INICIO
 
I
I
I
I
I
 
 

 

Bogotá octubre 17 y 18 de 2015

Salidas número 34 y 35 del 2015

De Chiquinquirá venimos de pagar una promesa

La verdad nunca pensé que este año nos iríamos a recorrer la ruta Chía – Chiquinquirá  que tiene aproximadamente 114 kmts y menos hacerla ida y vuelta, pero teníamos que pagar una promesa, ya les explico por qué.

La promesas en la tradición católica, son una costumbre que heredamos de los conquistadores Españoles, implican un compromiso  que alguien adquiere ante una virgen o un santo de su devoción, para hacer algo que implica gran sacrificio, cuando se presenta una necesidad apremiante o enfermedad en algún miembro de la familia. En nuestro caso afortunadamente se trataba de ir desde Chía a visitar la población de Chiquinquirá y regresar, para cumplirle una promesa a nuestro colega y apreciado amigo Orlando Molano.

A comienzos de septiembre Molanito me comentó que con ocasión de la celebración sus 70 años  de vida quería que los integrantes del grupo de ciclismo lo acompañáramos en ese recorrido, una idea que le había planteado a su familia y que de inmediato decidieron secundar y todos se comprometiéron a colaborarle en la organización. De esta manera incluimos en la programación ciclística del mes de octubre el “Ciclopaseo Orlando Molano 70 años Chia- Chiquinquirá – Chia”. Molanito aspiraba a que una gran mayoria de los CicloBeres lo acompañaran en este evento, por esa razón entregó personalmente a cada uno la invitación y el folleto con la información completa sobre el recorrido y lo encabezó con este texto:

Hay etapas de nuestra vida que merecen alguna recordación. Al llegar a mis 70 años de vida en el mes de octubre, disfrutando de la familia y de una de las actividades que me han apasionado durante un buen tiempo de mi existencia, ahora en compañía de esta otra familia que es CICLOBR, deseo celebrar con una actividad que ojalá todos la recordemos positivamente

En nuestro grupo afortunadamente tenemos gente valiosa que se ha ganado el aprecio de sus compañeros y una de esa personas es Molanito,  así pues que le prometimos que asistiríamos a ese recorrido para celebrarle sus primeros 70 añitos y teníamos que asistir, porque las promesas se deben cumplir.

En este caso la promesa no implicaba mayor sacrificio porque se trataba de algo que hacemos con sumo placer, montar en bicicleta, y vaya que lo logramos, fue una experiencia inolvidable por el recorrido de 228 kmts, en dos días y la oportunidad de compartir con este grupo de amigos y con la familia de Molanito.Además conocer nuevas rutas.
 
Siguiendo el plan meticulosamente diseñado por los Molano, llegamos el sábado 17 de octubre tempranito a su preciosa casa en Chía, donde nos esperaba un suculento desayuno que incluía tamal y chocolate.

Allí estaban Marcolino su esposa y Sandrita quien sería una de nuestras conductoras elegidas, pues además iba María José la hija de Molanito, su señora madre su hermano y su novio. Geoffre llevó su camioneta, que conduciría su padre el señor Mateus acompañado de su esposa. Molanito había contratado una Van pero finalmente le enviaron una camioneta 4 por 4 en la que apenas cupieron las maletas, le tocó llevar otro vehículo en el cual iba su familia y  los elementos de  la logística.

Pasadas las 8:30 nos aprestamos para hacer Chi Chí, pues así bautizamos cariñosamente a este recorrido (Chía- Chiquinquirá), los amigos que decidieron acompañar a Molanito en su aventura estábamos listos para la foto de rigor. La delegación la encabezaba nadie menos que Jorgito Peña, otro apreciado y querido compañero, además el ciclista insignia del Grupo, a sus 82 años, decidió cumplir con la promesa y acompañar a su amigo Molanito en su sueño. Sin duda Peñita es el pináculo a donde aspiramos a llegar todos los ciclistas ojalá con esa misma fortaleza..

Finalmente llegó la hora de partir para cumplir este recorrido inexplorado para la mayoría, la caravana integrada por trece pedalistas empezó buscando la vía a Zipaquirá: Nidia Romero, Orlando Molano, Jorgito Peña, Armando Torres, Melquisedec Reina, Marcolino Barrera, Miguel Granados, Pablo Torres, Geoffre Mateus, William Trejos, Víctor Molano, Orlando Márquez y  Juan Daniel hijo de Molanito quien nos acompañó unos kmts en su todo terreno hasta antes de Tierra Negra.

