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Salida número trece de la temporada 2016

Bogotá, abril 24 de 2016

Saber que se puede, querer que se pueda

La tarea ciclística para hoy era nada menos que subir a la siempre respetada Cuchilla de Guasca, como lo había sugerido Nobile en marzo de este año en la encuesta para elaborar la programación de abril. Pero además en la programación se anunciaba que quienes quisieran aplicarse una dosis adicional podían bajar un poco más hacia Sueva. De  la cima de la Cuchilla a Sueva son 26 kmts, creo que el Chinazo no sabía pues hoy iba para allá, ya lo verán…

La idea era llegar en carro a las 7:30 a.m. y salir de la estación de gasolina antes del cruce de Guasca, esto implicaba una buena madrugada. Lamentablemente el día en Bogotá no amaneció  de buenas pulgas, mejor dicho de buenas nubes y era seguro que muy pocos se le medirían  a la aventura que podría terminar en la tercera lavada del mes. Los primeros en sacar la mano fueron los italianos Giaco y Fabio, dejaron a su carnal Eduardo echando aro, pero él ni corto ni perezoso contrató un cupito en el carro de los Pulga.

Como me quedaba más fácil la ruta por Sopó tomé la autonorte y ya pasando el peaje se inició el trabajo para los limpia brisas, por ahora en la velocidad mínima. Venía atento al Whatsapp, tenía la esperanza de que alguien sugiriera cancelar la etapa, para devolverme, dado que el cielo se encapotaba poco  a poco. Entonces sonó el teléfono, 6:53, era Molanito preguntando si ya había llegado a Guasca para que le informara sobre el clima allí, le respondí que la cosa no pintaba nada bueno, pero que iba para allá así fuera a tomar tinto.

En La Caro los limpia brisas ya trabajaban más rápido y en Sopó  a la máxima velocidad, el aguacero era de padre y señor mío. Nadie escribía nada por Whatsapp, qué vaina me preocupaba el silencio, paré un momento en un restaurante a pocos kmts de la Y del Salitre,  los malos pensamientos me asaltaban, mi intención era devolverme, pero justo en ese momento en la radio estaba sonando esta canción:   

Saber que se puede, querer que se pueda.
Quitarse  los miedos, sacarlos afuera. Pintarse la cara Color  esperanza …
Es, mejor perderse que nunca embarcar.
Sé, que lo imposible se puede lograr.
Saber que se puede, querer que se pueda...

Listo. El Dilema era fácil de resolver: si ya iba a más de la mitad del camino, para qué carajo devolverme, mejor llegar así fuera a tomar tinto, como le prometí al amigo Molanito. ¿Qué tal que en casa me enterara luego de que habían llegado un buen grupito y que subieron  a la Cuchilla?, después  el arrepentimiento sería grande. Además el mensaje del cantante, era bastante oportuno y muy motivante, así que arranqué  de una. Subiendo al Salitre la lluvia había desaparecido en Guasca el clima era el ideal para los ciclistas, incluso el piso estaba seco.

El problema era que allí solo estaba Molanito, claro que apenas eran la 7 y 30 a.m. Ricardo y Geoffre se habían reportado y venían en camino. A los pocos minutos llegó  el carro de Pulga, allí traía a Nobile, a Camilo, a Manuel y al Chinazo, aún saboreaba un caldito caliente que su hermanita le había traído en termito.

Le mostraron el mensaje de los Spaguetti donde informaban que estaban haciendo la vuelta al Norte y  enviaban una foto frente a la  Estación de Policía de Briceño, no le gustó mucho,  pensó que tal vez los habían llevado detenidos, era imposible una traición de su Squadra con el Capo di Capos.

Mauricio salvó a Javier del aguacero, lo recogió subiendo a Patios, en Bici hubiera llegado demasiado tarde.

En pocos minutos se completó un combito de quince pedalistas, lo que confirmó que hubiera sido una embarrada devolverme. Nobile esperaba con ansiedad a su “partner” Marcolino para arrancar antes y tomar una ventajita, lo esperamos más de media hora, pero luego le contaron que se habían devuelto con Pablito en Patios. En la tarde hablé con Marcolino y la verdad Pablito fue de los que decidió quedarse arrunchado y lo dejó plantado, cuando lo llamó a cancelar ya era muy tarde para llegar a Guasca, así que Marcolino quedó vestido y frustrado.

