitas, como la del pantalón roto quien nos tomó la foto. Marcolino observaba todo desde el carro escolta, creo que iba envidioso. Vio que una de ellas había parado y no resistió la tentación de tomarle esta foto furtivamente.

Me pidió que se la enviara a Manuelito Panesso pues dice que como el es Harlista de pronto la conoce, a ver si nos invita a un ciclo paseo mixto de motos y ciclas, sería un buen plan para el cierre de calendario, señaló.
Como lo bueno no dura llegamos al Rosal y las chicas se despidieron lanzándonos besos, yo queria ir con ellas hasta Honda.
Cuando giramos, Nobile dice: "vean estos …aricas tan coquetos".
Paramos a desayunar antes de llegar a la Virgen donde siempre nos atienden bien. Allí Héctor propone que no subamos a Canicas, que sigamos derecho hasta la Pradera y regresemos por el mismo camino, hoy no se siente bien para hacer montaña; aceptamos la sugerencia pues éramos solo siete ciclistas, aprovechando además que no vinieron Guillermo y Alberto.
Llegamos al inicio del repecho para subir al parque de Subachoque, había unos conos como impidiendo el paso, pensamos que era solo para vehículos pasamos por un lado, pero más adelante la policía nos impidió el paso. Yo casi no puedo sacar el pie del choclo y por poco me voy al piso.
Nos tocó subir a pie, el parque estaba cerrado, no sabíamos que en Subachoque hoy estaban celebrando la Semana Cultural Cacique.

El propio alcalde presidía un desfile de bandas; había bazares y puestos de artesanías. Nos quedamos un rato, hasta pudimos hablar con el alcalde Jorge Alberto Camacho, le preguntamos cuando van a repavimentar el tramo Puente Piedra Subachoque, nos dijo que el año entrante, informa que están pendientes de que la Gobernación autorice la licitación; es probable, siempre hacen eso en vispera de elecciones, crucemos los dedos.
Luego logramos cruzar el parque a pie y buscar la salida a Pradera.
A Pradera llegamos a las 10 am. Como ya habíamos desayunado nos devolvimos de una. Al llegar a Subachoque la policia nos paró otra vez pues no se podía ingresar en bici ni en carro, estaban en la misa; solo abrirían paso en una hora. Entonces Willy sugiere que subamos a Canicas y luego bajemos a Subachoque, seguro entonces ya podremos cruzar hacia el Rosal. Aceptamos la propuesta.
Comenzamos a subir Canicas, llegando a la escuela empezó a llover, paramos en una tienda en la parte plana, esperamos 35 minutos hasta que la lluvia cesó y seguimos subiendo lo que faltaba para coronar la cima de Canicas; curiosamente más adelante el piso estaba seco, esas son las bromas de San Pedro.
Llegamos a Canicas, William se nos había adelantado, los demás subimos acompañando a Nobile para que se olvidara lo de las Harlistas y perdonara a Pulga.
Arriba Hébert sugiere que regresemos a Siberia por Tabio, pero Pulga dice que no esta de acuerdo; “esa carretera está vuelta m… mejor vamos por donde vinimos” Tocó hacer caso.
Al llegar a Subachoque ya estaba todo normal, tomamos masato y avena en la panadería y continuamos el viaje. Tomamos la vía para salir al Rosal, como a los tres kmts venía una camioneta por el otro carril con las luces prendidas y haciendo sonar el pito, el conductor la detuvo, estaba agitado nos dijo que un toro bravo se había escapado de un camión y venía atrás, que lo mejor era meternos rápido a una finca. Qué susto tan berraco, como pudimos pasamos las bicis por encima de una cerca de alambre, varios las tiramos literalmente, Marcolino nos levantó el alambre y nos pasamos al otro lado lo más rápido que pudimos en medio del terror, a Pablo se le enganchó la camiseta y se rompió; Marco se quedó a la orilla, como buen llanero no le teme al ganado, hasta bromeó sacando una bayetilla roja.
Cómo sería el susto tan tenaz que nadie atinó a tomar una foto. Estábamos pálidos. Yo me lo imaginaba así:

