Martes 7 de agosto de 2012.
Hoy conocimos a los "Patiguapos" y casi el Alto del Águila.
¿Saben qué significa ¿Patiguapo?. ¿Será aquel deportista guapo que siempre sale a darle “pata” a sus compañeros?. Parecería, pero no. Lean esta breve crónica y encontrarán la respuesta.
De acuerdo con la programación ciclística vigente para agosto, hoy estaba previsto un descanso, pero habíamos incluido un plan B para los “gomosos”: ir hasta Zipaquirá por la vía a Chía. Los que iban sin carro se encontraban en Makro y los que lo llevaban parqueaban en La Caro. No sabíamos que el parqueadero de Centrochía lo abren desde las 6:30 a.m. (ya sabemos para el futuro).
Salimos unos minutitos tarde pues tuvimos que esperar a Mr. And Mrs. Pulga, quienes aún no se acomodan al horario de Colombia.
Partimos de la Caro hacia Centro Chía 10 pedalistas: Luis Alfonso Rodríguez, Luis Eduardo Pulgarín, Nobile González, Eduardo González, Francisco Morales, Alberto Rivera, Nelson González, Pablo Torres, Marcolino Barrera y Orlando Márquez.
Nos habían informado que en Centro Chía estaba otro grupo de pedalistas esperando, pero aparentemente fue una broma pues nunca lo vimos, así que continuamos rumbo a Cajicá. En esa vía excelente de doble calzada, recorrimos los primeros 12 kilómetros totalmente llanos calentando las piernitas. Pasamos frente a la población de Cajicá y continuamos con destino Zipaquirá a donde llegamos una vez recorrimos 13 kmts, para completar 25 de terrenito plano.
Alberto nos había comentado que le habían sugerido una subidita ubicada a la izquierda de Zipaquirá. Así que decidimos averiguar; justo al frente de la bomba a la entrada de Zipa vimos la carretera; es una vía secundaria, angosta que comienza de una en subida.
Preguntamos y nos informaron que la subida tenía 4 kmts, así que cuadramos la piñonería para enfrentar ese reto, para nosotros desconocido. La vía se va inclinando en la medida en que vamos ascendiendo, el pavimento está en buen estado. La subida es pedaleable con pendientes que logran exigirnos, pues tiene una buena cantidad de curvas algunas duritas; exactamente al kilómetro cuatro apareció un descansito, continuamos en terreno de descenso leve y a 800 metros vimos que el pavimento se acaba.
Estábamos ubicados en la vereda “Patiguapos” perteneciente al municipio de Zipaquirá, provincia Sabana Centro. Qué agradable subidita!!. Gracias Alberto fue una excelente sugerencia, gracias a Ud. conocimos Patiguapo.
Preguntando, preguntando nos informaron que la vía sin pavimentar va para Tabio, según el Patiguapeño que nos atendió, tiene los dos primeros kmts sin pavimentar y luego reaparece el asfalto. Algún día tendremos que ensayarla en todo terreno pues llega a Siberia.
Paramos a tomar un refresco en una tiendita de la vereda Patiguapo y allí hablamos sobre el regreso que sería por la autopista Norte. Pablo Torres comentó que cerca de Zipaquirá quedaba la subida al alto del Águila. Nobile insistió en que quería conocerla y como a las damas hay que complacerlas, pues ajustamos el rumbo hacia Zipaquirá para buscar el camino, a ver si veíamos el nido del Águila, al fin y al cabo hoy no teníamos afán. Nelson decidió regresar a La Caro.
Saliendo de Zipa hacia la izquierda encontramos la vía; los tres primeros kilómetros tienen bastantes huecos, luego aparece la carretera con pavimento en excelente estado y a los dos kilómetros está el Alto. Mi bici venía fallando por lo cual opté por retornar faltando kilómetro y medio, Pachito me acompañó.
Regresamos a Zipaquirá y retomamos el camino hacia Cajicá y Chía, a un paso fuerte para aprovechar el terreno plano. Casi a las 12 del día llegamos nuevamente a La Caro donde habíamos dejado los vehículos.
En total completamos 68 kilómetros, que gozamos al máximo, sin premura alguna; aprovechamos para conocer un nuevo recorrido que por supuesto incluiremos en la bitácora de vuelos ciclísticos de CicloBR.
