Este, el equipo campeón de la Clásica se lleva los principales aplausos pues pese a haber tenido pequeños roces internos y la falta de algunos corredores en etapas claves, superaron los obstáculos y lograron alcanzar un merecidísimo triunfo.
Manuel Leal se encargó este año de comandar esa escuadra. Lo vimos consagrado dando precisas instrucciones, Vamos G…nes, entrenen entre semana!!. En la etapa a Guasca las cámaras de CicloBR lo captaron un tanto salidito de los chiros porque decía que no había nada que hacer con los azules pues contaban con dos “muchachitos”. Pero el viejito Leal al final se salió con la suya.
Este año dejamos descansar al profe Augusto Salcedo como capo, pero igual trabajó como tal para su equipo con sus sabios consejos y obviamente empujando a quien lo requería. Nos sentimos orgullosos de seguir contando con su ayuda después de tantos años y esperamos tenerlo hasta la versión 100 de la Clásica.
Se destacó el trabajo de Alvaro Villarreal a quien vimos este año totalmente inmerso en la competencia haciendo esfuerzos sobre humanos para luchar codo a codo con los trepadores. Se batió igual en que en los escritorios reclamando cuando veía que algo afectaba a su equipo, como cuando pronunció la ya célebre frase “Jacinto era mío!!” la cual inspiró hasta un poema.
Vimos igualmente a Alberto Rivera el novato del equipo muy entusiasmado con la competencia y presto a revisar tempranito la página web para solicitar correcciones en los puntajes cuando creía que afectaban su escuadra y en tono de broma para hacer valer jurídicamente los derechos de sus compañeros. Alberto fue un gran animador y se integró al grupo rápidamente. Demostró además sus grandes dotes de bailarín y en la fiesta de cierre fue nominado como el profesor de baile por las damas a quienes hipnotizó con sus golpes de cadera.
Víctor Portela como siempre hizo su trabajo calladito pero cumpliendo. Llegaba con su casco ladeado pero sin muestras de cansancio.
Walter Camargo cumplió un destacado papel en el equipo aunque sea la verdad lo vimos este año un poquito apagado, de pronto lo afectó su reciente matrimonio, es que Luna de Miel mata clásica papá.
Pese a que lo tomó desentrenado, Marcolino Barrera dejó hasta la última gota de sudor y le arrancó otras cuentas a los que tenían que subirlo. No obstante de eso se trataba de pesos y contrapesos.
Alfredo Santacruz era una de las principales cartas del equipo ya sí lo demostró en las etapas a las que asistió, pero lamentablemente problemas familiares le impidieron asistir a todas las etapas. Nos cuentan que parece que donde trabaja no DIAN permisos para las finales. No importa Alfredito nos quedan aún por lo menos 30 clásicas más.
Alguien que trabajó denodadamente por su equipo fue Pedro Herrera, quien empezó de arriba abajo, dado que había dejado el ciclismo y apenas estaba cogiendo la forma. Al final lo vimos empujando como en los buenos tiempos. Si el año entrante entrena juicioso peligran los cargos de capitanes. Lastimosamente por problemas de drogas no pudo asistir a la gran final (Es que Pedro tiene una droguería y no tenía quien la atendiera).
Alberto Otálora este año no pudo darla toda por problemas de salud y de trabajo pero demostró que aún así es un huesito duro de roer. Tampoco pudo ir a Coello, pero tranquilo ingeniero que ya habrá desquite.
Jaime López Pa tuvo que correr separado del “niño”, pero lo vimos bien y progresando; tan pronto se enteró, vía celular el sábado, que su equipo ganó oro y que además su hijo y sobrino recibieron plata invitó a todo el barrio a unas politas. Luego el domingo con el guayabo se enteró que le estaban hablando de medallas.
Hernando Alfonso, otrora uno de los duros de CicloBR, se integró a última hora a esta escuadra para suplir las vacantes especialmente en Suárez y aportó su fuerza en el plano en la etapa de relevos. Ojalá se decida a regresar y se integre a la familia ciclística que no debió abandonar.
Finalmente felicitaciones al ciclista “virtual” que manejaba Alberto Rivera.
Felicitaciones para el equipo Subcampeón que se echó al hombro Alberto Pineda a quien vimos muy juicioso y metido de lleno en su papel de capo, dando precisas órdenes en el plano y en la subida a sus pupilos y trazando la estrategia en las etapas en las que se requería pensar. Su entusiasmo por la clásica fue notorio pues corrió hasta con zapatos prestados, claro por efectos del alkaseltzer que nos ataca a los de la tercera edad, perdón el alzheimer. Pedro Gómez sufrió mucho con William a quien le tocó darle “una manito” en varias etapas, faltó solo en una prueba pero por problemillas estomacales. En Coello gozó como un niño especialmente en los juegos callejeros. Sigue siendo un ejemplo de superación para muchos de nosotros.
Alvaro Cuervo, apenas si se ponía coloradito en las lomas donde muchos de nosotros sudábamos la gota gorda. Estuvo muy cumplido con su equipo. Nuestro suertudo compañero William Trejos jamás olvidará esta clásica pues salió con marco de carbono al ganarse la rifa. Era uno de los pesos y contrapesos pero en las subidas siempre tuvo una mano amiga cerca; eso sí la contrarreloj por relevos en Suárez Tolima le pareció de 100 kilómetros.
