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Bogotá febrero 27 de 2022

Relato a doble pluma

Buenos días, hoy tenemos cuatro grupos de lectores, los amigos y familiares que nos siguen por la web, los colegas que aún no se deciden a acompañarnos en carretera, los ciclistas del grupo que asistieron pero que por la lluvia en el punto de partida optaron por regresar a casa y finalmente, quienes persistieron y decidieron seguir con la programación pese al mal clima. Para todo ellos y elles les tenemos este resumen, que esperamos acompañe su tintico en la mañana del lunes:

El día comenzó muy de madrugada para aquellos orates, que habiendo escuchando el tintineo de las gotas de lluvia en la ventana desde las cuatro de la mañana, en vez de dar media vuelta en la cama y desactivar la alarma, optamos por consultar el chat de WhatsApp con la esperanza de que alguien inteligente propusiera cancelar la salida porque llovía por todo Bogotá. Yo fui uno de ellos, estaba seguro de que el esperado mensaje llegaría; algo sonó así que rápidamente me puse los anteojos y sin prender la luz para no despertar a mi esposa miré el celular y busqué el whatsapp.

Qué raro, lo único que encontré fue una imagen que remitió muy temprano Héctor referente al pronóstico del tiempo, pero luego recordé que en otras oportunidades él y Armandito habían enviado mensajes similares y acto seguido lo acompañaban con un alargado Zzzzzz, me alegré, qué bueno por fin alguien sensato; ya más tranquilo, volví a colocar la cabeza sobre la almohada con una sonrisa de felicidad y me dispuse a conciliar el sueño.

No había pasado un minuto y enseguida entró otro mensaje y luego otro más, y otro más, seguro todos estarían informando que seguirían durmiendo, pensé:

Alberto Rivera:

¿Eso qué significa Hétor?

Héctor Pedraza: Q haya nos vemos, en caso tal tomamos tinto y para la casita.

Alberto Rivera: De acuerdo.

Guillermo Durán: Esa es la actitud.

Qué vaina con la gente preguntona, pasaron unos cinco minutos, no llegaron más mensajes pero ya no pude dormirme, me rayaron el cerebro, qué iba a dormir con el cargo de conciencia, me tocó levantarme alistarme y salir volando pues si uno no madruga no encuentra cupo de parqueo en la Terpel de Siberia.

Pese a un embotellamiento que había por la calle ochenta ocasionado por un choque múltiple, me rindió, llegué a las 6:01 a Siberia, aún era de noche, durante el camino aún lloviznaba aunque levemente.

Aproveché para desayunar con un palito de queso y un tintico dentro del carro, mientras ´pensaba, ojalá las berracas cámaras de fotomultas no funcionen de noche, de lo contrario otra vez tendría que hacer otro cursito y pagar como el pasado año por haber pasado a 60 por hora en la calle 80. Hoy si iba más rápido, a 70 por hora.

Luego llegaron sucesivamente Alberto, Héctor y Guillermo, Marcolino, Fernando, Pablito, W. Duarte, Nobile, Pulga, Manuel Panesso y su hermano Hernán Raúl, Hebert amigo de Lorena y los nuevos amigos Javier Fernández y Wilfran Díaz.

Previamente se habían reportado Ricardo y un amigo, Chinazo y Fabio quienes avisaron que llegarían directo a Mosquera por la calle 13.

En plena llovizna apareció Reinaldo Pulido, fue recibido con aplausos por sus compañeros que ya lo dábamos por perdido, pero vean Uds. se cumplió la parábola de la Biblia sobre el hijo pródigo, sea Ud. bienvenido a CicloBR amigo Rey.

Ya completábamos 20 ciclistas un récord para la época y el lluvioso día.

El piso estaba mojado, pero todo indicaba que en un par de tintos podríamos zarpar sin problemas para navegar hacia la vía a la Mesa. De repente volvió a aparecer la llovizna, de inmediato San Pedro sembró la duda y la incertidumbre. Alberto insistía en que saliéramos que el problema era allí en ese sitio, señalando el horizonte hacia el suroeste, repetia que por allá se veía despejado. Tarde, San Pedro había hecho su trabajo, nos persuadió a algunos de que lo mejor era regresar a casa y evitar la lavada; yo pensaba en la bajada hacia el Curubital con la carretera mojada y fui de los primeros en “patraziarme”, luego de varios tintos esperando inútilmente a que el clima cambiara, pero nada.

Marcolino dijo bueno chao me voy y partió raudo en su camioneta, Pablito, Héctor y Guillermo también tomaron las de Villadiego; es decir, en total fuyimos cinco y se quedaron 11 valientes optimistas que le creyeron al profeta Rivera, quien seguía repitiendo su prédica: "el problema del clima es acá en Siberia y no por la vía a la Mesa".

