Bogotá octubre 10 de 2021
Mis compañeros me engañaron
El Grupo Letras (dícese del subgrupo de CicloBeeres que irá en noviembre a Letras), programó otra salida para el domingo 10 octubre con miras a continuar haciendo fondo de preparación que les permita alcanzar el objetivo que se han propuesto.
“Buenos días para todos, programación domingo 10 de octubre, lugar de encuentro Centro Chía, hora 7:00 a.m., menú 1 Alto de San Jorge,
menú 2 Alto de San Jorge más alto del Zipa, y
menú 3 San Jorge, Alto del Zipa más alto del Aguila”
Los hermanitos líderes de la subida a Letras, tuvieron que viajar, pero curiosamente tampoco la gran mayoría de los demás inscritos acudieron a la cita, tal vez por la intensa lluvia de la noche anterior. A la cita en Centro Chía acudieron Pablito y Pulga, quien anda disfrutando de su soltería transitoria, me informaron que le compró a Nobile tiquete de ida y la envió a los mayamis. No sean mal pensados, el de regreso lo compró ella.
Realmente hoy teníamos un inicio de día bastante frio, pero afortunadamente con cielo despejado y cero amenazas de lluvia en el punto de encuentro. La sorpresa fue que en Centro Chía apareció un comando de Choquencianos (dícese del subgrupo de Ciclobeeres de mayor edad que entrena entre semana en el CDCH) con el cual se logró aumentar el quorum para la salida programada.
Allí en el parqueadero de Centro Chía aparecieron: Armandito (aunque no lo crean), su yerno Francisco, Héctor, Marcolino, Orlando, Pulga y por supuesto Pablito.
Héctor, Armando, Francisco, Marcolino y Orlando advirtieron que su objetivo era solo coronar la cumbre del Alto de San Jorge más conocido como Patiguapos, (primer trayecto del menú propuesto), pese a que Pulga y Pablito vendían la idea de hacer por lo menos el segundo trayecto, pero no encontraban eco entre los Choquencianos que por nada del mundo estaban dispuestos a cambiar su decisión.
A las siete y cuarto partimos, en el camino el sol fue apareciendo en todo su esplendor.
escuchamos a Pablito decirle a Pulga que hicieran los tres recorridos, este le respondió: no yo creo que me devuelvo con ellos.
Los kilómetros fueron pasando lenta, pero inexorablemente, cuando llegamos a los 19, avistamos el portal de acceso a Zipaquirá y a la izquierda el desvío para la subida a Patiguapos giramos entusiasmados, especialmente quienes hacia bastantes meses no afrontábamos subidas con un alto porcentaje de desnivel.

Pulga y Pablito subieron parte del recorrido acompañando, mientras Francisco tomó la delantera desde la misma salida y coronó primero en la cumbre de Patiguapos, Yo llegué con Pablito y Pulga pisándonos los talones, luego Armando, Héctor y Marcolino.
En el descanso, Pablito y Pulga continuaron su tarea de proselitismo para lograr que otros se les unieran al objetivo de hacer por lo menos uno de los dos siguientes trayectos (Alto del Zipa y Alto del Águila). En plena campaña prometían el oro y el moro, "eso subimos juntos, los esperamos y luego nos regresamos en grupo".
Armando tajantemente señaló que él no iba por allá y que tampoco su yerno. Como me sentí bien subiendo Patiguapos decidí acompañarlos hasta el Alto del Zipa, dado que Pulga me dijo que nos devolveríamos con Pablito al coronar esa cumbre; convencí a Marcolino quien aceptó, luego Héctor motivado por Marcolino, con algo de duda dijo, ¡¡qué hijuemadres vamos!!
Así con esa meta descendimos, al llegar a la vía central, encontré a Marco conversando con Héctor, no sé qué le dijo, pero lo “desconvenció”, luego se les unió Armando y Francisco y los cuatro tomaron la vía de regreso a Centro Chía. ¿Quedé embarcado en el bus que no era?
Así pues, tres de los siete entramos a Zipaquirá para buscar la salida hacia el Zipa. Luego de superar el tráfico de la ciudad comenzamos el ascenso, Pablito se desapareció en minutos, de inmediato me imaginé que aceleró con la mira de tomarnos ventaja y llegar hasta el alto del Águila para hacer los tres trayectos sugeridos. Yo subí detrás de Pulga, iba atento para reducir la velocidad cuando veía que me le quedaba.

Como recordarán el ascenso hasta el Zipa son 6 kmts, la verdad se me hicieron eternos. Yo tenía presente que al llegar a la curva donde está una gruta con la imagen de la virgen, en azul es un indicativo de que prácticamente se corona pues en la siguiente curva ya se llega al Zipa.
Mas o menos en el kilómetro cuatro pensé en devolverme, pero al pasar al pasar por una casita, recordé que allí mi tocayo Molanito se cayó por culpa de un perro, entonces reviví las imágenes de las tantas veces que recorrimos con él esa etapa y no sé cómo pero aceleré el paso y le llegué cerca a Pulga, aún faltaba más de un kilómetro, volvió a apretar pero pronto avisté el repecho final y mi sufrimiento terminó. Gracias tocayo se que su espíritu nos sigue acompañando y dándonos fortaleza.
Al coronar giré para iniciar el descenso, pero Pulga me dijo que fuéramos hasta más “adelantico” y nos devolvíamos, pues de pronto Pablito ya venía de regreso. Esta vez no me convenció. “Vaya bajando y nos espera en la panadería abajo en Zipaquirá, yo sigo y cuando encuentre a Pablito nos devolvemos”, señaló.
Entonces comencé el descenso, de pronto entendí, todo había sido un plan calculado, Pablito se iría adelante como señuelo, pero la verdad Pulga tenía la firme intención de llegar al Águila.
Entonces llegué a la panadería y seguí derecho, en solitario hice los 20 kmts hasta centro Chía, que afortunadamente son llanos. A las 11 de la mañana estaba en Centro Chía, allí completé 60 kmts, nada mal para ser prácticamente mi segunda salida a carretera luego de tantos meses.
Al llegar a Bogotá le marqué a Pulga, no me respondió pues aún venían en camino. Efectivamente los dos coronaron el tercer trayecto hasta el Águila como los habían programado, ¿qué tal si hubiera parado a esperarlos en la panadería? Allí estaría todavía. Creo que ese par de amigos me engañaron; igual los demás me engañaron en Patiguapos, pero bueno, no hay mal que por bien no venga, de otra manera no hubiera hecho ese fondito, gracias.Finalmente todos ganamos, Pablo y Pulga cumplieron su meta, Alrmando, Héctor y Marco tomaron la decisión acertada y yo hice un buen recorrido.
PD: me cuentan que Alberto Rivera aún sigue tratando de encontrar las causas de la pájara que le dio el pasado domingo, decidió el sábado volver a repetir la misma etapa el solo, en busca de respuestas. Pulga es malo, le dijo ¿entonces otra vez va a gastar platica en pasajes de bus?, se va a arruinar. Deseamos sinceramente que haya encontrado las respuestas que busca, de otra manera conociéndolo, seguirá atormentado. Suerte Albert, luego nos pone al dia en el tema.
Les deseo un feliz fin de semana y esperamos que más Ciclobeeres se unan al Grupo de Letras para que les colaboren con el plan de entrenamiento y de paso se integren paulatinamente.
Volveremos al receso en las crónicas para no aburrirlos. |