Bogotá octubre 5 de 2021
REVIVIENDO LA HISTORIA
Breve relato basado en el texto que amablemente nos envió anoche Alberto Rivera con ese titular.
Aun cuando supuestamente estamos en época de postpandemia la posibilidad de volver a convocar a todo el Grupo a salir a rodar por las carreteras sigue complicada, más ahora que nos amenazan con un tercer pico con las nuevas variantes y hasta con una tercera dosis, ojalá pronto lleguemos a la inmunidad de rebaño, pues esto ya es insoportable.
La Pandemia logró algo que parecía imposible, atomizar a CicloBR. Se subdividió en varios grupos que manejan sus propias programaciones y horarios de acuerdo con su tiempo, conveniencia y nivel.
Como decía Fabio hasta cuentan con chats, En carretera por ahí los vemos, pero no los podemos identificar bien por las mascarillas. Don Guille, (a quien enviamos un caluroso saludo) aún en convalecencia por sucesivas intervenciones quirúrgicas tiene a su grupo en receso además perdió a Henry quien prefirió la tranquilidad y el agradable clima de su patria chica.
Mientras algunos aún no decidimos retornar a carretera y preferimos por ahora las prácticas en la pista del Choquenzá, otros han conformado hasta un grupo familiar, para visitar dos o tres veces por semana el páramo del Verjón (páramo de las Cruces), y según se supo se lanzarán a conquistar el temido y ansiado Alto de Letras en el próximo mes de noviembre. A la tarea se le unirán varios CicloBrs.
Nada que hacer, es la nueva realidad y persistirá hasta que retornemos a la plena normalidad. Nos alegra que por lo menos nadie haya abandonado el ciclismo y que sigan con la práctica de este hermoso deporte, así sea en pequeños comandos CicloBR. Mantenemos viva la ilusión de volver a ser el grupo de antes de la pandemia, aunque seguramente no será fácil dado que cada uno se habrá adaptado a su grupo y horario, será difícil volver a la unidad, tendremos que reinventarnos, ya veremos.

En busca del fondo necesario para Letras, los organizadores del próximo paseo,dos hermanos conocidos y muy apreciados en el grupo, por conducto del maestro Pablito hicieron una convocatoria para el pasado domingo 3 de octubre, pero esta vez al Chat oficial.

Representando a la “Famiglia” organizadora de la visita a Letras se hicieron presentes: Eduardo, Nobile, Pulga, Camilo, Alberto Otálora, Santiago Otálora, Lorena Hernández y su amigo Álvaro Manotas. Es decir 8.
Adicionalmente: Marcolino, William Duarte, Pablito, Héctor y Alberto Rivera y Orlando. Es decir, seis más. Podemos contar a Pachito que llegó tarde y no se encontró con el Grupo. También nos visitó antes salir, el amigo Hermes que lamentablemente siempre debe estar de regreso en casa a las 8 a.m.
La Famiglia propuso una etapa con trayecto Gran Fondo, hasta las cercanías a San Francisco (restaurante La Vara), un Medio Fondo hasta El Chuscal y un trayecto corto hasta El Vino, por si aparecían pedalistas que recién retoman las tareas ciclísticas.
Partimos, entusiasmados por el reencuentro. En el camino al Vino se escuchaban comentarios, como “Huy, no hacía esta etapa desde hace más de un año”; otros, decían “Que bueno volver a ver caras conocidas”; en fin, se notaba la alegría de volver a rodar acompañados de un grupo grandecito, no los treinta del pasado, pero algo es algo, como decía la novia del Tino. Propusieron la camiseta blanco y rojo, con la cual se conmemoraron los 25 años del Grupo, hace ya ocho años.