Quienes desertamos, camino a casita nos dimos cuenta de que en la calle 80 antes de la Boyacá el cielo ya estaba despejado y la vía estaba completamente seca; incluso Guillermo me llamó y en tono nostálgico, con un dejo de arrepentimiento me dijo “¿si vio que por acá está seco?. Pero la decisión ya estaba tomada y era tarde, como dice la moraleja: “no llores sobre la leche derramada". Solo deseaba que si algunos de los once que quedaron en Siberia les fuera bien si decidían hacer la etapa e igual que a los cuatro de la avanzada los acompañara el buen tiempo y la vía seca.

Bueno, apreciados amigos y amigues, hasta acá llega mi relato, eso es lo que a mi me consta y como simpre es la verdad nada más que la verdad, como no supe qué más pasó, entonces en este punto cedo la palabra a mi colega Alberto Rivera, nuestro profeta de hoy, quien me envió a las 3:56 pm este mensaje:

Alberto Rivera; “Voy a escribir unas cuantas letras sobre lo ocurrido en el día de hoy”.

Pensaba que hoy no tendríamos crónica porque faltaba la mitad de la información, pero con el anuncio de Alberto me animé y terminé de escribir el texto de la crónica hasta lo que había vivido, pues lamentablemente fui uno de los pluviofóbicos que huimos despavoridos. Como ya eran las 8 pm. Y no llegaban las anunciadas letras de Alberto, le envié por el chat estas: ZZZZ, de inmediato entendió el mensaje encriptado y me respondió:

“Apenas empecé a escribir, voy avanzando, pero me demoro un poquito.” Pobre Alberto seguramente estaba cansado y se tomó una merecida siesta y yo se la interrumpí, qué pena.

Finalmente a las 9:24 pm llegó su esperado texto. Por tanto, sin más me despido y los dejo con Alberto, para lo cual transcribo a continuación el relato que amablemente escribió, no sin antes agradecerle por su valiosa ayuda para no dejar la historia truncada. Como podrán observar, hay coincidencias en el texto, lo que comprueba que los cronistas de CicloBR no mentimos.

 

¡LA DE HOY FUE UNA ETAPA SINGULAR!

Por Alberto Rivera Marín.

El día empieza con un mensaje de WhatsApp sobre el pronóstico del tiempo, enviado por Héctor Pedraza al grupo de los Choquencianos, anunciando la salida del sol a las 6 de la mañana, pues la lluvia de la noche anterior había sido intensa y muy abundante. Guardaba la esperanza de que ese primer mensaje, dijera que me quedara en camita ZZzzzzz! Pero no fue así, don Héctor lo que manifestó fue: “Q haya nos vemos, en caso tal tomamos tinto y para la casita”; si hubiera recordado ese mensaje cuando Héctor tomó la decisión de no acompañarnos al Curubital, tal vez hubiera dicho que don Héctor lo tenía todo planeado, pues fue uno de los que se devolvió de la Bomba Terpel con Pablo Torres, llevándose, de paso, a don Guillermo Durán.

Pero, por qué considero que este día fue muy singular, veámos:

1) No había tenido la oportunidad de ver a Orlando Márquez decir, “me da mucha pena con ustedes, pero yo no los acompaño” (Esa es la razón por la que estoy escribiendo esta crónica). Realmente, el estado del tiempo no era muy amigable y las nubes no presagiaban sino lluvias; de hecho, estando allí, en la Bomba Terpel, se soltó lo que los bogotanos llaman un “chubasco”, que minó las pocas esperanzas de los nueve ciclistas que nos encontrábamos en esos momentos allí.

2) También resultó sorpresiva la decisión de don Guillermo Durán de negarse a acompañarnos hasta el Curubital, pues un número importante de ciclistas sí queríamos aventurarnos a empezar el recorrido, pues el firmamento anunciaba rayos solares por el sector de Mondoñedo; claro que, a veces, esos rayos desaparecían.

3) Otra situación extraña de este día, la constituyó el hecho de que, por primera vez, todos los Cicloberes encontramos cupo en los parqueaderos de la Bomba Terpel: Claro, nosotros fuimos los únicos patriotas que, viendo el mal estado del tiempo, decidimos salirnos de nuestro estuche calientico, para emprender un viaje con final impredecible.

4) La presencia, por primera vez en este 2022 del amigo Fabio Cuttica (Ver aclaración abajo*), que fue el único quien pudo convencer al “Chinazzo”, para que acompañara a los Cicloberes en su programación, pues su firme propósito era el de tomar otra ruta, hacia Patios.

Bien, quien escribe esta nota, no tenía entre sus planes llegar a Terpel, a tomarse un tintico y regresar nuevamente a casa, sin expulsar una sola gota de sudor. Por todos los medios intenté persuadir a todos presente para salir a la carretera, pero la lluvia no me ayudaba, pues como dije anteriormente, hasta un “chubasco” nos tocó recibir mientras nos resguardábamos en las paredes frontales del establecimiento Al Toque.

