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Bogotá febrero 23 de 2020

Regresamos al Alto del Águila

Luego de un largo descanso volví a sentarme frente al teclado de mi PC, para redactar la crónica correspondiente a la salida ciclística de hoy. ¿Por dónde empezar?, qué desentreno como relator. Confieso que ya me había acostumbrado a ser otro asiduo lector de las interesantes crónicas que durante 15 salidas hicieron mis colegas Molanito Alberto Rivera y Pablito a quienes agradezco sinceramente por el excelente relevo durante esta etapa en la tarea como historiadores de CicloBR.

Luego de un obligado descanso por incapacidad médica hoy tuve la oportunidad de recorrer carreteras con mi bicicleta y me tocó la etapa Centro Chía- Zipaquirá- Alto del Zipa- Alto del Águila, programada por los integrantes del Grupo Tres comandado por Guillermo y Pablito dentro de la nueva metodología que se implementó este año para elaborar la programación mensual.

Curiosamente fue esa misma etapa a la última que asistí el año pasado, el 4 de agosto de 2019, como homenaje a Egan Bernal, de acuerdo con sugerencia de Fabio, ver crónica. Así que el desentreno no solo es en redacción sino en ciclismo, fueron 21 domingos de inactividad.

¿Por dónde empezar?, sigue siendo la pregunta, la respuesta obvia la daría el amigo Carlitos Galindo dueño del mejor humor sarcástico, no lo llamé porque a esta hora debe estar dormidito, pero se que diría algo así: "Yo le sugiero que por el principio Orlando".

Entonces hagámosle caso, pues como dijo Jacinto “a yo me enseñaron fue a hacer caso”. Vean Uds., ya voy cogiendo el ritmo, no he empezado el relato y ya llevo tres párrafos.

Con tantas mañanas agradables y calurosas justo escogí para regresar la más fría y nublada, una de aquellas malintencionadas mañanas que seducen a los ciclistas susurrándole, que es mejor quedarse en casa. Pero esta vez la gélida mañana no me convenció ni a mí ni a otros diez y nueve de mis colegas (ver lista) quienes seguramente fueron tentados, pero prefirieron las mieles de ciclismo a las de Morfeo.

También hacían su primera salida con el Grupo en este año, Edgard y Fabio. Qué bueno volver a ver a 14 de mis compañeros y a cinco conocidos invitados entre ellos a Mónica, Alfredo y a Nico.

Debo aclarar que que este jovencito Nicolás Durán Manjarrés, nieto de Guillermo desde la próxima salida hará parte de la nómina de CicloBR, pues el Comité de Ciclismo aceptó su ingreso.
Bienvenido Nicolás!!, ahora a pedirle al “abelito” que le financie el ajuar de camisetas que el faltan para que el más joven del Grupo (17 añitos) no desentone.


Pablito quien se ofreció como conductor elegido para la etapa escogida por su Grupo, aprovechó para lucir un suéter de Alpaca Peruana. Como siempre, se portó como un príncipe con los refrigerios para sus compañeros y con sus servicios de acompañamiento los cuales fueron vitales en este recorrido. Gracias Pablito.

Fabio había anunciado que iría con su hermana quien había venido a visitarlo desde Italia. Estábamos ansiosos de conocer a la Cuttica, pero desafortunadamente un ajiaco le malogró la salida, parece que nos salvamos de que nos diera una paliza en la subida pues la signorina es una pedalista consumada. Bueno otra vez será cuñado. Pero con lo que si cumplió Fabi fue con invitar a Mónica la popular y carismática “Rosa Tulia” y a Alfredo Violi.

Sin mayor preámbulo decidimos “romper el hielo”, es decir, salir a rodar para sentir esa delicia de brisa helada que nos acompañó durante los primeros kmts rumbo a la tierra de Egan. El calor de los Ciclobeeres pareció influir para calentar el ambiente pues la temperatura fue cambiando paulatinamente, aunque la cadena montañosa a la que nos dirigíamos, en cuyo lomo está grabada la carretera al Alto del Águila se veía semi cubierta por la neblina… sabíamos que la probabilidad de lluvia era alta pero ya entrados en gastos ni modos que nos fuéramos a devolver sin hacer la tarea de montaña que nos habían programado.

A los veinte kmts ya estábamos entrando a Zipaquirá, lástima que no hubiera una variante que nos evitara el paso por la congestionada población, especialmente la calle octava que nos lleva justo a la salida hacia Pacho, una vía angosta y tendidita de doble carril en donde abundan los camiones, volquetas buses y busetas con lo que tenemos que entrar en disputa para que nos dejen un rinconcito por donde pasar.

Pero al final de la calle nos espera siempre la curva donde inicia la subida al primero de los dos puertos montañosos que tendremos que superar. Allí el lote ya viene segmentado por el tráfico automotor y semáforos. Alberto Rivera, William Duarte y Fernando encabezaban la larga hilera al comienzo del ascenso, pero pronto Nico y Fernando toman la delantera.

Comienza una serpentina de curvas al 6% de pendiente enmarcadas por casitas que hacen parte del ultimo barrio de Zipaquirá; a un kilómetro de ascenso ya podemos apreciar como la ciudad va quedando abajo para desparecer en una de esas curvas en forma de U, las mismas que se repiten durante el ascenso al Alto del Zipa.

En las primeras curvas Chinazo, Fabio, Víctor y Ricardo me sobrepasan y siguen de largo, Luego Mónica y Alfredo también deciden superarme, pero me sirven de referencia para regular el paso, veo como le llegan a Alberto Rivera pero deciden no pasarlo pese a que venía bastante regulado. Atrás Pulga acompaña un buen rato a Nobile y a Edgard, y luego cede la tarea a Guillermo y a Henry quienes aceptan la misión de escoltar a Nobile al puerto del Zipa.

