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Bogotá noviembre 8 de 2020

Lo siento, hoy no hay crónica

Qué pena con los lectores con que cuenta esta web ciclística, por problemas de último momento, hoy he decidido romper con la tradición y no hacer crónica sobre la salida al Alto del Águila. Solo incluyo unos pocos renglones para explicarles por qué no tendremos hoy crónica o relato dominical.

Lo siento por compañeros como Hétor que a esta hora de comienzo del día ya debe haber abierto la página y con un humeante café se disponía a leer para enterarse de lo que se perdió por su propensión a las salidas desde Siberia. Le ofrezco disculpas, esta vez le tocará enterarse llamando a alguno de los o las colegas que asistieron.

Eso de terminar uno bien cansado luego de una dura etapa, por ejemplo, como la de hoy de 74 kmts, y sentarse a recordar lo que pasó para plasmarlo en una hoja de Word, agregarle unas cuántas fotos y subirlo a la web y a Facebook, se narra fácil pero no lo no es. Alguien me dijo hace unos años, “Ud. se va a cansar de escribir todos los domingos el mismo cuento”, algún día tenía que ocurrir y ese día ha llegado, por eso hoy no tendremos relato de los principales acontecimientos de esta salida hacia las cumbres del Zipa y del Águila, uno de los recorridos más exigentes pero preferidos por muchos ciclistas.

Esa ruta fue, la de mayor frecuencia para campeón Egan Bernal durante su preparación de cara al Tour de Francia. Durante la cuarentena, con permiso especial de la alcaldía, la utilizó como su pista de entrenamiento. Claro que el joven maravilla hacía unos cuantos kmts más que nosotros pues por esa vía iba hasta Pacho. Sus salvajes entrenamientos los denominaba “apocalipsis”, como este que plasmó en uno de sus famosos trinos que asombraban al mundo:

Hubiera querido comentarles que fue un recorrido largo y duro para mi actual nivel de entrenamiento y terminé agotado, tanto que el cuerpo no me dio para y ponerme a escribir, el sueño me venció. Me quedo con el cargo de conciencia y frustrado pues les confieso que disfruto haciendo la crónica, es un ejercicio de memoria y una satisfacción poder contribuir a dejar en la web esas historias sobre nuestro apreciado grupo.

Recordaba que las salidas que veníamos haciendo con el grupo pequeño en estas últimas semanas eran más suaves, a pesar de que hicimos etapas largas, el ritmo era otro. Es que hoy tuvimos una asistencia récord pos pandemia, como se aprecia en la foto de la portada, volvimos a ver un grupo competitivo en la subida y explosivo al regreso.

Pero no quiero distraerme, como les adelanté, el objeto de este breve escrito es básicamente explicarles en unas pocas líneas por qué hoy no tenemos la tradicional crónica o relato dominical, pero tranquilos seguramente el próximo domingo volveremos a las andanzas.

Si amigos, si el sueño, producto del cansancio, no me estuviera atacando les estaría contando que hoy fue otro de esos días soleados con que nos hemos encontrado en época de invierno. Les diría que por ejemplo:

Hoy tuvimos el regreso del Chinazo, dedicado en estos meses a aplanar el Verjón y Patios, llegó acompañado por Lorena, una sobrina de su esposa.

Les contaría que sorprendió también la asistencia de Alberto Otálora, no nos acompañaba desde el 17 de noviembre de 2019. Solo se juntaba con Chinazo y Pulga.

Bueno también que Henry se haya unido, ese joven anda volando, apovechó muy bien los rodillos que le prestó Guillermo, para que no se deseperara duarente la cuarentena.

Pablito llegó acompañado de Miguel Ángel un profe colega suyo, con quien completamos un combo de quince (15) pedalistas, todos con sus respectivos tapabocas y cumpliendo los protocolos de bioseguridad, aunque Fabi y algunos otros colegas no lo crean.

Otra sorpresa fue la presencia de Carolina Triana nuestra ex compañera que quiso acompañarnos hoy, está retomando sus entrenamientos luego de un accidente que sufrió el año pasado bajando hacia la mesa con Nidia, sufrió una fractura en el húmero, le tuvieron que implantar una platina.

Hizo Ud. bien Marcolino en no asistir, de la que se salvó, ya se podrá imaginar, no necesita de crónica para suponerlo, en las mismas goteras de Zipaquirá arrancaron los escaladores, atrás quedamos Nobile escoltada por Pulga y Don Guillermo que como siempre está atento para acompañar desde la cola del pelotón. Marquito si quiere para enterarse bien de cómo nos fue le aconsejo que llame a su eterna rival de carretera Nobile, rápidamente le adelanto que Guillermo entrenó brazos y piernas para dejarla a buen recaudo en el alto del Zipa, pero por favor ni de vainas le vaya a contar la fuente.