Finalmente, y con la ayuda de la que todos conocemos, la señora Nóbile González, de un momento a otro hizo que los invitados y los Cicloberes que allí nos encontrábamos, decidiéramos tomar camino -por lo menos- hasta Mondoñedo. Debo reconocer que, la salida fue muy complicada, porque, además del frío, el piso estaba aún muy húmedo y, lo que menos quería era mojar mis zapatos y la camiseta, pues no preví llevar la chaqueta impermeable y los forros de los zapatos.

Pero no fue en vano el esfuerzo, porque, a medida que avanzaban los kilómetros, nos íbamos calentando y, el terreno se mostraba más seco, como si no hubiera caído una sola gota de lluvia durante la noche anterior y la madrugada de hoy.

Así estuvo todo el trayecto, hasta cuando llegamos al Alto de La Cabra (Sólo hasta hoy me vine a dar cuenta de este nombre), desde donde se vislumbraba un negro nubarrón hacia el Curubital, que presagiaba una intensa lluvia.

En ese sitio se devolvieron la señora Nóbile González, el señor Manuel Panesso y su hermano Hernán Raúl, quienes nos prometieron esperarnos en la Bomba Terpel,

Mientras, siete mosqueteros (Fernando Flórez, William Duarte, Javier Fernández –invitado-, Wilfran Díaz –invitado-, Luís Eduardo Pulgarín, Luís Hebert –invitado- y el suscrito) decidimos enfrentar una espesa niebla que amenazaba una fuerte lluvia, para recorrer los cinco kilómetros y medio, que nos separaban del Alto de La Cabra hasta el punto de destino, conocido como el Curubital.

Luego de que todos nos pusimos de acuerdo, hicimos ese recorrido con todas medidas de seguridad, pues como les digo, la neblina no dejaba ver a veinte metros de distancia, pero, finalmente, lo logramos y, cuando llegamos al sitio de destino encontramos a Fabio Cuttica con Eduardo González, quienes habían tomado camino directamente desde sus casas, se encontraron en la calle 26 con carrera 50 y emprendieron el viaje en solitario.

Sorpresivamente, pudimos ver también al Profe Ricardo Rodríguez, que subía lentamente con un amigo.

El trayecto hasta el “Área de Mondoñedo”, que fue utilizado en otras épocas como centro de disposición de residuos más importante del Departamento de Cundinamarca, fue muy tranquilo, aunque para el suscrito, escalar montañas nunca será una actividad tranquila.

William Duarte, Eduardo Pulgarín y Fernando Flórez se encargaron de imponer el ritmo de ascenso, habiendo quedado el suscrito completamente rezagado.

Pero, como todos saben, no es, sino que la vía se aplane o se visualice el descenso, y eso es suficiente para alcanzar nuevamente al grupo, que se encontraba a la altura del último ascenso hacia el Alto de Mondoñedo. Como cosa curiosa el embalaje a dicho Alto estuvo muy intenso, pues quisimos “pelear” la llegada de primeros, entre ellos, Eduardo Pulgarín, Fernando Flórez y el suscrito.

Luego vino el vertiginoso descenso a 70 kilómetros por hora, que nos permitió a Flórez y al suscrito llegar de primeros a la parte baja de Mondoñedo, donde paramos a esperar al grupo; pero fue el peor error, porque aparecieron intempestivamente detrás de un triciclo que venía dándoles “palo” que, ni siquiera el italiano Cuttica pudo superar. A Fernando y al suscrito nos tocó perseguir, en frio, a ese singular grupeto que perseguía un triciclo que nunca pudimos alcanzar.

Ya, en las goteras de Funza, se dieron los últimos “jalonazos” por parte de Fernando Flórez, quien impuso un endiablado ritmo de velocidad hasta la meta, la cual estuvo muy luchada entre él y Pulgarín que, como pueden ver en la foto del pódium, subieron al primer lugar estos dos grandes exponentes de la velocidad de CicloBR, secundados por el suscrito y por el invitado Luís Hebert.

¡SI LA LLUVIA NOS DEJA, NOS VEMOS LA PRÓXIMA SEMANA!

______

Aclaración (*) Fabio ya nos había acompañado el 13 de febrero en la salida a Zipacón

PRÓXIMA SALIDA

Domingo 6 de marzo de 2022

Cita:Parqueadero Asadero Don José La Caro

Ruta: La Caro - Tocancipá- Sesquilé- Santa Rosita- La Caro.

Si gustan, los de la A se pueden aplicar un Sisga.

Hora encuentro 7:15 am

Camiseta: Negro- Naranja

Porfa lleve su propuesta para la siguiente salida.


Feliz semana.

 

E