Esperamos como diez minutos y nada del toro, Marcolino paró un carro y le preguntó al conductor, le dijo: “tranquilos ya lo enlazaron y lo metieron a la finca a donde iba, es un semental, eso con las vacas se calma ahí tiene trabajo pa´rato”.
Con las piernas todavía temblorosas seguimos el camino muy despacio echando ojo por acaso, eso sí veíamos a lo lejos una vaca tras una cerca y parábamos. Esto queda como parte de otra inolvidable aventura.
Tomamos la ochenta y muy rápido llegamos a Siberia, William y Luis Hébert pusieron el paso, levantamos hasta 37 kmts, creo que el miedo al toro ayudó. Como dijo el domingo Pachito, “yo nunca había andado a esa velocidad”.
Pablito y Pulga llevaban a Nobile al Zoco como dijeron en la tertulia. Nobile tomó su teléfono, entró a Google para averiguar que quería decir al zoco, luego dijo: “hay hola sí, tenían razón”.
Amigos y amigas lectores, si llegaron a este punto del relato, les agradezco hacer lo de Nobile, busquen por favor en Google el significado de la palabra “Trola”. Si la encuentran, entenderán que no hubo Harlistas, ni fiestas en Subachoque, ni charla con el alcalde, ni lluvia en Canicas y menos toros sueltos, tampoco fuimos a Pradera y menos a Canicas y afortunadamente a Pablito no s ele rompió la camiseta, pues no hubo cerca de alambre de púas. Todo fue invento de este cronista, una crónica en modo ficción para que los que no pudieron asistir hoy se interesaran en la lectura desde sus sitios de veraneo. Si alguno de ellos se comió el cuento por favor mañana esperamos el comentario.
Acá el relato verdadero:
La verdad es esta, la resumo en unos pocos renglones: Cuando nos encontramos los ocho valientes que aparecen en la foto de la portada, en la cafetería Altoque acordamos ir solo hasta el Vino, luego bajar y subir el Resbalón y regresar a Siberia.

Marcolino sacó una canasta llena de bananos, barras de cereal y bocadillos para repartir y repetir. Muchas gracias Marquito.
Salimos pasadas las 7:45 de Siberia, no parecía puente estaban saliendo muchos carros y flotas. Al llegar al peaje habían suspendido el paso por el primer carril del peaje que siempre nos dejan libre, nos metieron por el paso angosto, allí se formó el coge coge entre ciclistas y motociclistas.
Comenzamos a subir el Vino, Héctor se subió al carro, no se sentía bien.

Pasando la parte dura donde esta el aviso de inclinación 8% empezaba un trancón ni el berraco, más adelante había dos carros estrellados por el carril izquierdo, los cuales causaron la enorme congestión.
Con Luis Hébert nos fuimos adelante, mientras Pulga, y Pablito se quedaron para ayudar a Nobile.
Fue bastante estresante con tantos ciclistas y vehículos; Luis Hébert remató en el último kilómetro, Nobile casi me llega en la meta.
Pulga dijo “la traíamos con Pablo al Zoco”. Esperamos arriba a que Marcolino hiciera el retorno, mientras le hicimos el gasto a un vendedor de jugos de banano, muy parecido a uno de nuestros pedalistas.

Héctor decidió regresar a Siberia, Marcolino se ofreció llevarlo, pero optó por ir solo para no dejarnos sin acompañante. Paramos a desayunar en una cafetería yendo hacia Faca cerca al puente del Rosal. Igual había mucho carro en esa angosta vía. Bajamos el Resbalón, subimos y emprendimos camino por la ochenta para llegar a Siberia, el paso fue duro, como lo dice la crónica de ficción, levantamos en algunos tramos entre 35 y 37 kmts. Llegamos a la Terpel y al calor de un juguito de cebada nuevo que sacó Club Colombia comentamos la corta salida. 57 kmts en total.
Allí surgieron nuevas propuestas para el ciclo paseo de fin de año, las cuales estaremos socializando una vez se concrete alguna.
Llamamos a Héctor y reportó que llegó bien a Siberia, y luego tomó su vehículo para ir a casa. Ya está bien de salud, afortunadamente solo fue un malestar pasajero.
FELIZ SEMANA
PD:
La foto real que inspiró la cronica de ficción

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