Casi que conocemos el Alto del Águila, digo casi porque al llegar a casa descubrí algo que explicaré luego de esta breve reflexión:
Qué bueno retornar a esas salidas que se disfrutan de comienzo a fin, sin carreras, sin afanes, sin estrés, sin andar persiguiendo como locos siempre al mismo ciclista, que finalmente pese al esfuerzo nos deja relegados. Las salidas dominicales para muchos de nosotros están perdiendo el encanto que hoy revivimos, pues es por lo general la misma película:
“Partiremos en grupo, pero a pocos kilómetros de la salida alguien apretará el paso, todos tratarán de seguirlo, intentaremos no quedarnos pero finalmente el grupo se atomizará, la mayoría tendremos que hacer un largo recorrido en solitario, buscando el amparo de un lotecito de otro Club que nos ayude a llegar; finalmente llegaremos a la meta en grupitos de a uno agradecidos con Dios por no haber pinchado, ni sufrido un accidente, ni haber sido asaltados, para saludar a nuestros compañeros más adelantados que nos esperan hace rato satisfechos y cómodamente sentados para la tertulia, donde nos comentarán sobre el récord de velocidad logrado en el remate”.
Lo que vivimos hoy es la mejor forma de disfrutar el ciclismo recreativo, el objetivo primario de CicloBR, que no podemos dejar atrás. Como hoy, siempre debe primar el sentido de grupo, colaboración y solidaridad para no dejar relegado a su suerte a nadie. Hay otros espacios para competir que podemos aprovechar. Afortunadamente ya estamos de regreso, ojalá nos sigan la rueda…
Retomando el relato, les cuento que hace bastanticos años nosotros subimos al Alto del Águila, lo recordaba como algo más largo y duro. Entonces me fui a Google, ubiqué el , hice algunas consultas o “googolazos”, consulté al amigo Gustavo Duncan. La vía que tomamos a la salida de Zipaquirá lo lleva a uno a la población de Pacho (36 kmts).
Mirando y analizando Plof!! Descubrí que solo hicimos la primera parte de la subida al , pues esta tiene en total 16 kmts, nos faltó bajar 2,5 kmts y subir los 7,5 kmts finales. Bueno… pero quedamos contentos y convencidos de haber subido, ¿si o no?. Con razón nunca vimos el nido de la famosa águila.
Un abrazo para todos y
Feliz semana
PD: En quedan las excelente fotos que tómo nuestro reportero Alberto Rivera en plena marcha.
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Bogotá, agosto 5 de 2012.
Pedaleanado como una hilera de hormiguitas afanadas.
La mañana de hoy comenzó con un día gris con amagos de lluvia, pero una vez partimos los diez y ocho (18) ciclistas que asistieron al recorrido de hoy, se fue transformando en un día esplendoroso.
Marcolino Barrera nos acompañó hoy en su nuevo vehículo, en cumplimiento del sagrado deber de conductor elegido. Al equipo de asistencia y alimentación se unió su hija Sandrita Barrera quien colaboró, no solo entregándonos unos deliciosos refrigerios, sino además como reportera gráfica. Su trabajo está a disposición de todos en el
El recorrido para hoy, casi 80 kmts tenía una buena dosis de terreno plano, pues salimos de Siberia hasta el cruce del Rosal donde hicimos el giro a la izquierda para regresar y tomar la vía a Puente Piedra y Subachoque. La categoría B debía ir a Canicas y se sugería que la A fuera previamente a Pradera.
Hoy, como viene pasando, el trabajo para el carro acompañante volvió a ser complejo y difícil de cumplir por el “reguero” de ciclistas al que parece nos estamos acostumbrando.
Desde la salida se generó el caos. Luego en Subachoque, pese a que la programación era clara, nadie sabía para dónde coger y la confusión fue general.
Por tanto lamentablemente no tenemos mucho que contar en esta crónica, pues no nos enteramos de lo que ocurrió por la forma como se desarrolló el recorrido. Mil perdones amigas y amigos lectores, para la próxima tendremos todos los detalles, como siempre..
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Feliz semana, nos vemos mañana martes festivo.
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