A paso regulado, escoltando a Jorgito Peña, recorrimos los primeros 22 kmts hasta Zipaquirá, allí tomamos una variante recién inaugurada, que no conocíamos, por ahora con poco tráfico, en 7, 5 kmts nos deja nuevamente sobre la vía a Ubaté principal, frente a la entrada al Neusa.

Melki iba adelante y no se dio cuenta,  entró a Zipaquirá por agua y luego tomó la vía  tradicional. Salió de la tienda y se dispuso a perseguir con la esperanza de darnos alcance, pero pronto comenzó a preocuparse por que no nos llegaba, hasta que recordó que existía la variante y cayó en cuenta de que habíamos tomado esa ruta. Le dio con todo y paró a esperarnos en el cruce donde se encuentran la variante y la autopista, pero tan de malas que nosotros ya habíamos pasado. Pensó en llamarnos, pero para colmos le había entregado su celular a Sandrita; buscó un teléfono y se comunicó y como nosotros habíamos iniciado ya la subida pidió que lo recogieran, Sandrita fue y lo rescató pero el pobre se perdió el tramo de ascenso.

Mientras Melki sudaba la gota gorda  nosotros continuamos por la autopista de doble calzada, el tramo nuevo que nos lleva justo frente al peaje de Casablanca, la puerta de entrada a nuestro primer reto de montaña: El Alto de Tierra Negra, desafortunadamente una estrecha vía en la que muere la doble calzada, tiene alto flujo vehicular de tractocamiones, buses y automóviles que transitan hacia los departamentos de Boyacá y Santander. Allí Jorgito Peña decidió hacer una pausa y subirse al vehículo acompañante, el conoce de memoria esa subida pues la recorrió muchas veces con los pioneros de CicloBR.

En efecto, con el grupo recorrimos esa carretera hace casi 20 años, en compañía de jóvenes como Melki, Pulgarín, Marcolino, Jorgito Peña, Alvarito Cuervo, William Duarte, Edgar Dimián, Alberto Otálora, Carlos Reina, y de amigos hoy retirados como Jorge Sánchez y el Abuelo Fabio Gómez, Jorge Arteaga, Álvaro Campo, Raúl Téllez, Roberto Gálvis, Rogelio Cortés, Manuel Leal, Alberto Pineda, Eduardo Matíz, Augusto Salcedo, Hugo Gozález, Publio Melo, Noé Muñoz, Hugo Gutiérrez,Pedro Villamil, Isaías Castro, Mauricio Perfetti, Fabián Castillo, Alfredo Torres, Álvaro Villarreal, Ricardo Parra, Rafaél Caicedo y Gustavo Herrera (QEPDs) y otros tantos cuyos nombres se me escapan

Lo único que vi cambiado fue el diseño del peaje, ahora amplio y de más entradas, pero al pasarlo me encontré que allí el tiempo se ha detenido, la misma carretera angosta, ahora por supuesto más transitada. De inmediato acudí a la carpeta “subidas en bicicleta- alto de Tierra Negra” de mi memoria ciclística  y me sorprendí que tuviera tan grabado ese recorrido, tal vez porque lo sufrí muchos domingos.

Son en total 8,2 kmts del peaje al alto de Tierra Negra, que comienzan con un planito de 500 metros y luego si se inicia en forma el ascenso. Los olores le traen a uno recuerdos y es verdad, en este caso la memoria olfativa me activó los recuerdos. En aquella época cuando comenzábamos a subir y a sentir el esfuerzo no era fácil respirar con ese molesto y penetrante olor que despedían las fábricas de ladrillos y tejas de barro cocido llamadas chircales.

Por muchos años el Ministerio de ambiente ha pregonado que esos chircales deben ser cerrados pues se constituyen en un foco de contaminación y generan altos riesgos para la salud de los pobladores debido a los gases tóxicos que lanzan al aire (trióxido de azufre) por la combustión en los hornos alimentados con carbón. En efecto ahora son mucho menos, eliminaron los más pequeños, pero desde la carretera se aprecian aún las enormes  chimeneas de una de esas fábricas que curiosamente “sobrevivió”  y aún tiene licencia para contaminar porque el Minambiente cree que es más importante el aporte a la industria de la construcción que la salud de los colombianos.

