Bogotá, enero 6 de 2019
Para comenzar el año pensaba escribir un artículo sobre “Los efectos del desentreno en el cuerpo luego de un receso”, hasta hice alguna investigación al respecto, pero la semana pasada solo fue verme al espejo y todo me pareció tan obvio que no se necesita teoría: “Barriguita, músculos flácidos, además hoy lo comprobé: Pulsaciones altas en la primera rodada. Así que mejor me decanté por tocar un tema más interesante.
¿EL PINGANILLO Y EL POTENCIÓMETRO SON CULPABLES DE LA PÉRDIDA DE EMOCIÓN EN EL CICLISMO?
Como en todos los campos, la tecnología llegó al ciclismo con el fin de hacernos la vida un poco más fácil y segura. Del ciclismo de bicicletas de hierro pasamos al aluminio y luego al carbono, de indumentaria de lana e hilo llegamos a la lycra y de cascos de tiras a lo sofisticados e inteligentes que vemos en las etapas contrarreloj. Comenzamos con los pedales de canastilla y estamos en los de “chocles” que seguramente en el futuro pasarán a ser electrónicos. Los cambios o marchas ya son eléctricos como los de las negras de Pablito (la ex de Giaco) y del Chinazo y de trabajar por sensaciones pasamos al pulsómetro y al Potenciómetro. En materia de comunicación antes los ciclistas gregarios tenían que ir y volver hasta el vehículo del Director para llevar “razones” a los integrantes del equipo, hoy todos están intercomunicados con sistemas de radio como los llamados “Pinganillos”.
De toda esa tecnología que ha llegado al ciclismo, tal vez lo que más polémica ha causado es el uso del Pinganillo y del Potenciómetro. Entonces, veamos qué son y cómo funcionan esos aparatejos que hoy en día se han vuelto indispensables especialmente en el ciclismo profesional.
Pinganillo: Dispositivo a través del cual los corredores pueden comunicarse con su Director para recibir instrucciones e informar aspectos de interés para el grupo. Es ese auricular que se pegan a la oreja con cinta adhesiva, para lograr una comunicación instantánea por radio entre el Director deportivo y el corredor
Potenciómetro: es un dispositivo electrónico que mide la potencia, o torque, que el ciclista genera cuando gira los pedales. De ahí el término “medidor de potencia”. Hay varios tipos de medidores de potencia, dependiendo de dónde se encuentren instalados los sensores en la bicicleta, en la biela, en el plato o en los pedales. La información se muestra al instante en la pantalla del aparato, y además es almacenada para que el ciclista pueda realizar posteriormente sus análisis.
El detalle de cómo funcionan esos bichos si se lo dejo a nuestros ingenieros Armando, A. Otálora, Ricardo, Rei, W. Bolaños y los Mauros, quienes seguramente y con mucho gusto nos “ampliaran las dudas”.
El Pinganillo

Supongamos que ya sabemos los intríngulis técnicos, empecemos con el “Pinganillo”. Aunque fue desarrollado mediados de los 90, uno de los precursores fue el ex-director de equipos como ONCE, y Astana Manolo Saiz, gran defensor del auricular y alguien al que muy poco le gustaba dejar cosas al azar.
Con el objetivo de combatir el automatismo de los corredores, la UCI trató de prohibirlo en las carreras, pero se presentaron protestas y boicot de los equipos y de los mismos ciclistas por lo cual tuvieron que reversar la decisión. Quienes lo defienden aducen que es un elemento que ayuda a la seguridad de los ciclistas para cuando hay confusiones en el recorrido y los ciclistas se pierden o para avisar problemas en la vía o avisar caídas.
Los directores técnicos no reconocen que mediante ese mecanismo de comunicación dan instrucciones tácticas e incluso ordenes perentorias a los ciclistas. “Mi equipo, está compuesto casi en su totalidad por chicos jóvenes, necesario comunicarse con esos corredores. Los más experimentados no los necesitan tanto", decía Jon Odriozola, del Euskadi.
Martinelli. El Director del Astana señalaba: "Los ciclistas son profesionales de muy alto nivel, saben cómo están y cuáles son los mejores momentos para actuar".
"Lo usamos poco, porque no se trata de presionar y estresar a los chicos", aseguraba José Luis Laguía, entonces director deportivo del Movistar Team. El actual técnico del Movistar dirá que apenas los usan para saludar y animar a los ciclistas, pero no para ordenarle a alguno que se quede a esperar a quien él ha decidido sea su carta ganadora, como le ocurrió a Nairo.
Los detractores del Pinganillo señalan que este bloquea la iniciativa de los ciclistas y que limita su instinto para tomar iniciativas en carrera y que hoy el ciclismo es previsible y calculado, se añoran las épocas en las que ciclistas como Hinault, Pantani o el mismo Lucho Herrera, entre muchos, atacaban de lejos, como diría Fabio eso si era ciclismo del bueno. Si los ciclistas no estuvieran conectados a su Director podrían tomar sus propias decisiones.