Al trayecto corto, se le apuntaron Marco, Héctor y Orlando. Este último trató de convencer a sus amigos de bajar a la Quebrada del Vino, Marco dio un no rotundo, Héctor se pasó al carril contrario una vez coronó, con lo cual respondió de manera tácita. Alberto Rivera pensó que debían haber hecho el esfuerzo de bajar, pero luego, como verán más adelante entendería que fue una buena decisión.
Pablo Torres, tomó la delantera del grupo hasta llegar al pie de la subida al Alto del Vino, donde siempre empieza la “leñera”, es justo el punto donde la carretera pica hacia arriba. Increíble la cantidad de ciclistas, a los carros que suben les toca solo el carril de la izquierda, con lo cual se forma un gran trancón, definitivamente la fiebre por el ciclismo se acrecentó con la pandemia.
Tomaron la delantera Alberto y Santiago Otálora, William, Eduardo, Lorena y Camilo Pulgarín, Orlando trató de cogerle la rueda a Lorena, pero a mitad de camino se le desapareció la monita, mágicamente se perdió en el horizonte. Atrás Alberto Rivera, subía regulado, y Pulga acompañaba a Nobile, interesada en que sus rivales Marco y Héctor no le llegaran y a fe que lo logró, parecía que quería demostrarles cuánto le han servido sus madrugadas al Verjón.
Como el camino era largo los pasajeros con destino a San Francisco y alrededores fueron descendiendo. Alberto Rivera no se preocupaba, tenía en su mente la canción de Gilberto Santa Rosa:
y así fue, aplicando la conocida frase ciclística, descendió casi a tumba abierta, es su especialidad, le gusta, lo disfruta y además necesitaba alcanzarlos y llegar primero al restaurante la Vara, allí esperó a Alberto y Santiago Otálora, a William Duarte, a Lorena Hernández y Pablo Torres. Mientras los pasajeros de La Vara terminaban su desayuno, Eduardo y Camilo bajaron dos kilómetros más allá de la entrada a San Francisco, Nobile y Pulga hasta las hamacas.
Tenían 21 kmts de montaña por delante, así que, a trabajar porque de quedarse de allí no lo sube a uno si no una flota, Una vez pasaron Camilo y Eduardo todos se unieron al tren. Camilo y Alberto comenzaron a hacer agua, por la falta de fondo, afortunadamente en el Chuscal los esperaron y subieron en grupo hasta la Vara. Alberto Rivera no decía nada, pero algo le pasaba, su reloj marcaba las pulsaciones correctas, la respiración era normal, pero las piernas no obedecían su orden y se resistían a continuar, finalmente se rebelaron completamente y lo obligaron a pagar un tiquete para subir hasta el alto del Vino en un bus. Sentado en aquella silla del bus trataba de buscar explicación a su desfallecimiento, pero no encontraba la respuesta. No queremos meternos en fueros internos, pero ¿no será falta de entrenamiento Albert?.
Camilo se devolvió de la Quebrada del Vino, con su esposa, iban de paseo hacia el municipio de La Vega.
En el Alto del Vino Alberto terminó su viaje en bus y se encontró con Pablito, como ya estaba en sus terrenos, aprovechando que con el descanso transó a sus rebeladas piernas se lanzó en picada, tranquilo y seguro el, me imagino que iba más nervioso su velocímetro que se acercaba a una cifra cercana a la centena, como a le encanta, de esa manera alcanzó a Nobile a William a Alberto Otálora y finalmente, a Eduardo. Sus penas habían terminado, el "bajonazo" quedaría para posterior examen y de pronto para el olvido.
En Siberia esperaban Luís Eduardo Pulgarín, Santiago Otálora y Lorena Hernández.
Los tres pasajeros del trayecto corto muy temprano habían terminado su tarea en Siberia, Marcolino los invitó a tintico y allí apareció Pachito, los vio bajar en el puente del Rosal, pero no se les pudo pegar. Contó que ha bajado 10 kilos y de sus nuevas dolencias, pero la buena noticia que ya está echando cicla. Tiene problemas con la cadenilla, que se le ha cedido, nos recomendó si alguien tiene una menos usadita. Propongo que CicloBR le done una nueva, le dejo la inquietud al Comité.

Feliz semana, gracias a todos por la invitación y por la compañía, qué bueno verlos así sea enmascarados.
Graias a Alberto por su escrito y esperamos que encuentre la respuesta.
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