Los primeros 3 kmts tienen una pendiente  del  6.1%, pero  el kilómetro 4 finaliza con una pendiente del  7% es la mitad de la subida; luego de una curva, donde pareciera que llegamos a terreno plano, pero la verdad la carretera continúa en ascenso  en una especie de falso plano. Recordaba que luego vienen dos puntos que logran engañarnos porque uno cree que allí termina la subida, pero al pasarlos nos encontramos con la sorpresa de que la cosa no ha concluido y que falta montañita. Pasando la segunda luego de una curva a la izquierda a lo lejos se aprecia el corte de las montañas y allí si está la cima del  alto de Tierra Negra

Aprovechando que conocía el terreno pude despegar a Pablito y a Geoffre quienes sufrieron el engaño de las falsas llegadas, pero Victor si se la sabía y logró clavar antes que nosotros su bandera en la cima. Luego de Geoffre llegaron Molanito, Pablito y Armando. Nidia y Miguel de puros solidarios acompañaron y animaron a Trejos en la subida y adelante de ellos marchaba, a su paso, Marcolino. El paisaje en la cima me pareció también congelado en el tiempo, fue como ver una fotografía de hace 20 años, no ha cambiado mucho

Para llegar al alto, puerto de segunda categoría,  ascendimos 439 metros,  hasta a una altitud de 3051 metros. Luego viene un prolongado descenso de casi 10 kmts que empata con la población de Sutatusa, donde paramos para el primer descanso y avituallamiento en este largo recorrido. Allí completamos 53 kmts aproximadamente, es decir aún nos faltaban 60 kmts para llegar a Chiquinquirá nuestro objetivo del día. La familia Molano nos atendió con juguitos, galletas y deliciosos emparedados caseros que acompañamos con tinto y agua de panela. Aunque hacía frio y el cielo estaba gris, estábamos seguros de que no tendríamos lluvia en el camino y acertamos.

Melki se incorporó  al lote y Peñita prometió que más adelante se subiría la bici, quería llegar a Chiquinquirá pedaleando. Juan Daniel Molano ya había cumplido con su tarea antes de llegar al peaje de Casablanca. Los otros once partimos en busca de esos 60 kmts que teníamos pendientes.

Las señales viales nos indicaban que la próxima meta parcial sería Ubaté, mejor dicho mencionemosla por su nombre elegante, La Villa de San Diego de Ubaté; Allí llegamos aproximadamente a los 10,5 kmts de recorrido. Hasta ahora solo transitábamos por terreno plano plano en una vía excelente con tramos recién pavimentados. La siguiente población que avistamos fue Capellanía pero en pocos pedalazos la superamos, hasta allí ya nuestra piernitas llevaban 75 kmts y el terreno tendía a ser más quebrado, el siguiente objetivo era la población de Susa pero primero tendríamos que acumular 18 kmts más.

Pronto tuvimos a la vista la Laguna de Fúquene que comenzamos a bordear por la izquierda, sus aguas ahora están alejadas de la vía, debido a que los agricultores y ganaderos han desecado e invadido tierras a ese que fue uno de los santuarios Muiscas. El mismo estado en la época de Bolivar propugnó por acabar con la laguna, el general Bolívar otorgó concesiones a particulares con ese propósito y más adelante el Presidente Tomás Cipriano de Mosquera la entregó para que la desecaran y explotaran, como recompensa por sus servicios a a la independencia del país, a los generales Valerio Barriga, Pedro Alcántara Herrán, Francisco Urdaneta y Joaquín París Ricaurte.  Una triste historia, no entiendo cómo sobrevivó una parte de la laguna después de más de un siglo de ataques. Afortunadamente, aunque tarde,   desde 1999 los gobiernos decidieron detener el proceso de invasión de la zona y salvar lo poco que quedó de esa fuente de agua que sobrevivió a la avaricia de los terratenientes. Pero ella misma, la Laguna de Fúquene, se ha vengado y de vez en cuando desborda e inunda en invierno a los invasores.

Pero dejemos las historias tristes y continuemos con el relato de esta felíz travesía en nuestras bicicletas. Camino a  Susa, Jorgito Peña volvió a montar su bici, no aguantó más ver a sus colegas disfrutando y se unió  al ciclopaseo. Ya hemos perdido de vista la laguna pues la carretera gira a la izquierda y se endereza para encontrase con Chiquinquirá. La noticia buena para nuestras colitas es que estamos a menos de 25 kmts de Chiquinquirá.

