No hay quinta mala
La Caro- El Sapo un recorrido programado a petición de los tres equipos, esta fue la quinta etapa de la XIX Clásica de la Amistad y resultó una de las más vibrantes y emocionantes de esta prueba.
En esta mañana soleada del 22 de noviembre, cuando esperábamos una masiva asistencia, llegaron 8 ciclistas de los Blancos, 8 de los azules y apenas 7 de los verdes, la escuadra más afectada por el incumplimiento de sus corredores. Gracias a la inasistencia, de hecho cada escuadra partió con un castigo de un punto al no completar el mínimo de diez competidores.
Estos fueron los ciclistas que cumplieron la cita con su equipo:
Azules: Armando Torres, Luis E. Pulgarín, Augusto Salcedo, Edgar Dimián, Jacinto Cuta, William Trejos, Ildefonso García y Alejandro Rodríguez (8).
Blancos: Pedro Gómez, Jesús Reyes, Eduardo Matiz, Gabriel Uribe, Alberto Rivera, Alberto Otálora, Eduardo Bedoya y Orlando Molano.
Verdes: Alfredo Gálvis, Miguel Granados, Francisco Morales, Anita Niño, Manuel Panesso, Orlando Márquez y Carlos Reina. Como este equipo viene minado y rezagado 10 puntos de los blancos, pues prácticamente desertaron Camargo, Cuervo, Santacruz y Muñoz, su capitán hizo algunas gestiones y a última hora logró fichar como refuerzos para esta etapa a los siguientes pedalistas de talla internacional: William Bolaños, Carlos Galindo, Alberto Pineda y Álvaro Villarreal. Confirmaron como refuerzo para la final en Sutamarchán Bolaños y Galindo, de tal forma así los verdes podrán completar los 10 que se requieren como mínimo para evitar penalización.
En la Bomba dela Caro los equipos hacían cuentas y los capitanes trazaban sus estrategias para esta prueba por equipos. Los Blancos se la jugaron enviando a un punta de lanza, tal como veremos más adelante.
El juez de la International Cycling Union (UCI) – Mr. Field ( Álvaro Campo) dio la partida a la 8:45 a.m. para el recorrido de 50 kilómetros. A los pocos metros pinchó Pineda uno de los refuerzos.
Poco a poco los equipos fueron tomando posiciones, los Azules trataron de tomar la delantera con los verdes, pero los blancos no los descuidaban. En el trayecto de la autopista hasta Briceño el ritmo fue subiendo, nadie quería dar ventajas, el lote permanecía compacto.
En el cruce hasta Sopó parecía que el lote cedía en el paso pero solo por instantes pues al cruzar el pueblo nuevamente se prendió la Leña.
Pronto se descubrió la estrategia de los blancos, su punta de lanza salió disparado ante la sorpresa de sus competidores, era Alberto Rivera Marín quien no creía en nadie, aprovechó y cogió la rueda de un pato, se le pegó Orlando Molano. Carlos Reina de los verdes salió en su persecución, pero pronto recibió órdenes de su capo de dejarlo al ver la ventaja que le tomó a su grupo, (pareció olvidar que era una prueba por equipos).

Atrás quedó el lote encabezado por Chucho y seguido de Alfredo Gálvis que no le daba ninguna ventaja. Cada equipo trabajaba para evitar que algún pupilo perdiera la rueda. Miguelito cerraba el lote atento a que este servidor no se despegara, qué pena hoy le generé bastante trabajo.

Pronto avizoramos la primera rampa dura, era ya el ascenso a Las Arepas, allí el punta de lanza de los blancos, Rivera, fue absorbido por el lote y su trabajo en solitario le comenzó a pasar la cuenta de cobro, lo cogió sin fondos, pero logró su objetivo, que las cámaras lo captaran, para alegría de sus patrocinadores (familia Rivera) que seguro se sentirán orgullosos cuando lean esta nota.

En la subida Chucho, en una magnífica actuación comandaba el lote que hasta la última rampa seguía más o menos compacto. Los verdes hacían un buen trabajo y los blancos perseguían. Los azules parecían resignarse al tercer lugar, pero en el tramo final de las arepas repuntaron y allí prácticamente aseguraron el triunfo al coronar la cúspide de primeros.
En la bajada le dieron con todo y lograron distanciar a los verdes que perdieron terreno. Al iniciar el repecho y las “S” los azules marcaban el paso y los blancos los seguían, Otálora los tenía infiltrados pero su equipo venía partido, atrás habían dejado a Alberto Rivera quien sufría en la subida, Pedro Gómez, en un esfuerzo sobrehumano, que vale la pena destacar, lo auxiliaba.
Los verdes que venían atrás vieron la oportunidad y sobrepasaron a los dos coleros de los blancos en los últimos 200 metros.

La ventaja que tomaron los azules les permitió llevarse el trofeo de ganadores de etapa y cinco puntos para su acumulado, con una espectacular actuación que demostró el trabajo en equipo. William se sintió una plumita en las subidas gracias a las prodigiosas manos de sus coequiperos, Pulga y el profe, estaba más feliz que recién casado. Un trabajo parejo de todo el equipo para una nítida victoria.
Los verdes lograron el segundo lugar, gracias al trabajo en equipo y al espectacular remate final y se ganaron tres puntos. Para destacar el trabajo de Alfredo Gálvis, de Carlos Reina y por supuesto de Miguel Granados quienes la dieron toda empujando a sus pupilos, con la valiosa ayuda de Pineda. Vimos a una Anita combativa, volviendo por sus fueros. Buen trabajo de William Bolaños.
Pachito logró sacar de casillas a su capitán, pues cuando subía remolcándose de Alfredo Gálvis y de Carlos Reina le protestaba continuamente por cuanto quería que lo llevaran solo por la derecha, Miguel no aguantó y se la cantó.
Para los blancos no fue un buen día, su estrategia falló (luego se supo que al parecer la volada de Alberto fue un acto propio de su inspiración). Esta vez no se les vio el trabajo de equipo, pagaron las consecuencias y perdieron una etapa que en teoría era para ellos.
El damnificado de la fecha Carlos Galindo pues con su bici de montaña poco podía hacer ante el endiablado ritmo de la etapa.
se puede apreciar parte de lo narrado y la intensidad de la etapa, los que sabían empujar la dieron toda y los que no, sacrificaron los bolsillos de sus camisetas, pues había que subir la gente a como diera lugar.
Luego de el ajuste por inasistencia (un punto menos por equipo), la tabla de puntuación queda como se muestra arriba a la derecha.

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