Mi reencuentro con la Flaca
Bogotá, enero 11 de 2017
Querido Diario:
Dicen que lo mejor de una separación es el reencuentro y hoy lo pude comprobar, es cierto, luego de casi 45 días por fin me reencontré con ella, con mi amada flaca. Aunque no fue mucho tiempo, ya la extrañaba, sentía que me hacía falta, tanto como el aire que respiro.
Una mañana soleada fue testigo de nuestro primer paseo del 2017, fue montarla y comenzar a disfrutar con ella, con mi flaca, en menos de media hora logró arrancarme las primeras gotas de sudor en el nuevo año.
Su rueda delantera se enfiló para señalarme obediente el horizonte de la vía, ese horizonte de mil caras que cambia en cada curva. La brisa fresca acariciándome la cara era algo que también extrañaba, el aire puro, la sensación de libertad, y los tonos verdes del paisaje, confieso que he intentado contarlos y siempre pierdo la cuenta luego de veinte.
Hoy mi flaca era la reina, no tenía competencia, ella y yo éramos los únicos en la pista, se deslizaba elegante y presumida, imaginando que los árboles y arbustos que nos acompañaban al lado y lado eran cientos de aficionados, parados sobre una alfombra de césped y flores amarillas que nos animaban gritando en silencio el Allez!!, Allez!! como en una llegada del Tour de France.

Mi flaca volvió a lograr que olvide las preocupaciones, la verdad no sé si es ella o es que los cascos de ciclismo tienen esa propiedad mágica de evitar que al cerebro nos lleguen pensamientos negativos, no lo sé pero igual lo importante es que mientras avanzo con mi flaca me recargo de energía positiva.
Fueron pocos kilómetros los recorridos hoy, pero ella y yo también extrañamos a nuestros amigos y amigas de CicloBR, esperamos que muy pronto podamos rodar todos en manada para escuchar el silencioso grito Allez!!, Allez!! de los árboles, cuando todas las flacas del grupo estén deslizándose orgullosas por las vías de Colombia.
Tal vez entonces alguno de mis compañeras o compañeros pueda decirme exáctamente cuántos diferentes tonos de verde pudo contar en el paisaje que a veces poco disfrutamos en las salidas dominicales, y cuántas flores de distintos colores son capaces de distinguir.
Ánimo es hora de que te reencuentres con tu flaca, en este año nos esperan nuevos retos, nuevos sacrificios y muchas montañas para ascender, no reconoceremos límites, cada vez llegaremos más cerca del cielo azul, hasta casi rozarlo con nuestras manos, para sentirnos inmortales así sea por algunos segundos.
Ya Pronto.
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