Los pedalistas profesionales se han adaptado tanto al aparatejo que ya se sienten indefensos cuando, por algún motivo, no lo llevan puesto. Los grandes corredores ya no toman la iniciativa para atacar, solo esperan las instrucciones de sus “jefes” quienes generalmente las transmiten en los últimos 3 kmts, por eso extrañan las etapas épicas donde todo eran sorpresas, cada etapa era como tirar una moneda al aire, podía caer hasta de canto. Ahora el ciclismo es teledirigido, muy táctico y controlado por los Directores desde su auto a través del Pinganillo, ellos son los protagonistas y no los que sudan.
Peter Sagan: "No sé cómo explicarlo... A ver con un ejemplo: si yo miro por la tele una carrera de ciclismo de 200 kilómetros, pongo la tele a 100 kilómetros de la meta, y están siempre igual, y a 20 kilómetros de la meta, lo mismo... Pero para pasar de 100 a 20 han transcurrido dos horas, que estás delante de la tele sin que pase nada. Pero si miras solo los últimos 10 kilómetros, cinco o uno, cambia todo a toda velocidad, hasta en las etapas de sprint... Pero si lo enciendes a 100 kilómetros, te duermes, ¿no? Después, te despiertas a 10 del final y estás curioso para ver cómo termina. ¿Qué creemos que le gusta ver a la gente? No lo entiendo. Para mí es un deporte aburrido, y yo como espectador solo veo los últimos cinco kilómetros..."
El veterano Federico Martín Bahamontes dijo: "El Pinganillo sobra, ha matado al ciclismo".
Esta es la Opinión del Perico Delgado:
“Para los entrenamientos la tecnología es ideal. Pero yo quitaría los Pinganillos). Todo el mundo dice que es vital para la seguridad. Estoy convencido de que sí, pero impondría la misma frecuencia a todo el mundo: es decir, les daría acceso a Radio Vuelta para que sepan si hay una caída, si viene una ambulancia o si un corredor está escapado. Ahora el poder del director es muy grande. Él es el responsable del equipo y lógicamente no quiere perder ese poder. Pero para al espectáculo de las etapas es un problema. De cara al aficionado quedarían carreras más bonitas sin Pinganillos. Habría más pájaras, más errores tácticos y la prueba se movería más. Mi compañero en TVE Carlos de Andrés y yo coincidimos en ese aspecto: el deporte vive del error y el error humano es el que engancha. Si queremos que haya más fallos y dinamizar las carreras, sería ideal prescindir del Pinganillo”.
No sé qué piensan Uds. amigos de CicloBR, parecería que los detractores tienen razón, los ciclistas se han vuelto dependientes del auricular y los técnicos miedosos o “amarretes” frenan mucho a sus corredores valientes, y si estos no obedecen, luego ya saben lo que les espera.
Me gustó este ejemplo, parece muy ilustrativo: “Se imagina alguien a Mourinho y a Guardiola comunicados con todos sus jugadores por Pinganillo diciendo cuando tienen que chutar, a donde se tienen que mover, etc... ¿no es esto lo que sucede hoy en día en el ciclismo?”
No obstante, parece que en las etapas contrarreloj el Pinganillo es fundamental. Las referencias de tiempo de los rivales, los ánimos y los consejos de los directores ayudan al corredor de manera decisiva. He escuchado que a los embaladores les gusta utilizar el Pinganillo para que les den instrucciones precisas sobre el ataque final y su preparación previa.
Pero la verdad es que el Pinganillo está tan arraigado que el ciclismo profesional sin Pinganillo se quedaría sordo.
Hace una década las directivas del Tour de Francia estaban empeñadas en eliminar los Pinganillos, ahora su objetivo es otro, vean lo que dijo su actual Director Christian Prudhomme, hace pocos meses al presentar a el recorrido de la Gran Vuelta francesa para el 2019:
“Deshacerse de los auriculares no cambiaría mucho. No tener auriculares podría ser útil para evitar choques, eso es seguro, pero la batalla de hoy se centra más en los medidores de potencia que en los auriculares”.
El Juez Tour ha dictado sentencia, larga vida a los Pinganillos y bienvenida la polémica por los Potenciómetros.
¿Y Cuál es el problema con los Potenciómetros?

Veamos porqué es el otro acusado de hacer el ciclismo aburrido y previsivo.
En 1986, el ingeniero alemán (de Dortmund) Ulrich Uli Schoberer consiguió conectar un medidor eléctrico de presiones y tensión (strain gauge) entre las bielas y la potencia, en el centro del manillar de una bicicleta. Con ajustes que vinieron del mundo de la informática a través de chips, Schoberer perfeccionó lo que hoy se conoce como powermeter o Potenciómetro: medidor de vatios de potencia en cada pedalada. Va más allá de los pulsómetros. Ya resulta casi indispensable en la alta competición ciclista.