La representación femenina en los azules estuvo a cargo de Anita Niño quien hizo su mejor esfuerzo, aunque la verdad este año la cogió la clásica un tanto baja de forma y algo estresada al parecer por su trabajo. Por favor Luis bájele la carga laboral a la niña para que pueda entrenar entre semana.
Luis Eduardo y Jaime López los dos sardinos se ganaron el aprecio de sus compañeros en CicloBR y trabajaron duro y parejo para su equipo subiendo gente, pero al final salieron recompensados en la premiación.
Luis Eduardo Pulgarín venía volando este año, pero lamentablemente la caída y sus dos viajes a EE.UU. le cortaron el ritmo, aún así le cumplió a su equipo. Fue de las personas que más colaboró el Comité para la organización de la prueba.
Orlando Pinillos a quien los azules “rescataron” de Vamos Colombia se esforzó y demostró que pese a sus años aún tiene con qué. El viejito está muy agradecido con sus compañeros por el calor humano y la acogida que le brindaron.
Francisco Ruiz fue otro de los novatos de gran nivel, lamentablemente para el se perdió lo mejor, la final de la Clásica y la fiesta de cierre de calendario. Dejó plantado a Chucho quien amablemente se había ofrecido a llevarlo.
Orlando Márquez, como autor de esta nota y miembro del grupo organizador y del equipo azul no puedo hacer autocomentarios. Solo quiero expresarles que mi mayor felicidad fue ver el entusiamo y la alegría de todos los competidores y obviamente ver que concluyó la Clásica sin accidentes ni contratiempos, gracias a Dios.
Fue sin duda la escuadra que más trabajó en equipo. Miguelito Granados dirigió a sus pupilos con firmeza y les trazó la estrategia que en la mayoría de los casos le funcionó. Animó constantemente a sus pupilos para que dieran todo en la carretera.
Eduardo Bedoya, recién vinculado a CicloBR se sorprendió con la esta competencia pues nunca se imaginó una carrera en la que se debía empujar. A nosotros nos sorprendió su nivel ciclístico, esperamos que se amañe en el grupo en el cual ya tiene más de 36 amigos.
A Carlos Reina este año lo cogimos bajo de forma, pues viene recuperándose de un problema lumbar, no obstante fue subiendo poco a poco su nivel y trabajó duro para su equipo en esta competencia.
Jesús Reyes quien ha mejorado sustancialmente su nivel competitivo trabajó duro para su equipo. Sus neumáticos no le quisieron colaborar en esta competencia y andaban creídos y todos pinchaditos.
Melquisedec Reina El futuro padre a quien también afectó el alkaseltser pues se fue al Jaime Duque el día que la etapa partía de Siberia, venía igualmente de menos a más pero no le alcanzó e tiempo, ojalá que los mellizos el año entrante lo dejen entrenar.
Jacinto Cuta, a quien algunos le decimos cariñosamente “hijuecuta”, resultó una hormiguita como coequipero. Tiene una gran experiencia ciclística y pese a que recién se vinculó ya se ganó la amistad y el cariño de sus compañeros por su don de gentes y su sencillez.
Esthercita le puso todo el empeño a esta prueba, llegó muy bien entrenada tanto que le hizo mella al orgullo masculino de varios varones de CicloBR. Pachito decía: “es que esa mona jala muy duro”. Estuvo a punto de tirar la toalla en la etapa a Canicas cuando pinchó Chucho y vio que los azules los habían alcanzado, pero la voz firme de su capo la hizo reaccionar. Buena esa, el esfuerzo con las madrugadas al gimnasio ya le está produciendo buenos réditos.
El gran animador de esta y de todas las actividades de CicloBR si duda es Alejandro Rodríguez. En esta competencia no alcanzó a llegar a su mejor nivel debido a la caída, pero como siempre demostró coraje. Fue un motor para sus compañeros en las subidas.
La constancia vence….Gracias a su constante trabajo en la ciclovía del CDCH Edgar Dimián alcanzó uno de los mejores niveles desde que viene participando en estas pruebas.
Luis Eduardo Zapata nuestro Tesorero parece que no tuvo mucho tiempo para entrenar por dedicarse a la tediosa labor del cobro, pero su labor se reflejó en las excelentes finanzas con que CicloBR cerrará este año y con la menor cantidad de cuotas por cobrar en toda la historia. Desde ya damos nuestro voto para que se apruebe su reelección hasta el 2050.
Francisco Pachito Morales, luego de la caída no logra recuperar la forma que traía cuando en su mejor nivel nos ganaba y lanzó su famosa frase: “ es que todo lo del pobre es robao””. Fue el contrapeso en su equipo pero siempre contó con compañeros que lo subían, incluída la mona a quien se le pegaba a la camiseta. Fue otro gran animador en los juegos callejeros que organizó William.
Noé Muñoz se reencontró con la gran familia CicloBR preciso cuando más necesita apoyo moral , ojalá nos continúe acompañando a los entrenamientos en el CDCH pues si retoma la forma que traía a su regreso de Ecuador será un volador sin palo. Bienvenido Noé acá están sus verdaderos amigos.
Nuestro amigo Ricardo Parra quien se pierde por temporadas apareció al inicio de la Clásica y cumplió con su escuadra pese a que aún no estaba en el 100% de sus condiciones. Fue otro que se perdió lo mejor, pero otra vez será... |