"La monita", nuestra compañera de ciclismo, un tris vanidosa (como todas las mujeres), pero muy apreciada entre sus compañeros, amante del deporte y especialmente del gimnasio. Buena ciclista, tiene uno de los mejores estilos para montar en bicicleta, el que debe a las enseñanzas de sus hermanos.
Casada, con Aldo Faccini, tiene dos hijos Arturo y Angello, de 23 y 18 años respectivamente.
Su sueño: caminar y trotar por las tierras donde estuvo Jesús. Su pasatiempo el cine. Se considera hábil en manualidades, ventas y deportes. Su mayor fortaleza en el ciclismo: la resistencia.
Esther, nació en San Gil Santander. Es la penúltima de doce (12) hermanos seis mujeres y cinco hombres, vaya si hacía falta la TV en esa ciudad.
Cuando tenía dos años su señora madre decidió trasladarse a Bogotá, en donde sus hermanos mayores trabajaban aprendiendo la fabricación de muebles. Varios de los hermanos de Esther son hoy en día de los “duros” en muebles, empezaron en la carrera 13 con 53, sitio que hace años fue el centro del Mueble en Bogotá. Fundaron entre otros "Muebles Fuentes", "Muebles Arte Antiguo", y "Moblicentro.
Su padre optó por quedarse en San Gil, trabajando en dos fincas que les había dejado el abuelo a él y a varios hermanos, pero que finalmente pasaron a manos de estos, por falta de una buena administración.
Por ese contacto con los muebles tal vez es que esta mona a veces nos da “madera” a más de uno subiendo en bicicleta.
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Tiene muchos recuerdos agradables de su infancia. En su casa en Bogotá había una estufa antigua de carbón en donde preparaban platos santandereanos como: "arepas de maíz pelao", changua con mucho cilantro, y los huevos criollos que les traían desde San Gil, sancocho y mute santandereano.
A parte de las muñecas, recuerda que de niña le gustaba jugar a cocinar hasta que un día incendió la terraza de su casa, pues se le prendió la brea y se ganó su “pela”.
Llegó a ser una experta para cantar las canciones de Claudia de Colombia especialmente "Necesito tiempo para amar”. Desde el Colegio mostró su afición por el baile, por eso la llaman a bailar y está ocupada bailando…Más tarde su ídolo y amor platónico fue Julio Iglesias.
Esther estudió la secundaria en un colegio de bachillerato comercial.
“La profesora de Mecanotaquigrafía no me quería porque creía que su esposo, el profesor de matemáticas, vivía tragado de mí, entonces cuando llamaba a lista decía: “nadie rueda como Rueda Rueda. Recuerdo mucho porque me ponía muy roja y eso no me hacía sentir para nada bien.
Practicaba en el colegio el baloncesto, pero confiesa que no le fue muy bien pues siempre le quitaban fácilmente la pelota.
De niña quiso ser bailarina de Ballet. Empezó a estudiar Psicopedagogía en la Universidad Externado de Colombia, luego la carrera de Economía en la Central, no las pudo terminar por sus nuevas obligaciones como ama de casa, pero después terminó "Mercadeo y Publicidad" en el Politécnico Grancolombiano.
Su primer empleo fue en el Banco de Caldas, donde conoció al Dr. Fabio Gómez Arrubla, quien la presentó al Banco de la República. Ingresó al Departamento de Protección y Seguridad. Allí trabajó durante cuatro años con los doctores Jorge Niño, Nilson Pinilla y con Álvaro Campo, hasta que Zuas!, se casó con Aldo Arturo Faccini Saavedra, quien trabajaba en Recursos Humanos y según las normas de esa época uno de los dos debía renunciar y le tocó a ella.
Una vez salió del Banco, se dedicó a la venta de automóviles en concesionarios como Mazda y Renault y como se podrán imaginar fue una muy buena vendedora. Tuvo un negocio de muebles y actualmente se dedica a la decoración de interiores, mejor dicho, para que no hagan bromas, trabaja en espacios en los que se deben colocar muebles y accesorios decorativos que armonicen.
Luego reinició la práctica del tenis y del baloncesto. Con María Eugenia la esposa de Zapatica participó en varios torneos interclubes de baloncesto.
Bueno, pero cómo fue que terminó afiebrada por el ciclismo?.

“ Siendo jovencita, salía los domingos con mis hermanos al Alto del Vino, Tabio y Tenjo, en una bicicleta que me prestaba uno de ellos porque yo no tenía de carreras. Mi primera bicicleta la compré a la edad de 16 años, fue una "monareta" plateada con sillín verde alto, la pagué a crédito en el almacén "Jalexi Ltda.", me acuerdo del nombre porque la dueña doña Lucero, era amiga de mi hermano y me dio facilidades sin tener edad todavía para hacerme responsable de una deuda. En ella me transportaba desde la casa hasta la fábrica y el punto de venta de mi hermano mayor, que me dejaba trabajar allí por ratos, como Vendedora, Auxiliar de Contabilidad, pagaba la nómina de los empleados todos los sábados y.....mejor dicho era "todera". Así pude terminar de pagar mi primera bici…Luego por referencia de alguien mandé a armar una bicicleta de "carreras" en el Siete de Agosto, me costó $150.000, ya me iba mejor que en la anterior. Me acuerdo que un hermano me daba instrucciones para montarla bien.”
“Posteriormente Alvarito quien sabía que me gustaba el ciclismo y me comentó del grupo, me invitó a participar en el nacional de ciclismo que hacían todos los años, participé en varios. Conservo todos los números, desde el XI encuentro nacional de ciclismo, pero no estaba del todo vinculada con el grupo, no salía a carretera con ellos, ya que tenía dos niños y estaban todavía pequeños, el profesor Augusto me decía que saliera a entrenar con ellos, los fines de semana pero mis responsabilidades con la casa y con ellos no me lo permitían”
“Entrenaba siempre en la ciclovía del Club meses antes del nacional. Así fue como pude participar y tener un buen desempeño en algunos nacionales. Ya en el año dos mil (2000), Ana y William, se vincularon al grupo de ciclismo y el doctor Sánchez me hizo una invitación por intermedio de Ana, para integrar el equipo femenino. Así fue como me vinculé formalmente al grupo de ciclismo del Banco de la República.”
Su pasión por el ciclismo la ha llevado a participar en las travesías a Quito, la Guajira, Caracas y San Gil que ha organizado Álvaro Campo. Sobre la última recuerda:
"El pasado 16 de agosto del presente año, junto a un grupo maravilloso de amigos ciclistas y no ciclistas, rodamos y compartimos momentos hermosos durante una semana, llena de risas, llanto, armonía, hermandad y mucha colaboración por parte de todos y cada uno de los participantes, que nos hacen ser el mejor grupo de ciclismo del país y que dejan un espacio vacío en nuestro corazón cada vez que llegamos al fin de cada travesía o de entrenamiento los domingos."
Esta es a grandes rasgos Esther, una de las integrantes del grupo femenino de CicloBR, quien cada domingo se le mide a los retos que significan recorrer las carreteras de la Sabana y coronar empinadas montañas en bicicleta. Su mensaje para todos los integrantes del Grupo de ciclismo:
“Familia ciclística sigamos pedaleando por estas bellas carreteras colombianas y por qué no internacionales, pero eso sí siguiendo las recomendaciones que nos hacen para bajar despacio y con mucho cuidado. Por lo pronto seguiré recuperándome de una pequeña caída en la última jornada ciclística a San Gil para poder seguir con ustedes pedaleando”
Bogotá septiembre 6 de 2009
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