El que si llegó muy tempranito fue Reinaldo, acompañado de Vicky su esposa, además su señora  madre Doña Rosa y por supuesto “Pichis”, la mascota de la casa que los acompaña en todos los viajes. El cupo lo completaban los Duarte. La familia de Rey nos aprovisionó con viandas para la subida, Bananitos enanitos, galletas Milo y bocadillos. Excelente colaboración y trabajo el de la familia  Pulido – Velásquez –Rueda. Vale la pena aclarar que Reinaldo hoy llevó su bici de competencia, presentía que su súper mecánico hoy no iba. Además al descubrir que la cadena de su Muleto fue del Zipa Forero está pensando en enmarcarla y colocarla en el estudio.

El trabajo de acompañamiento y escolta lo complementó de maravillas  Alfonso, sobrino de Ricardo Rodríguez. Para Rei y su familia, para Ricardo, Alfonso y Nidi Johana un gran abrazo de agradecimiento de los Cicloberes.

El sol apenas hacía coquitos, alcanzó a calentarnos unos segundos, así que decidimos partir a provechando el buen clima que amenazaba con dañarse.

Los siguientes párrafos son un reconocimiento a una persona que se ha convertido en un ejemplo para muchos de los integrantes de CicloBR, está demostrando que no se necesita mucha juventud, ni tantos años de experiencia con la bicicleta, cuando se quiere se puede;  el coraje, la valentía y el empeño que pone en cada salida son de admirar. No se amilana con el mal tiempo y se le mide a cualquier subida, no importa si sus compañeros van adelante y menos si le toca subir sin compañía, de todas formas llega siempre a la meta.

Como se imaginan, nos referimos a Nobile, hoy salió con unos pocos minutos de ventaja. El Grupo se partió en dos, atrás quedamos Pulga, Manuel y yo, los demás se fueron tras la estela de Camilo y Diego. Adelante marchaban Nobile, Ricardo y W. Bolaños.

En el Kilómetros ocho  vimos a lo lejos a  Nobile, pero solo logramos alcanzarla un kilómetro más adelante, Manuel se quedó para acompañarla, un buen detalle. Igual que sus 14 compañeros varones, subió a la Cuchilla por sus propios medios.


Desde la salida de Guasca encontramos que si bien parecía que había llovido, el piso estaba seco, al llegar a la Y, una fina llovizna comenzó a hacernos compañía, durante algunos kilómetros el viento se la llevaba a otras partes, pero luego volvía para seguirnos, parecía que  le gustaban las bicicletas o los ciclistas.

Me impresionaba cómo, pese a que no estaba lloviendo en algunos tramos bajaba agua por las canaletas de la vía, formando arroyos que descendían raudos y que brotaban de la montaña. Tantos los bosques de pinos que dejamos atrás, como la vegetación del páramo se veían cargaditos de agua. Con razón dicen que el Páramo de Guasca es una de las fábricas naturales de agua más importantes de Colombia, está en la Ruta del Agua.

Pasando el kilómetro 9 en una de las curvas alcanzamos a ver la Cuchilla, allá arriba muy cerca de las nubes,   en toda su majestuosidad  pues por unos instantes el sol apareció, pero fue apenas un pequeño regalo, en los siguientes kilómetros la Neblina salió a nuestro encuentro. En la última curva veíamos como descendía hasta el pavimento y parecía rebotar, hasta lograr que la visibilidad fuera casi nula.

Más por la información de los cuenta kilómetros que por la visibilidad, supimos que estábamos ya en la recta final para llegar a la cima. Los últimos 500 metros de la llegada son los más duros, por el esfuerzo acumulado, realmente son interminables, juraría que son más de mil. Al final de la cuesta estaban esperándonos los 11 primeros que ya habían logrado coronar la mítica Cuchilla de Guasca a 3362 metros de altura. Escuchábamos sus voces pero solo los vimos cuando los tuvimos a 3 metros, se escondían tras el telón de niebla, apenas eran las 10:07 de la mañana y ya casi teníamos hecha la tarea.

Camilo y Mauro bajaron para escoltar a Nobile, no venía muy lejos. Finalmente emergió de la cortina de niebla, una vez más había coronado en su etapa favorita, aquella a la que muchos de sus colegas le temen. Camilo solo le sacó 32 minutos, una verdadera proeza. Pero eso no era todo esta vez era una Nobile recargada, aún le quedaban fuerzas para más montaña.

De un momento a otro la lluvia intensa apareció, justo cuando pregunté que quiénes iban a bajar hacia Sueva. Aun así todos, excepto Pulga, respondieron que querían conocer qué seguía de la Cuchilla hacia abajo por la vertiente denominada del Guavio. “No, no, yo si no me voy por allá a mojarme, yo me devuelvo” insistía. Finalmente lo convencimos de bajar unos 4 kmts.

