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Bogotá octubre 2 de 2022
Nos aplicamos 160 kmts en dos dias
Crónica escrita por Alberto Rivera Marín.
Con la sugerencia del día anterior en el sentido de procurar que la salida de hoy fuera exactamente a las 7:15 de la mañana, llegaron muy temprano a la Bomba Terpel, en su orden: Alberto Rivera, Héctor Pedraza, José Gabriel Avendaño, Wilfran Diaz, Orlando Carrillo, Hermes Alvarado, Gustavo Palencia, Pablo Torres (El profe), Marcolino Barrera, Nobile González, Luís Eduardo Pulgarín y Camilo Pulgarín; en la vía nos alcanzó Mauricio Ordóñez y, a La Vara (destino final), llegaron Santiago Otálora, Lorena Hernández y Natalia González.
Según información recibida del móvil radial, también se hizo presente nuestro dilecto amigo “Pachito” Morales, quien solamente se aplicó la dosis hasta el Alto del Vino y se devolvió a casita. Como invitado especial estuvo Luís Alfonso Rodríguez (Alias “Lucho”, un ex CicloBR y ex Ciclotitanes, todo un caballero).
También se hizo presente, muy tieso y muy majo, el acompañante de hoy, don Fernando Flórez, montado en su flamante BMW (Sin soporte para bicicletas), pero muy entusiasmado por prestar este servicio social; y, además, nos brindó una caja llena de ricos bocadillos veleños, estuvo atento a cada movimiento de los ciclistas, brindando agua y gatorade a los cansados compañeros del día de hoy. Muchas gracias, don Fernando Flórez, por el detallazo de acompañarnos y ofrecernos tantas atenciones.
Pues bien, se cumplió con los tiempos de la salida, lo cual significa que, si nos proponemos una meta de salir siempre a la hora prevista, aprovechamos más el tiempo, máxime si la jornada de hoy fue particularmente extenuante y larga. ¡Seguiremos con la campaña a ver si convencemos a todos!.
Como siempre, las mañanas en la Bomba Terpel son muy agradables, pues entre tinto y tinto se comentan las incidencias de la semana o los propósitos de la siguiente, amén de una broma por acá, respondida con otra broma por allá; pero, de todas formas, es un rato muy agradable, mientras todos se preparan para la salida.
Don Héctor prestando su lubricante para las cadenas de las bicis, que Orlando Carrillo se lo desperdicia engrasando la cadena de la bici de Rivera; Wilfran “encaramado” en su flamante escalera para poder bajar las ciclas del soporte del techo; el perro que se traviesa en toda la entrada de Altoque; el ombligo de Gabriel Avendaño que se soma por entre la corredera de su camiseta, culpa de la talla a la que seguramente con unas cuantas subidas a La Línea y otro tanto al Alto de Letras.
Desapareció el conejo escondido pero dicen que han visto más mascotas, hampsters y ardillas
Y, finalmente, Rivera, después de matar el conejo, hoy exhibió sus piernas, añorando encontrar el bronceado de “Pulga”, cosa que le va a quedar muy complicada.
Bueno, después de todas estas infidencias, finalmente salimos a las 7:30 de la mañana, haciendo un recorrido suave por entre la sabana de Bogotá, consumiendo los 20 kilómetros que hay entre Siberia y el Alto del Vino. Era muy fácil distinguir las camisetas de CicloBR, pues la de hoy (30 Años) tiene un vistoso colorido y muy hermoso color amarillo, que hace resaltar al equipo entre el enjambre de ciclistas que a esa hora transitan por el mismo lugar.
El frio, como siempre cala entre los huesos, pero una charla oportuna de algún compañero, hace olvidar de que te encuentras a 8° centígrados de temperatura.
La razón de nuestro titular: ¡NOS APLICAMOS 160 KILÓMETROS EN DOS DÍAS!, es porque, hoy recorrimos en total 80 kilómetros y, ayer, nos aplicamos otro tanto, en un viaje sorpresa al cual nos convocaron Wilfran Díaz y Orlando Carrillo, para acompañar a dos amigos que residen en el exterior y que se encuentraban de visita en nuestro país; los señores Carlos Merlo y su hijo Robert quienes residen en California (E.U.). Nos compañó tambien Daniel uno de los socios de Wilfran. Nos acompañó Melki.
Pues bien, ayer hicimos el recorrido entre La Caro y el Alto de Las Arepas, con una ñapa, como fue la subida de El Salitre a “Guasquita”, tres kilómetros pedaleables que, sumados al resto del recorrido, resultan demoledores para las piernas entrenadas y más para las no entrenadas.
Volviendo a lo de hoy, la subida al Alto del Vino fue ganada por Mauricio Ordóñez y, en segundo lugar, llegó Hermes Alvarado, con un tercer puesto del gran Héctor Pedraza, quien viene desarrollando una excelente performance, producto de las salidas con don Guillermo, cuarto Gustavo Palencia, quinto Gabriel Avendaño y Sexto, quien les escribe, con la mayor animación por parte de Orlando Carrillo y el carro acompañante, desde donde Fernando Flórez nos impulsaba con todo su ánimo ánimo.