El terreno es más montañoso y debemos enfrenarnos a varios repechos que a esta altura del paseo y con lo que traemos encima parecen más duros de lo que son. Pablo le da una manito a Peñita en el primer repecho duro y luego decide irse tras la meta final con Marcolino, Geoffre, Melki, Víctor y Armando, a quien más adelante dejarían en el camino.

Los restantes seis pedalistas, Miguel, Nidia, Molanito y W. Trejos y el suscrito nos quedamos escoltando a Jorgito para llevarlo regulado a Chiquinquirá como era su propósito. Faltando 15 kmts para la meta William pidió parar para refrescarse y tomar aliento, así que nos detuvimos en una tiendita. Lo hizo bien porque a los pocos kmts llegó la subida dura , unos 2,5 kmts calculo, que marcan el límite entre Cundinamarca y Boyacá. Miguel Granados se encargó de colaborarle a Peñita en la subida mientras Molanito y yo les seguíamos la rueda. Más atrás Nidia acompañaba a William.

Al final de la subida Miguel dijo que se le apareció la virgencita, en efecto al final avistamos una gruta con una imagen de la virgen, a continuación seguía el descenso que representaba el  descanso para su brazo derecho pues le tocó duro dado que ni Molanito ni yo sabemos empujar.

Una interminable recta perfectamente pavimentada de 7 kmts nos dejó a las puertas de Chiquinquirá donde el grupo de los seis de la vanguardia hacía 25 minutos ya descansaba esperándonos. De inmediato nos dirigimos al Hotel el Pórtico, muy bien ubcado y con excelnte atención, allí completamos 114 kmts y casi 6 horas (5 y media neto) desde que partimos de Chia. A Pablito se le perdió un tornillo de su zapatilla y tuvo que ir a buscar una tienda de bicis para desvararse.

Geoffre y su familia continuaron para Bucaramanga, en la noche llamó desde Puente Nacional a donde llegó en bicicleta,  con lo cual agregó 45 kmts a su tarea del sábado, parece este muchacho está dispuesto a quebrarle el récord a Nidia.

El almuerzo nos supo a gloria, luego un descanso, poco a poco fueron bajando los ciclistas a la recepción, para ir de compras, pero la verdad Chiquinquirá ya es cosmopolita y lo único artesanal que se consigue está ubicado cerca a la Basílica y ese comercio estaba cerrando, incluso algunos dormían plácidamente luego de una dura jornada.

Alguien vio a dos voluptuosas damas policías que salieron del hotel, en minifalda y con tremendo escote; pensamos que mi general Palomino se traía algo entre manos así que nuestra unidad investigativa se fue a buscarlas; las encontramos en  el parque, en plena actividad policial, eran parte de una campaña vial del Alcalde de los Chiquinquereños. Véanlas acá en pleno trabajo.

En la noche estuvimos conociendo la Basílica (ver historia), realmente una obra de arte, allí Armando hincha furibundo del Santafecito, se llevó la peor sorpresa de su vida, casi se devuelve en flota, en una de las paredes de la iglesia vio esta placa donada por lgunos penitentes a los que la virgen les hizo el milagro>>

La cena nos esperaba en el hotel donde departimos y se comentaron las incidencias de la primera parte de esta aventura. Jorgito Peña como siempre se ubicó muy bien.

Luego de la cena la familia Molano nos tenía preparada una sorpresa, tortica con vino para la celebración y un recordatorio en forma de bicicleta que Molanito había mandado a fabricar para todos sus amigos. Nosotros le entregamos un detalle simbólico en nombre de CicloBR, esta camiseta que diseñamos para la ocasión .

Auque él cumple realmente el 29 de octubre, su deseo era celebrar su cumpleaños en compañía de sus amigos ciclistas. Grabamos algunos cortos videos sobre este acto:

Ver video 1
Ver video 2
Ver video 3.

El regreso.

El domingo 18 nos reunimos en el comedor del hotel y luego del desayuno nos prepararnos para el regreso a Chia. Todos aún acusábamos cansancio pero la promesa era hacer la Chi Chi completica, así que casi  a las 9 de la mañana tomamos carretera. Jorgito Peña nos acompañó en el carro, pues ya había cumplido con su meta y estaba satisfecho con haber pedaleado casi 60 kmts y llegar sobre su bicicleta a Chiquinquirá, Dios nos permita llegar a su edad y seguir haciendo Chi- Chi.

A poco andar llegó el repecho duro, William sintió aviso de calambres, entonces decidió hacer “autoneutralización” y subir su bici en uno de los carros, se incorporó al grupo otra vez al concluir el ascenso.

