Aceptamos y cumplimos el reto
Domingo 8 deagosto 2010
Si bien es cierto que el entrenamiento físico fortalece los músculos, el entrenamiento mental igualmente hace que nuestro cerebro nos permita alcanzar metas o retos. Todo reto o desafío tiene un esfuerzo y este no depende de nadie, solo de nosotros.
La programación de nuestro grupo de ciclismo para mencionaba para hoy un reto: subir dos veces a la cima del Alto de Canicas. Una cuesta de 7.2 kmts a la que se llega pasando la población de Subachoque Cundinamarca. La altura pasa de 2575, en la base de la montaña, a 2920 metros en la cima. Se transita por una carretera relativamente nueva y bien pavimentada, circundada por hermosos paisajes y muy poco tráfico vehicular, por lo cual se siente el aire puro.
Desde la apertura de esa carretera hemos hecho esa cuesta muchas veces, no es una subida fuera de serie, pero tiene de todo, arranca con un tramo corto en plano, viene un primer tramo de pendiente no muy exigente, al coronar se aplana, luego una bajada de 100 metros y se inicia otro tramo de ascenso con pendiente similar a la primera hasta llegar a la escuela, un poco menos de la mitad del recorrido. Algún día me confesó Alberto Pineda que el le tenía fobia a ese intervalo, pues le "daba duro"
Pasando la escuela, se suaviza la pendiente y pronto inicia el primero de los tramos duros, especialmente una interminable curva que exige pararse en los pedales.
Pero falta lo más duro, tres curvas las de mayor inclinación en una zona boscosa, bautizadas como el "aserradero". Unas vez superadas un breve descanso y luego al finalizar la última curva vemos un repecho de 50 metros y al final la meta, nos coge cansados, pero si se guardó energía se puede rematar y si no, toca tomarlos con calma para llegar bien.
Ese es un breve resumen en letras de la subida a Canicas, escribirlo no cansa pero vaya y súbalo.
Subir, bajar y volver a emprender la subida?. Si ese es el reto que nos plantearon para hoy.
Para afrontarlo llegaron 28 pedalistas, uno de ellos vestido de civil, pues estaba cumpliendo con el sagrado deber de oficiar como conductor elegido: Carlos Reina, nuestro apreciado “panadero”.
Carlos se fajó horneando unas deliciossa galletas de avena especiales para el grupo, acompañadas de juguitos de caja.
Cuando vi las galletas pensé que eran las famosas cucas pero algún gracioso me dijo que no porque no tenían la rayita vertical, todos rieron; la verdad no entendí mucho pero lo cierto es que estaban tan deliciosas como verdaderas cucas.
Gracias Carlos ahora vemos porque es tan exitosa su panadería!!
Los restantes 27 ciclistas que asistieron: Anita Niño, Esther Rueda Jesús Reyes, Armando Torres, Pedro Herrera, Pedro Gómez, Orlando Molano, Orlando Márquez, Álvaro Cuervo, Álvaro Villarreal, Álvaro Campo, Eduardo Bedoya, Alfredo Santacruz, Alfredo Gálvis, Pastor Gómez, Marcolino Barrera, William Trejos, Francisco Morales, Alberto Otálora, Alberto Rivera, Alberto Pineda, Manuel Leal, Miguel Granados, Luis Eduardo Pulgarín, Melquisedec Reina, el profe Alejandro Lombana y Armando un amigo de Pedro Herrera.
Un despistado, Eduardo Bedoya, llegó con el Uniforme del sábado y otro que ha estado pasando de agache y no ha comprado la camiseta 22 años: Alfredito Santacruz; no se preocupe mijo que la Ciclo-tienda se la enviará, obvio con la debida factura, para que no tenga problemas con su Jefe en la DIAN.
Reapareció Pulga quien llegó el viernes de los Estados Juntos, lo vimos sufriendo en la subida pues indudablemente le afectó la parada de dos semanas con los monos.
