Salimos para Santandercito y terminamos en Zipacón.

Domingo 15 de mayo de 2011.
Hoy por segunda vez en este mes tratamos de hacer el recorrido Siberia- Mondoñedo- Salto Tequendama–Santandercito- Siberia, pues el invierno no nos había dejado. Tratamos de averiguar el estado de las carreras, pero las versiones eran contradictorias, algunos decían que la vía al salto tenía problemas y que el paso por frente al Club Serrezuela, para tomar la vía a la Mesa continuaba inundado.
Anilsa ayer nos “Twitió” por celular informando que según sus fuentes el paso en cuestión no tenía problemas. Así pues llegamos al sitio de encuentro en Siberia con la intención de hacer la etapa, pero convencidos de que probablemente tendríamos que cambiar de recorrido.
Asistieron 4 pedalistas y 20 pedalistos ). El conductor elegido para hoy era , Eduardo Matíz, tuvo que viajar a Ibagué, previamente se excusó y pidió que lo programaran para junio. Por esta razón tuvimos que contratar una camioneta.
El día que nos regaló hoy San Pedro era espectacular, así que partimos decididos muy optimistas a comprobar si en efecto la vía estaba en buen estado. Al paso por el Club Serrezuela encontramos que el paso estaba cerrado pues la vía continúa anegada, igual que la semana anterior. Lo presentíamos pero como decía Tomás: Hasta no ver no creer.

Nos sorprendieron dos cosas: la poca eficiencia de los Gobiernos Nacional y Departamental, es increíble que una vía de esa importancia no se rehabilite prontamente. La segunda, la credibilidad de las fuentes de Anilsa, sumercé dígale a ese “man” que sea serio.
Como éste es un grupo de reacción inmediata, en pocos minutos dimos la vuelta, sobre la marcha analizamos dos sugerencias: Ir a canicas o a Zipacón. La mayoría optó por Zipacón, municipio que no visitábamos desde el dos de agosto de 2009 (). La entrada a la mencionada población queda cerca a Facatativá por lo cual tuvimos que recorrer un buen trecho. Lamentablemente aún está en obra la polémica doble calzada Bogotá- Facatativá ) , por lo cual el paso por esa carretera es bastante tortuoso pues solo hay un carril funcionando y el tráfico es bastante pesado. Para colmo de males un accidente de moto vrs tractomula había causado el cierre temporal
Con precaución el lote surcó la congestionada vía y en minutos llegamos al cruce que nos conduciría a Zipacón, donde completamos 28 kmts de recorrido. Como cosa rara hoy los duros estaban de un querido subido, pues todos pararon para esperar a que llegaran los que se habían relegado. Atrás venían Miguel y Pulga quienes tuvieron que devolverse para coordinar con el conductor de la camioneta acompañante pues la vial no la dejó pasar dado que en ese momento estaban pendientes de un accidente en la vía. En la parada nos enteramos que Mauricio y William habían pinchado y que Pulga y Miguel los auxiliaron. Pese a la buena voluntad, no pudieron despinchar a William, así que lo “montaron” en un bus que lo llevaría al cruce dónde lo esperábamos.
Pensábamos que William estaría agradecido por el detalle tan cachaco, pero nos sorprendió pues estaba “emplutado” y nos ganamos tamaña vaciada. Desconcertados reanudamos la etapa, mientras Pachito nuestro filósofo de cabecera soltaba una de sus famosas y oportunas frases: “Eso saca el perro por ladrarle al burro pa que avance, una patada en el hocico”.
El camino a Zipacón es una de las vías más agradables para practicar el ciclismo de ruta, no tiene mucho tránsito vehicular y cuenta con una buena dosis de montañita distribuida en cuatro repechos uno de ellos exigente, pero afortunadamente corto. Lamentablemente llegar allí no es fácil, por ahora.
Hoy disfrutamos esa salida y el aire puro que se respira.
La llegada a Zipacón incluye un tramo larguito en bajada, el que aprovechan nuestros aviones, para el descenso como Alberto Rivera y William Trejos, pues allí recuperan el terreno perdido en la subida.

Luego de un breve descanso en Zipacón retomamos el camino, en medio de un sol abrazador. A muy buen paso recorrimos los 10 kilómetros hasta la salida a la vía a Faca, donde los cuentakilómetros acumulaban 48 kilómetros. Nadie lo podía creer, hoy los de la A parece que tomaron goticas de Valeriana, pues los vimos muy pacientes esperando nuevamente para que nos reagrupáramos.
Tomamos la vía a Facatativá, cruzamos el pueblo y buscamos la salida hacia el alto El Resbalón. El grupo prácticamente marchó compacto hasta el inicio de esa corta subida que siempre divide el grupo, pues quien logra sacar alguna ventajita en la subida, luego corona y mete el acelerador para sostenerla en la bajada . Por supuesto, esta vez no fue la excepción. Prácticamente se conformaron cuatro grupos.
Una vez superados los repechos de la vía a la calle 80, los grupos tomaron el largo plan hasta Siberia a muy buena velocidad manteniendo las distancias que se sacaron en el resbalón. A la meta llegaron los cuatro subgrupos, sin novedades.
Una deliciosa tertulia en la cual vimos a todos muy alegres y satisfechos por esta etapa improvisada de 80 kilómetros que resultó excelente pues nos la gozamos por completo. Definitivamente el cambio fue bueno.
En relación con la frustrada salida a Santandercito, como decía mi abuela "estaría de Dios mijo", por lo cual por ahora no insisitiremos.
Azúcar en bajada
A propósito de velocidades en la bajada, nuestro amigo Eduardo Bedoya, al parecer tuvo un bajonazo de azúcar cuando se dirigía a casa al finalizar la etapa
Afortunadamente se recuperó . Hablamos con el y nos contó que hoy lunes pedirá cita médica para un chequeo general.Un saludo para Eduardo de todos sus amigos de CicloBR, estaremos pendientes..
A los que vimos igualmente pálidos y a punto de desmayarse fue a Alfredo Gálvis y a Carlos Reina. Alfredo llevaba a Eduardo y a Carlos de pasajeros en su camioneta cuando ocurrió el incidente y tuvieron que aplicar sus conocimientos de enfermería.
La hipoglucemia o hipoglicemia es un descenso excesivo de glucosa en la sangre que se produce por una o más de las siguientes causas: un exceso de insulina o de medicación oral, una alimentación insuficiente o un ejercicio muy intenso.
Se manifiesta con sensación de hambre, sudoración abundante, palpitaciones, temblor, debilidad, dificultad al hablar, confusión y pérdida de la conciencia.
Cuando alguien se desmaya, se suele deber a cambios en el sistema nervioso y circulatorio que provocan un descenso temporal de la cantidad de sangre que llega al cerebro.
Cuando no llega suficiente sangre al cerebro, la persona pierde el conocimiento y se desploma. Si se la acuesta en una superficie horizontal, su cabeza estará al mismo nivel que el corazón, lo que ayudará a restablecer el riego sanguíneo cerebral.
Las personas que sufren desmayos se suelen recuperar al cabo de uno o dos minutos. No obstante lo más recomendable es acudir de manera inmediata al médico, especialmente si este tipo de desmayos suceden repetidamente, pues son avisos del organismo de que algo no anda bien.
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