Nos habían dicho que el regreso era más fácil y que sería en “bajadita”, pero algunos sentíamos que todo era un falsito plano, deshicimos lo andado el día anterior, y pasamos por Susa,  Capellanía, Ubaté. A William lo acompañaba la suerte, se le dañó el tensor y muy resignado se volvió  a subir al carro de Marcolino.

A unos 10 kmts de Sutatausa, el sitio de parada  Miguelito y Melki apretaron el paso y Armandito que venía muy cansado se quedó, varias veces pasé adelante para que disminuyeran el ritmo, de tal forma que se pudiera pegar, pero fue una misión imposible. Armando pedaleó en solitario y casi a los 10 minutos llegó a Sutatausa, cansado y “agradecido” por la solidaridad de sus compañeros. Melki explicaba jocosamente que por culpa de un dolor en el cuello no podía mirar hacia atrás y por eso no se dio cuenta cuándo se quedó su amigo

Marcolino y Melki decidieron aplazar Tierra Negra para otra ocasión y en Sutatausa de ciclistas pasaron a acompañantes Luego del descanso los ocho sobrevivientes fuimos saliendo de uno en uno. Armando pidió que le dieran una ligera ventaja para enfrentar la subida  a Tierra Negra, partió y a los 4 kmts resignó, tomó una sabia decisión, subir la bici al portabicicletas y animarnos como acompañante. Pablito fue el primero en avistar a Armandito sentado a orillas de la carretera. Victor y Orlando Molano salieron en persecución de Pablito y yo me quedé atrás con la idea de subir regulado, pues sabía que esa subida es larga y durita, tiene aproximadamente 9 kmts; Miguel me puso su rueda durante todo el camino,  Nidia subía despreocupadamente acompanándome. A un kilómetro de la meta salió una caravana de carros de Tausa, e invadió el camino como la carretera era angosta decidí subirme al carro, para volver a bajarme en el peaje de Casa Blanca.

Nos reagrupamos en el peaje y continuamos con la parte final del recorrido. Paramos a almorzar a 10 kmts de Zipaquirá y luego tomamos nuevamente la variante, allí se había reincorporado Melki. Pasamos Zipaquirá y entonces, yo que no acostumbro hacerlo, pasé adelante y decidí apretar el paso al máximo, Pablito y Miguel de vez en cuando me relevaban, pero el fuerte ritmo se mantenía, llegamos a 42 por hora. Melki se vio a gatas para mantenerse, por allá atrás escuchaba que alguien gritaba: "mérmele!!., me imagino que  esta vez Melki pudo entender lo que se siente atrás cuando alguien pisa el acelerador a fondo y se olvida de los que por alguna razón pierden la rueda o no llevan la suficiente gasolina para pegarse: Cuando paramos en Chía les dije que me había dado el  mismo dolor de cuello que aquejaba a Melki y no pude mirar atrás. Luego en casa de Molanito nos reíamos con la anécdota.

Así concluimos este inolvidable ciclopaseo, de 228 kmts que pudimos hacer gracias a la idea y organización de Molanito su señora Carmen Cecilia sus hijos María José y Juan Daniel su yerno Andrés y su hermano Víctor. Para todos ellos por su dedicación y atenciones un eterno agradecimiento por esos momentos de alegría y satisfacción y ante todo por hacer realidad el sueño que hace unos meses tuvo el Jefe de la familia, nuestro apreciado amigo y colega “el profe” Molano, un buen compañero

 

La invitación a CicloBR Facebook para que aprecien las imágenes que captó Sandrita Barrera acompañada de Margarita la esposa de Marcolino a quienes también agradecemos por su compañía y colaboración. Gracias a la familia de Geoffre por el acompañamiento hasta Chiquinquirá.

A quienes por circunstancias ajenas a su voluntad no pudieron acompañar a Molanito, acá les dejamos la planimetria sobre el recorrido que algún día repetiremos.

Una feliz semana y nos vemos el domingo primero de noviembre, dado que el domingo 25 no tendremos salida oficial.

 

Nota: Como dijo algún ciclista: Uno debe ser prudente y lo mejor es cancelar la salida del próximo domingo pues  es día de elecciones y además de que tenemos varios ciclistas como jurados, las poblaciones vecinas tendrán vías cerradas y restricciones por la ubicación de las mesas y la logística de las votaciones. Como nadie hace nada, pues a a votar por nadie.


 

contador de visitas