Catorce pedalistas iniciamos el descenso, con visibilidad baja, un frío tenaz  y lluvia “mamoncita”. Nobile se subió  al carro de Vicky y nos pasaron en la bajada. En el kmt 4 paramos con  Pulga y  W. Bolaños. Geoffre, Molanito, W. Duarte  y Manuel  descendieron hasta el kmt 5,5.

Nobile bajó en el carro de Vicky 7 kmts hacia Sueva y luego se los subió completicos. Buena esa, qué gran lección de coraje y verraquera nos da Ud. en cada salida del Grupo, eso es precisamente “Saber que se puede y querer que se pueda"

Camilo, Chinazo, Diego, Ricardo Javier,  Mauricio  y Reinaldo bajaron 13 kmts. Allí el Chinazo les insistía en que bajaran al "pueblito", pero no consiguió socios, afortunadamente pues el "pueblito" quedaba 13 kmts más abajo, el pensaba que estaba cerca.

Desafortunadamente la lluvia y la niebla no nos permitieron apreciar el paisaje, pero se veía que íbamos bordeando la cuchilla, el ascenso en esos trece kmts no es duro, son columpios. A mi juicio para la próxima, si salimos otra vez de Guasca y si es época de verano, podemos bajar un poco más, por supuesto como hoy, a la carta.

Nuevamente en la cima de la Cuchilla iniciamos el descenso, bueno digamos que iniciaron, pues yo me subí al carro de Ricardo, me dio pena con su sobrino, ni crean que fue por pereza a la bajada. Pensaba hacerle la conversa pero el chino baja bastante rápido y poco pude contarle del grupo, por aquello del corbatín; mentiras ese joven es un verdadero experto con el volante.

A los dos kmts el piso estaba como cuando subimos, prácticamente seco, esto significa que las nubes que nos rociaron estaban ubicadas justo de la Cuchilla hacia Sueva, seguramente su misión era impedir que bajáramos, pero fracasaron. Todos querían descubrir nuevas tierras como Colón y una lluviecita no sería capaz de detenerlos.

Abajo  en el cruce de Guasca caía una ligera llovizna, decía Mauro y Manuel que sentían el agüita caliente, claro comparada con la  que recibimos en la Cuchilla.  Al llegar a la bomba el sol nos recibió complacido, eran las 11 de la mañana.

Esperando a que llegaran pronto los que habían bajado 13 kmts y el carro de Vicky, nos cambiamos y Pulga nos guió hasta una panadería famosa en Guasca, se llama La Especial y tiene un excelente parqueadero. El frío y el cansancio desaparecieron gracias a la Agudapanela caliente con almojábana recién preparada y el queso campesino de Guasca. Camilo y Reinaldo bajaron y se devolvieron para encontrar a Diego y al Chinazo a quienes aún les faltaban tres kmts, así que por favor súmenle eso al recorrido de estos jovencitos.

Luego de una agradable tertulia, levantamos la sesión, el camino de regreso a Bogotá era larguito, estábamos cansados y algunos de los niños pasajeros se podrían quedar dormiditos en el camino.

Mientras yo trabajaba en esta crónica, Reinaldo se tomaba el trabajo de analizar la hora que registró la cámara fotográfica de Vicky en las preciosas imágenes que capturó de llegada de los ciclistas a la Cuchilla. Rei me envió la hora de llegada de cada ciclista, con esa excelente información elaboramos este cuadrito que nos sirve de de referencia para el ranking de CicloBR en proceso de construcción.

Camilo empató con Dieguito, recordemos que su mejor tiempo en Guasca fue para la prueba del Gran Fondo cuando paró los cronómetros en 41:57, le dije en broma que iba como el cangrejo y me respondió que subió un rato echándo cháchara con Rei y luego si se puso las pilas. En Billar eso se llama "dar pasto".

Como pueden apreciar las diferencias entre cada grupito son exiguas. El nuevo aspirante, Ricardo, aunque salió con Nobile pinta muy bien para la categ. B.

Felicitaciones a los 15 valientes que no se dejaron amilanar por el día de pocos amigos con el que despertamos hoy en Bogotá. Eso también es Saber que se puede querer que se pueda

Hasta acá este breve recuento de la aventura de hoy, les dejamos para el recuerdo en CicloBR Facebook las fotos que tomaron Vicky y Alfonso  y algunas nuestras.

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PD: A Manuel le presentamos excusas, por haber olvidado que justo hoy cumplía años, le aseguramos que esto no volverá a ocurrir en los siguientes 100 años. Esperamos que haya pasado un medio día Feliz en compañía de su familia. Un abrazo.


 
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