En el Alto del Vino se congregaron un buen número de ciclistas, quizás esperando al grupo persecutor (por llegar tarde a la hora de la convocatoria), conformado por Santiago Otálora, Lorena Hernández y Natalia González, acompañados por Wilfran Díaz, quien muy amablemente se ofreció a esperar a que llegaran.
En dicho Alto es donde se definen los trayectos que van a desarrollar los distintos ciclistas, pues con el esfuerzo que se realiza subiendo los cuatro kilómetros del Alto del Vino, calculan el estado de sus piernas; entonces, algunos se devuelven desde El Vino, como lo hizo “Pachito” Morales, otros deciden ir hasta Las Hamacas, como fue el caso de Nobile González, Marcolino Barrera, Héctor Pedraza y “Lucho” Rodríguez, el invitado de hoy.
Finalmente, a La Vara bajaron Gustavo Palencia, Alberto Rivera, Hermes Alvarado, Orlando Carrillo, Gabriel Avendaño, Pablo Torres, Luís Eduardo Pulgarín y, por último, llegaron los integrantes del “grupo persecutor”: Wilfran Diaz, Camilo Pulgarín, Santiago Otálora, Lorena Hernández y Natalia González.
Entre tanto, Mauricio Ordóñez, al parecer siguió de largo hasta encontrar el siguiente retorno a la entrada de la cabecera del Municipio de San Francisco, devolviéndose inmediatamente, pues fue visto subiendo hacia El Vino, mientras los demás nos aprestábamos a consumir un apetitoso desayuno.
El descenso, como siempre, tiene nombre propio, pero ésta vez, como viene ocurriendo en las últimas salidas, las clases recibidas por Gustavo Palencia, han sido muy bien asimiladas y, quien les escribe, pensando en que había llegado de primero a La Vara, encontró muy bien sentado al señor Palencia, pues llevaba casi media hora esperándonos. Muy bueno, porque el alumno ya ha superado al maestro. ¡Congratulaciones! ¡Ahora hay que recordarle mucha prudencia!
El regreso hacia el Alto del Vino y, finalmente hasta Siberia, estuvo impregnado de muchas incidencias. Como sabemos, “Pachito” Morales se devolvió desde el Alto del Vino; Nobile González, Marcolino Barrera, Héctor Pedraza y “Lucho” Rodríguez, se regresaron desde Las Hamacas; y, el “Gran Combo” se regresó desde la Vara, en una penosa subida de casi 18 kilómetros muy bien dotados de importantes rampas “rompepiernas” y falsos planos, que sirven para descansar las desgastadas extremidades inferiores.
Los primeros en salir fuimos Gabriel Avendaño y quien les escribe esta crónica; seguidos muy de cerca por Orlando Carrillo y Gustavo Palencia, quienes fueron alcanzados por los “duros”, habiéndose congregado todos en “La Quebrada del Vino”, donde muy amablemente don Fernando Flórez repartió agua y gatorade para todos.
De mi parte no aguanté más, pues la dosis de hoy y la del día anterior, me dejaron sin energía y, me vi en la penosa obligación de montarme en la moto acompañante, con bicicleta y todo, para que me subieran a El Alto del Vino, que son seis kilómetros de muerte, pues deja extenuados a los más experimentados y entrenados ciclistas. Bueno, fue una anécdota más para la larga lista de ellas, escritas en nuestro histórico libro de crónicas dominicales.
Como este cronista de hoy llegó a tiempo al Alto del Vino, gracias a la moto acompañante, pudo ser testigo de excepción de la llegada de todos los ciclistas, habiendo pasado en primer lugar Santiago Otálora, seguido muy de cerca de Hermes Alvarado y, un tercer lugar ocupado por Gustavo Palencia, siguiendo la “chorrera” de ciclistas, hasta completar el grupo.
Al regreso hacia Siberia hubo mucho desquite, pues, en compañía de Gustavo Palencia logramos dejar “regados” a todos; sin embargo, no nos fue posible alcanzar a los que se devolvieron de Las hamacas, quienes muy orondos nos esperaban sentados y tomándose una refrescante cerveza “Poker” en la tienda de Altoque, en la Bomba Terpel.
Ya, sonaban las campanadas de la una y media de la tarde, por lo que, fue imposible quedarme a la tertulia, pero apoyándome en todos los reporteros regados por la ruta, logramos completar esta historia que, por fin, ha terminado.
¡NOS VEMOS LA PRÓXIMA SEMANA!
PD1: La dura etapa obligó a algunos a recurrir a técnicas de relajación y espiritualidad para recuperación.
PD2: Tuve le hermosa oportunidad de hablar telefónicamente con nuestros compañeros convalecientes, don Guillermo Durán y William Duarte, quienes nos reportan una excelente evolución en sus etapas de recuperación. A don Guillermo le deseamos, de corazón, que los exámenes de laboratorio a realizarse el día de mañana, resulten satisfactorios.
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