A Alfredo Gálvis se le pegaron la cobijas y le tocó perseguir, cuando hacía la primera subida el grupo ya bajaba para la segunda, pero como todo un Barón hizo la segunda (Barón de Castillo)
Para llegar al inicio de la subida a Canicas recorrimos 25 kilómetros, a un ritmo parejo de 30/31 kmts hora, pues Herrera y Bedoya no soltaron la chancleta.
Llegamos al puentecito, pasando Subachoque, desde donde contamos el kilometraje para la subida y arrancamos a trepar. Me imaginé que esto iba a ser parecido a la etapa del domingo anterior, donde la mayoría juró bajar a la Vega y por el camino fueron cambiando su meta, pero verán que me equivoqué.
Todos los asistentes subimos la primera vez y solo unos pocos no completaron la segunda, por supuesto no mencionaré en esta crónica los nombres para no herir la susceptibilidad de Anita, Pastor, Melki, Marcolino, y Chucho, es mejor que nadie sepa quienes no cumplieron la meta, por parte nuestra prometemos nunca revelar este preciado secreto.
La primera subida curiosamente es más exigente, por la adrenalina que se genera dado que quiérase o no hay competitividad. La segunda subida se hace con mayor tranquilidad y parece más fácil, porque se toma con más tranquilidad y con las piernas calientes.
Seguramente, los “duros”. Pineda, Leal, Granados y Bedoya (quien subió tres veces), dirán que no era mayor problema, pero para el resto subir dos veces y aún una y media veces representaba un verdadero reto y lo asumimos.
Felicitaciones a todo el grupo pues cada uno, en la medida de sus posibilidades, hizo su mayor esfuerzo. Nos ayudó el clima, un esplendoroso día con la temperatura ideal.
Como Querer es poder… ahora tenemos para el próximo domingo el mayor de los retos para la mayoría de nosotros: coronar el puerto montañoso más exigente de Colombia, el Alto de la Línea, vertiente de Calarcá en donde se pasa de 1.517 en dicha población a 3.265 metros en la cima a donde se llega luego de recorrer 21,7 kmts.
La Línea lo tiene todo para clasificar en la categoría de puerto Especial de montaña: longitud, altitud, desnivel, pendiente media, rampas máximas, unas pocas suaves, belleza del paisaje, calor, frío y ante todo mucha leyenda, forjada especialmente en las vueltas a Colombia; allí revelaron sus condiciones grandes glorias del ciclismo, ahora nos toca a nosotros "las grandes glorias de CicloBR" escribrir la historia que seguramente no trascenderá a la gran prensa pero quedará en nuestros recuerdos y en el de nuestros nietos a quienes podremos entretener contándoles esas hazañas, mientras repasamos estas crónicas.
Por supuesto, cada uno se fijará su propia meta, seguramente los de la “A”, lograrán llegar a la cima en la bicicleta, otros subiremos, 10, 12, 15 o más kilómetros, y de pronto, quien quita, logramos conquistar la cumbre. Lo importante es tener claro que se trata del máximo reto para un ciclista colombiano y que lograrlo de una vez no es fácil, pero intentarlo sí que lo es. Así pues no les prometemos tanto como lo hizo el Presidente Santos en su posesión, pero nadie podrá negar que lo intentamos.
Extrañaremos en ese viaje por las montañas de Colombia los infaltables compañeros de los ciclopaseos, que por una u otra circunstancia no nos acompañarán esta vez, pero que seguramente estarán pendientes:
Pedro “Chucho” y sus apuntes, el olor a talcos johnson de Melki, Leal y sus regaños, Rivera nuestro dilecto abogado con máster en baile tropicales, Hugo y sus apuntes Bogotanísimos, los trepadores de gran altura Cuervo y Otálora, Pachito y sus frases filosóficas ñero-boyacenes, Dimián y su mexican mustache, Matíz y su inefable risa, Rogelio, Alfredo, Chucho, Martínez, Las cucas de Carlos Reina, los sombreros de Campo, las semillitas de Zapata, las empujadas de Pastor, Jorge Gutiérrez y sus excelentes fotografías y por supuesto la caballerosidad y cachacura del veteranísmo y decano nuestro Jorgito Peña. Pulga lo está pensando...
Ánimo muchachos aún están a tiempo de subirse al bus!!.
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