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Bogotá mayo 28 de 2021
Despedimos a un amigo
Difícil pero ineludible tarea la de sentarse a escribir unas palabras de despedida a un colega ciclista, apreciado amigo e inolvidable compañero de cientos de aventuras ciclísticas, quien partió inesperadamente. Pasé del asombro a la incredulidad al leer el mensaje que nos envió hoy a las 7:03 p.m. su hermano Víctor:
"No puedo decirle al grupo buenas noches porque no la son. Con mucha tristeza tengo que comunicarles que Orlando ha fallecido el día de hoy. Fue un gran hijo, un gran esposo, un gran padre y un gran hermano. Igualmente, un gran amigo. Con toda certeza que ya está en presencia de Dios. Un abrazo para todos y una oración por él"
De inmediato lo llamé para expresarle el pésame, confieso que no pude contener el llanto, tuve que colgarle a Víctor pues no podíamos hablar; aún a esta hora evocando su recuerdo los ojos se me empañan.
Orlando Alberto Molano Moreno, mi Tocayo, ingresó a CicloBR en enero de 2009, pero me pareció que estuvo desde siempre con nosotros, por el cariño que le tenía al grupo y el que profesaban los Cicloberes por él. Un ciclista curtido, fuerte en la subida y recio en el plan, llevaba en la sangre el coraje Boyacense heredado de sus ancestros en su natal Firavitoba.
Su formación como docente se reflejaba en su vasta cultura y don de gentes, fue un poeta aún no descubierto, maestro del arte de escribir, de la talla en piedra, pintor y jardinero en sus ratos libres y aventajado maestro de las danzas costumbristas; todas esas actividades las combinaba con su deporte predilecto que disfrutaba con la anuencia y apoyo de la linda familia que le regaló la vida.
Para nosotros siempre fue “Molanito”, un maestro, un amigo incondicional y el mejor ser humano que conocimos. Con su excelsa prosa muchas veces ayudó a escribir las crónicas de CicloBR, grupo al que amaba entrañablemente.
Tuvimos la fortuna de que nos aceptara escribir un resumen con la historia de su vida, que quedó plasmada en una breve biografía, la cual resultó sorprendente, descubrimos muchas cosas interesantes de su vida, allí nos contó sobre sus antepasados, su origen, cómo se educó, cómo se formó y como fue ascendiendo peldaños en su vida a pulso, con mucho esfuerzo y sufrimientos, pero con grandes recompensas. Ver biografía>>.
Molanito ya no está con nosotros, pero seguirá presente en cada carretera que recorramos, así desde hoy no sea visible; sentiremos su presencia subiendo al Vino, al Sisga, a la cuchilla de Guasca, Zipacón, Canicas, La Vega, Icononzo, Tunja, Villa de Leyva, Sogamoso, El Crucero, y en cientos de recorridos que disfrutamos con él. Se fue y nos quedó debiendo la segunda versión de la Doble a Chiquinquirá que organizó impecablemente; ahora será nuestra responsabilidad hacerla cuando la pandemia sea un recuerdo lejano.
Su paso por CicloBR y su legado quedaron plasmados en las crónicas del grupo recopiladas en la web, sus recuerdos aparecerán digitando la palabra “Molanito” en el buscador de nuestra página web, allí aparecerán cientos de historias en las cuales fue protagonista, como cuando nos apaleaba en El Vino o subiendo al Sisga, cuando un rabioso can logró desestabilizarlo y tumbarlo de su bici bajando del Alto del Zipa, cuando nos llevó por primera vez a las Margaritas, o cuando un imprudente conductor lo sacó de la vía.
Sin duda la tristeza que hoy nos embarga, se mitiga al pensar que simplemente se fue a descansar pues no son tiempos fáciles para nuestra Colombia, pero consuela saber que disfrutó sus casi 76 años de vida a plenitud con su amada familia y con sus compañeros de deporte.
Hasta pronto Molanito, sabemos que pronto te reencontrarás con Jorgito y podrán echar un pique en cicla, mientras llegamos.
Para Carmen Cecilia su amada esposa, para sus hijos Juan Daniel y María José, para Víctor su hermano y demás familiares nuestro sentido mensaje de condolencia que ojalá porte el consuelo necesario y que nuestras oraciones aligeren su dolor.