A la llegada al Zipa Fernando entiende que con Nico no hay “chico”, y prefiere enfrentar a Fabio, con la esperanza de soltarlo, pero tarde se da cuenta de que el italiano es un huesito duro de roer en la montaña. Cuando aparece la curva con la gruta de la virgen sobre una piedra pintada de azul a la derecha sabemos que quedan quinientos metros para que el terreno se apacigüe y entonces estamos sobre la cúspide del alto del Zipa mi meta montañosa por hoy.

Mónica, Alberto y Alfredo pasan de largo. Víctor espera a ver quién se devuelve, un compromiso familiar lo obliga a regresar. Pasa Pulga y me invita a seguir: “vamos que lo que sigue es bajada", no me convence y lo dejo que siga. Al rato llega Edgar le saca unos metros a Nobile, ella viene con sus dos escoltas Henry y Guillermo. Todos siguen hacia el Águila.

Cuando aparece Pablito entonces decido que subiré Águila a su ritmo, es decir como copiloto de su vehículo.

A menos de un kmt aparece la llovizna que rápidamente se convierte en lluvia, Nobile y Edgar optan por evitar una gripa y piden asilo en el carro de Pablito. Alberto se regresa en busca de su impermeable que había dejado en el carro y retorna el ascenso acompañado de Fernando.

A un kilómetro va Pulga; los sobrepasamos para tratar de ver la llegada al Alto del Águila pero cuando llegamos al “Supermercado de Todito”, una tiendita sitio habitual de parada, a 150 mts de la cima del Alto del Águila, solo vemos la llegada de Mónica y Alfredo, los demás hace rato esperan, frustrados porque hoy no hay tinto, la razón, “no tenemos agua”. Esperamos a Pulga a Fernando y a Alberto mientras escampa.

Guillermo se une al grupo de copilotos de Pablito para el descenso, Nobile, Edgar y Orlando.

Mientras descendemos la llovizna va despareciendo y al llegar al Zipa vemos que de ahí para abajo nunca llovió. Parada técnica en la panadería ubicada a la entrada de Zipaquirá, hacía falta el tinto y para nada no sobraba una almojábana calientica.

Con Nobile y Edgar habíamos reservado para el viaje en carro hasta Centro Chía, pero se dejaron convencer ante las promesas de siempre: “eso nos vamos en grupo la idea es llegar juntos”. Como el clima era bueno y solo faltaban 20 kmts casi planos me contagié del optimismo y decidí acompañarlos.

Salimos de Zipaquirá y comenzó la llovizna, afortunadamente no vi el carro de Pablito, debía venir atrás, si no me vuelvo a subir, pero afortunadamente la llovizna cesó. Y si me preguntan si el Grupo cumplió la promesa, les tengo que decir que justo cuando dejamos atrás a Zipaquirá mis compañeros hicieron un acto de magia, desaparecieron en el horizonte, pero mentalmente estábamos preparados así que hicimos un lote de tres hasta Centro Chía: Nobile, Edgard y Orlando para concluir los 20 kmts hasta Centro Chía sin matarnos.

Me cuentan que Fernando y Alberto fueron los que prendieron la chispa. Pulga los alcanzó y los regañó: “bájenle que desbarataron el Grupo”, dicen que era solo una treta para reservar fuerzas y al final rematarlos como en efecto sucedió, pero la verdad a mí no me consta nada de eso, es más no creo que Pulga sea capaz de hacerles esa jugada.

A la tertulia con hidratada y picada asistieron Alberto, Guillermo, Nico, William, Fernando y el suscrito. Esperábamos a los Pulgas, Guillermo los llamó y Nobile le dijo que se pasaron por culpa de Edgard quien les iba a mostrar algo (?) y cuando se dieron cuenta ya no se podían devolver. Nobile colgó y lo más chistoso es que quedó convencida de que le habíamos creído.

Amigos, finalmente como pueden apreciar, pese al desentreno literario pude construir un breve relato, que espero sirva para acompañar el tintico del lunes, informar a quienes no asistieron y satisfacer la curiosidad de los que fueron pero que leen la crónica para saber qué hablaron de ellos.

Gracias por la asistencia y por la excelente etapa escogida por el Grupo Cuatro.

Feliz semana.

Nota: Esta semana esperamos que los líderes de los Grupos nos envíen las propuestas para la programación de marzo así:

EVALUACIÓN DEL PLAN GRUPOS MOTIVADORES

A propósito de los Grupos Motivadores, luego de analizar los resultados de su primer mes de vigencia, sugerimos a los líderes hacer algunos ajustes (ver propuesta abajo) dado que se presentaba algún desequilibrio al analizar la proyección de asistencia de los colegas que hasta la fecha no han asistido a ninguna etapa.

Recuerden que los Grupos tienen a su cargo importantes tareas como: a) elaborar la programación, b) motivar la asistencia c) programar y organizar un ciclopaseo en el 2020, d) organizar un evento de integración en el 2020. Esperamos que para marzo algún Grupo se lance al ruedo con un ciclopaseo corto, o un evento de integración.

Dado que Molanito ha solicitado que lo reemplacen como colíder del Grupo cuatro, pues su regreso puede demorar, se sugiere que Edgard Dimián pase a ocupar ese cargo en el Grupo Cuatro para acompañar a Pulga como colider.

Luego de los ajustes, la propuesta quedaría así (la columna ASIST. indica a cuántas salidas asistió cada uno en febrero):

Los líderes están en la libertad de sugerir otros ajustes o de acoger la propuesta.

 

 

ROGRAMACION PARA EL MES