Yo llegué en un honroso puesto 13, solo le gané a Lorena. En el alto del Zipa si me metí de quince, imagínese llevaba las ruedas bajitas de aire, Henry se dio cuenta cuando llegamos al alto del Águila mis compañeros me las inflaron (buena disculpa ¿cierto?), pero le tengo otra mejor, recién inicia la salida de Zipaquirá, sembraron un tramo de reductores, de todos los modelos, primero unas franjas de concreto corrugado, luego un policía acostado tradicional de cemento (resalto), luego dos o tres líneas de topes redondos de metal (estoperoles) y para finalizar los más odiosos, de tiras de caucho sólido negro y amarillo con amenazadores tornillos (tachas); esa dosis nos la repiten dos o tres veces durante el camino, incluso en el último kilómetro en la parte empinada. Lástima, a veces pienso que en la gobernación hay algún funcionario que odia a muerte a los ciclistas, no de otra forma se le ocurre colocar tamañas trampas mortales que ya han causado accidentes.

Como descansé de la crónica, tengo ganas de ponerme mañana en la tarea de averiguar con nuestro abogado de cabecera qué recurso legal podemos interponer los ciclistas ante el Gobernador de Cundinamarca para lograr que dejen de sembrar las vías con esos reductores, peligrosos para los ciclistas e inocuos para automovilistas, ellos los pasan a gran velocidad como si nada.

Bueno apreciados colegas nuevamente mil disculpas por hacerlos madrugar para nada. Espero que logren información de alguno de los asistentes sobre el desarrollo y detalles de la dura pero agradable salida de hoy. Seguro que ellos les contarán que y Alberto Rivera y Mateo se divirtieron de lo lindo viendo cómo su velocímetro marcaba números cercanos al 90 o algo así me imagino pues rápidamente desaparecían en el horizonte. Claro que el chino Matews es bueno subiendo, por ahí le escuché, no recuerdo si a su progenitor: “¿cómo te dejaste ganar de Carolina?

Menos mal no hay crónica, de la que me salvé yo, realmente me daría pena contarles que sufrí bastante en las subidas al Zipa y al Águila, se me hicieron eternas, afortunadamente Pulga, buen amigo, se quedó para acompañarme en la segunda, si no talvez hubiera girado para regresar.

Uno sabe que desde Zipaquirá debemos recorrer 5.5 kmts para coronar el alto del Zipa, pero se le olvida, por eso muchos memorizamos puntos de referencia para saber cuándo termina la tortura, yo sé que cuando uno divisa en una curva unas piedras pintadas de blanco y azul y una cruz de madera colocada en una gruta con la virgen milagrosa, sabe que faltan 500 metros, hoy llegué a pensar que la habían quitado o que la habían corrido de lugar pues nada que llegaba.

En la siguiente curva pero a la izquierda hay otro pequeño santuario pintado de azul, ya uno sabe que solo faltan 300 mts, una curva más y el alto del Zipa es nuestro. Por tomar fotos de esos puntos también llegué de último a Zipaquirá

Para terminar solo les voy a contar que la subida al alto la hice a mi paso con la compañía de Pulga, poniendo pie en tierra cuando llegaban los fastidiosos reductores de plástico en línea de dos, en una de esas como es pleno ascenso no pude volver a montarme y me tocó caminar unos metros hasta donde pude enganchar. Como diría Nobile, qué oso!!

Lástima lo del cansancio, durante el regreso iba meditando en la estructura de la crónica, la cual generalmente inicio desde la salida, pero ni modos esta vez les fallé. Recuerdo que iba pensando: debo incluir algún párrafo en la crónica de cómo cambian las salidas cuando en el grupo van uno o dos de los duros, a cuando asisten muchos. A veces por andar en esas me quedo del grupo.

Hoy el coctel Chinazo, Henry, Pulga, Guillermo, Rey, Molanito fue realmente explosivo. Atrás quedamos Nobile y yo, Pablito se encargó de ayudarle dado que tanto su hermano como su esposo la habían abandonado a su suerte pues no querían perderse el pódium y la bonificación en la llegada a Chía. A los únicos que pudimos capturar fue a A. Otálora y a Molanito quienes habían perdido la rueda.

Si alguien perdió la preparada del tinto para chismosear la crónica que hoy no salió, lo siento mucho, no fue mi culpa, como les dije, algún amigo se encargará de contarles los detalles, cantidad asistentes, clima, desarrollo de la etapa etc. Les deseo que pasen la mejor semana y nos vemos en la próxima, les prometo que no volveré a tomarme un día de asueto.

PD. Qué ironia, apenas comenzamos y ya se va a terminar el calendario ciclístico, luego vendrá el descanso, así que aprovechemos las pocas salidas que quedan. El furo es incierto.