Conquistamos la poblaciones de Chocontá y Villapinzón

Domingo 13 de marzo de 2011.
Pasadas las diez de la mañana un grupo de 15 ciclistas toman un merecido descanso en el restaurante La Almendra, en la población cundinamarquesa de Villapinzón fundada por Francisco de Vargas Figueroa en 1764, con el nombre de Hatoviejo. Algunos saborean caldito con papa y costilla, se ve apetitoso; otros arepa y envuelto de maíz, las especialidades de la casa.
Para llegar a este punto recorrieron 54 duros kilómetros y tendrán que desandar otros tantos. Eduardo Bedoya era el más adelantado con su caldo, pues llegó primero a la Villa del señor Pinzón, seguido de Alfredo Santa Cruz, Alberto Rivera, Carlos Reina, Alfredo Gálvis y Orlando Molano. A pocos minutos arribaron en lote que organizó desde Sisga Miguel Granados: Pulga, Dimián, Alejandro, Eduardo González y Márquez. El grupo se completó con Mauricio Ordóñez, Nelson Vargas y Walter.
Los acompañaba el conductor elegido de la fecha, el carismático y apreciado por todos Jacinto Cuta, quien previamente nos había aprovisionado de bananitos.

Entre tanto, a trece kilómetros de allí, en la panadería frente a Chocontá, otros 9 ciclistas tomaban igualmente un merecido descanso en la panadería: Melquisedec el primero en llegar, lo acompañan William Trejos, quien se ve feliz del avance que ha visto gracias a su Motobecane, Marcolino, Nobile, Anita, Anilsa, Pacho, Nelson González y Pablo Torres. Un rápido refrigerio y emprenden el regreso a Briceño, no se quieren arriesgar a que los alcancen los que aún descansan en Villapinzón.
Melquisedec, se retrasa, pues lamentablemente pincha. El grupo decide parar a esperar a que cambie el neumático, Nobile y Pachito optan por adelantar terreno. Así el grupo Chocontá logra regresar primero a Briceño aprovechando que le llevan una ventaja de 26 kilómetros a los Villapinzones. Pachito esta vez se echó a la señora Nobile al hombro, pues la ayudó en las cuestas de Sisga y le puso rueda en el plano, con lo cual lograron llegar punteros. Buena esa Pachito.
Toda esta gente, veinticuatro ciclistas () más el conductor elegido había salido a las 8 y 30 de la mañana de Briceño frente al Parque Jaime Duque, (Nobile y Nelson González unos minutos antes). Marcharon durante todo el plano en un lote casi compacto, (digo casi, pues atrás perseguían los Avantel Mauricio y Nelson Vargas quienes llegaron tardecito).

Poco a poco dejamos atrás las poblaciones de Tocancipá y Gachancipá por la central del Norte. El peaje de Sesquilé es el santo seña, al pasarlo el lote se agita, la adrenalina aumenta significa que se acabó el terreno plano, todos tenemos que ajustar relaciones pues la montaña se percibe cerca. Increíblemente subimos la primera cuesta casi en lote, no lo puedo creer.
Pasamos frente a Sesquilé y en minutos ya estamos enfrentando el ascenso al Sisga, una cuesta cuya pendiente no es de las más duras, pero va minando fuerzas por los larga y debido a que no tiene descansos, pero siempre es un placer subirla. Es una vía en perfecto estado, de doble calzada con poco tráfico vehicular los domingos, pocos ciclistas y rodeada de verdes paisajes.
Esta como todas las subidas es el cedazo o filtro que clasifica el lote por categorías. Allí se recibe la recompensa por las madrugadas de entrenamiento semanal o se paga la locha. La montaña no perdona. Los duros, Bedoya, Gálvis, Granados Santa Cruz, Walter y Carlos Reina toman la delantera. Cada uno hace su mejor esfuerzo, especialmente para no dejarse sacar de quien hoy oficia como su rival.
Rivera logra pegarse como Ixodoidea a Carlos Reina, una de las mejores ruedas del grupo. Más atrás Melki, Molano y Márquez se enfrascan en una dura pelea por coronar primero. Pulga Mauricio, Nelson Vargas Anilsa y Eduardo persiguen, los siguen Pablo William, Nobile, Nelson, Marcolino y Anita.
En la subida Jacinto tuvo su primer trabajo cuando vio que Nelson Vargas sacó la mano en plena subida debido a un calambre. Le recetó un par de bananitos y santo remedio, pues pudo continuar.
Anita completó su tarea pasando Sisga y decidió asistir a Jacinto en el carro acompañante; más adelante encontraron a Nobile más encartada que Samuel con la obra de la séptima, tratando de reacomodar la cadena de su bici. Por solidaridad de género Anita se subió nuevamente a su maquinita de carbono y logró coronar en Chocontá.
Al finalizar la cuesta, Miguel se devuelve para ayudar a sus compañeros. Tomamos el descenso hacia el embalse del Sisga. Cada uno tiene ya en su mente en dónde irá a parar para descansar, Chocontá o Villapinzón.
Los de la Villa de Pinzón, luego de un largo descanso y la foto para la prueba parten pues lo que hay es tierrita hasta la meta. Alejandro Rodríguez, hoy dio una muestra de coraje, pues sin mucho entrenamiento, con una sinusitis llegó a Villapinzón; al regreso en la primera cuesta el frasquito de energía le quedó vacío y resignó, afortunadamente su esposa lo esperaba en Sesquilé, tenían una reunión en Guatavita.
Walter y Mauricio comenzaron a pagar el esfuerzo y también pierden la rueda. En la subida pasando el Sisga el turno fue para Alberto Rivera, sus músculos le ordenaron poner pie en tierra y esperar el carro, pero el doctor Cuta le recetó doble dosis de potasio en forma de bananitos, y pudo recuperarse; voló en la bajada para cazar a Ordóñez, a Vargas, y a Márquez quienes estaban a punto de llegarle a lote que comandaba Miguel, ya sin Bedoya, Gálvis, Reina ni Santa Cruz.
Miguel ordenó esperar a los rezagados que conectaron. El lote se organizó y poco a poco incrementó el ritmo, pero el cansancio pudo más y Mauricio, Nelson y Alberto, impotentes vieron cómo se les fueron. Más atrás Walter, quien hoy venía con muchos kilómetros encima desde su casa, pagaba caro el esfuerzo.
El pelotón, con relevos de Pulga y Miguel logró capturar a Carlos Reina a cuatro kilómetros de la meta. Al llegar la tertulia la habían comenzado los de Chocontá y los de la A.

Bajo un esplendoroso sol, tirados en el prado del Restaurante en Briceño nos refrescamos y por un largo rato repasamos el recorrido, de 82 kilómetros para unos y 108 para otros. Conclusión unánime, un duro pero excelente recorrido para repetir, ojalá con el grupo completo. Los minutos pasaban y como cosa rara la gente seguía animada narrando sus experiencias.

Hoy vimos en funcionamiento el esquema que se había propuesto, marchar en lote al inicio hasta el comienzo de la subida, allí cada uno hace su carrera. Al regreso, agrupamiento de la categoría B dejando a los de la A que partan pues van a otro ritmo.
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