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Bogotá noviembre 29 de 2020

Un recorrido "relativamente plano"

Lo habíamos prometido en la convocatoria:

Algo breve para mañana, para que no nos coja la lluvia de la tarde. Nos vemos en Centro Chía a la 6:30 a.m.  con la camiseta y pantaloneta 30 años. Vamos a Patiguapos y volvemos rapidito”.

Lo prometido es deuda, se cumplió a cabalidad, son las 9 y 45 de la mañana y ya estamos frente al Centro Chía felices por haber terminado otra salida dominguera en esta “nueva realidad”. Aunque el tapabocas impida ver el dibujo de la sonrisa en las caras de mis compañeros, se adivina en la posición de las cejas y especialmente en las voces y la algarabía, especialmente de los dos Albertos, el Abogado y el Ingeniero, quienes celebran por haber llegado primero a la meta final.

En el parqueadero de Centro Chía Marcolino y Sandrita, la Bambina de la Rossetti, nos esperan hace un buen rato, fueron hasta la entrada a Zipaquirá y regresaron a la base, “Sandlita” aún no está preparada para la montaña, pero está en eso, no hay afán.

Falló el pronóstico del clima de Max Henríquez, no hubo lluvia, fue el día más esplendoroso de esta temporada “nueva realidad”. Si hubiéramos sabido que no llovería seguro habríamos sugerido una etapa más larguita, la culpa es de Max.

La jornada había comenzado pasadas las 7 de la mañana, cuando partimos de Centro Chía hacía algo de frío, pero no tanto como la percepción que tenía Alberto Rivera que parecía tiritar. Once pedalistas posaron para la foto, como aparece en la portada. Alberto no logró que todos se quitaran la chaqueta para dejar ver la camiseta que nos distingue como equipo; en el intento descubrió que su tocayo nuevamente llegó con una diferente, no dudó en reclamarle, pero el tenía un atenuante:

"...arica es que a las 5 de la mañana miré y vi 20 años, como no decía amarilla..."

Partimos en ritmo real de ciclo paseo con destino a Patiguapos. La última vez que hicimos este recorrido de 48 kmts fue el 4 de febrero de 2018, es decir hace 21 meses, ya era hora, teníamos ganas de probarnos esa montaña que conocimos en el 2012 como Patiguapos, pero que otros ciclistas llaman Alto de San Jorge; realmente Patiguapos es un sector de la vereda de San Jorge.

Charlando charlando llegamos a la entrada de Zipaquirá para tomar la carretera que en el mapa aparece como vía Zipaquirá - Tabio. Realmente llega a Tabio, pero el pavimento desaparece unos 500 metros adelante del alto de Patiguapos. Si algún día la pavimentaran, serían 16,5 kmts hasta Tabio con este perfil (gráfico interactivo). No creo que lo veamos.

Bueno, les decía que llegamos al cruce para buscar la entrada de la vía a Patiguapos, algo escondida para quien no conoce, dado que no tiene señalización. Sabemos que nos recibe con una “perrita” o repecho durito de 200 metros con una pendiente del 8%. Mi preocupación siempre es que la vía esté despejada para poder hacer el giro a la izquierda, y no poner pie en tierra, de lo contrario solo los expertos pueden iniciar la subida sin tomar impulso. Afortunadamente hoy se logró, pero la sorpresa es que nos topamos con una gran cantidad de ciclistas, que ocupaban toda la vía, la mayoría en todo terreno quienes también iniciaban la subida; gracias a que el único carro que bajaba se había detenido arriba para darnos paso, pudimos sobrepasar a varios, un buen gesto de su conductor,

Al comienzo la carretera, se ve transitable, pero ya comienzan a agrandarse las heridas en la cinta asfáltica causadas por el tránsito automotor y el invierno, así que tenemos que subir atentos para esquivar huecos.

Recién inicia la primera parte donde la pendiente se acentúa entramos a una curva donde la luz del sol se atenúa, se siente frío, pues se ha formado un techo con las copas de los árboles, cuyas ramas están cargadas de humedad, se percibe el olor a tierra mojada.

Algunos hilos de agua que vienen de la montaña atraviesan la angosta carretera, algunos de ellos no son tan cristalinos, pues seguramente se trata de “agüita amarilla” que baja de las casas sin alcantarillado.

En mitad de camino encontramos un tramo de unos 30 metros que es un completo barrizal, pude apreciar que el origen es el desprendimiento de tierra de una de las entradas a casas del sector que fue afectada por el invierno. De ahí en adelante la vía en general está transitable.

Alberto Rivera, Víctor, Molanito y su yerno tomaron la delantera desde el comienzo, luego pasó Alberto Otálora, vi que conectó. Atrás venían Pulga y Nobile y William el yerno de Marcolino en su todoterreno. Alberto Rivera redujo el ritmo para bajar pulsaciones y lo pude pasar, adelante Víctor cerraba el lote delantero, lo tuve a tiro de as pero se me fue desvaneciendo en el horizonte, no se si porque yo iba "remamé" o porque "Viftor" le metió la doble.

Tal como recordaba los últimos dos kmts son la zona de engaños, uno cree uno que ya coronó pues ve arriba como que termina la subida, cuando llega allí aparece otro escalón similar, situación que se repite unas cuatro veces, ese final está lejos. Afortunadamente nosotros ya la conocemos y sabemos que hay que tomarla con calma y dosificarse para llegar al alto.

Finalmente, todos coronamos los 4.5 kmts que tiene el alto de Patiguapos o San Jorge como lo quieran denominar. En la cima me cuentan que el ingeniero y Víctor superaron a Molanito igual su yerno. Para mí fue dura la subida, corta, pero de buena pendiente; luego llegaron Alberto, William, Nobile y su escolta Pulga, algo molesto: “alguien debió avisarnos que esa carretera está vuelta m..”, realmente es normal por el intenso invierno.

Nos reagrupamos abajo en el monumento a los mineros de las salinas. Nobile había partido en busca de alguna ventajita. Pasé de largo para tratar de llevar el grupo con el propósito de contrarrestar el acelerón que se venía venir.  Como lo esperaba, la dicha me duró solo unos minuticos, pasó Pulga y apretó el acelerador, luego Alberto Rivera se ubicó al frente para darle con todo lo que le había sobrado.

En el paso nivel perdí la rueda pues yo cruzo casi frenado, me tocó perseguir, Pulga pasó a atrás para esperar, cuando le llegué alcanzamos a Nobile, a unos pocos metros marchaba Alberto Rivera, seguido de su tocayo y los Molano. Nos quedamos con Pulga para acompañar a Nobile, en el camino pasamos a William y al yerno de Molanito; vale la pena destacar que la señora Pulgarini ya se sostiene solita a buen ritmo en el plano, producto del Verjoncito y Monserrates que se aplica entre semana.

Como les conté al inicio, llegamos a la nueve y cuarenta y cinco a Cenro Chía, creo que fue un récord, por ejemplo, yo estaba en casa a las 10 y 30 a.m. pues hoy no tuvimos tertulia; me imagino que los Pulgas llegaron tipo 11 de la mañana.

Así nos gozamos este corto recorrido (gráfico interactivo) que Rei calificó en su Strava como “relativamente plano" en febrero de 2017.


Otro recorrido que chuleamos en esta “nueva realidad”, de los que contiene nuestro habitual menú por la sabana de Bogotá. Ya pueden ir pensando cuáles incluimos en los pocos domingos que nos quedan de esta corta temporada, antes de la cuarentena navideña, les dejo acá la carta para que escojan.

Feliz semana.