Como ven, se trata de una tecnología que no es nueva pero que ha madurado hasta llegar a ser una de las preferidas de ciclistas como Chris Froome, básicamente es un dispositivo que registra los vatios que un ciclista genera en cada pedalada –su potencia–, y que además le muestra, los datos provenientes de varios sensores, como la altitud, la velocidad y las pulsaciones. De hecho, en la pantalla del pequeño computador que llevan a bordo los ciclistas en el manillar llegan a aparecer hasta 24 funciones diferentes y simultáneas. Mejor dicho, hasta Armandito que maneja su par de relojitos se enredaría con tanto dato a no ser que tuviera un Director y asistentes recibiendo y procesando los datos para darle instrucciones por el Pinganillo como le ocurre a Froome.
Con este dispositivo para un ciclista profesional lo importante es la potencia del corredor y el momento en el que decide usarla, atrás quedó, la intuición, la imaginación y el instinto del competidor, que antes con solo mirarle la cara a su rival o el ritmo de su pedaleo adivinaba si lo podía atacar o no.
LeMond. “Si me hubieras enseñado antes este invento, yo habría ganado más Tours y Mundiales”. Eso fue lo que en 1991 dijo a Uli Schoberer Greg, ya ganador a esas alturas de tres Tours y un Mundial en ruta.
Definitivamente el Potenciómetro, ha cambiado la forma de correr de los ciclistas profesionales. Pero al igual que el Pinganillo hay opiniones divididas, por ejemplo, Alberto Contador duró varios años pidiendo que se prohíban, hasta Peter Sagan un ciclista moderno ha dicho que el ciclismo se ha vuelto aburrido por el exceso tecnología y control.
Alejandro Valverde también es de la opinión de prohibir los Potenciómetros en carreras:
“Correr por sensaciones sería positivo. Ahora se neutraliza cualquier tipo de ataque y se sabe si el que lo intenta se va a ir o no. Yo lo uso y viene bien para los entrenamientos, pero en competición no vería mal que los quitaran. Sin el Potenciómetro se vería mucho más espectáculo en las carreras, el ciclista estaría obligado a saber cómo va sin tener los datos …Los líderes quizá estarían más perdido, pero si están bien igual ganarían, pero veríamos algo diferente de lo de ahora, donde todos se ponen a 400 vatios…”
Y tiene razón, con los Potenciómetros está todo tan medido que un corredor que va a 400 vatios sabe que si alguien le ataca no va a aguantar mucho por delante de él. En lugar de subir los 50 vatios que aumenta el que le ataca, sube cinco y sabe que a ese ritmo acaba por cogerlo.
No hay nada que hacer este este otro aparetejo se ha convertido prácticamente en una extensión de la bicicleta, puesto que el 100% de los corredores profesionales lo utiliza para entrenar y competir.
No obstante, el Tour insiste en su idea de prohibirlo:
“Reafirmamos nuestro deseo de ver el final de los medidores de potencia en las carreras, que aniquilan la gloriosa incertidumbre del deporte”. “Los medidores de potencia son muy útiles para entrenar, pero cuando los ciclistas los usan en una carrera significa que saben exactamente qué tipo de esfuerzos deben hacer, por cuánto tiempo y a qué nivel. Pero si un ciclista no estaba seguro de que todavía tenía bastante fuerza, eso cambiaría las cosas”. dijo Prudhomme.
La idea de Prudhomme fueron reiterada por el director técnico del Tour, Thierry Gouvenou, el responsable de diseñar el recorrido cada año. dijo que prohibir los medidores de potencia haría que la carrera fuera más abierta. “Me estoy dando cuenta cada vez más de que la gente quiere un estilo de carreras menos controlado y menos predecible. El público quiere un tipo de ciclismo en el que los corredores sean los actores principales, no los directores deportivos o el equipo”.
“¡Que prohíban los Potenciómetros!” señaló Arrieta, Director del Movistar, cree que los medidores de vatios "matan el espíritu de los ciclistas, que calculan su rendimiento según un monitor y no toman riesgos" (vivir para creer, pensará lo mismo Eusebio Unzué el que ha enseñado a Nairo a no tomar riesgos?. Acá a mi juicio lo que hay es una inquietud por el dominio total del Sky que tiene toda la tecnología por el dinero que invierten. lo digo por esto:
"El programa de datos que usa Froome es de los más perfeccionados: bajo la guía del gurú galés Dave Brailsford (general manager del equipo), el Sky siempre ha ido a la vanguardia tecnológica. Hasta este 2014, Brailsford fue director técnico y de performances de la Federación Británica (British Cycling): planeó los éxitos de los pistards británicos en los Juegos de Londres, en 2012. Brailsford se hace asesorar de un equipo de cerebritos: Matt Parker (técnico de velocidad) y el médico Scott Gardner, entrenador y marido de la campeona olímpica Victoria Pendleton, Queen Victoria, y hoy, por matrimonio, Mrs. Victoria Louise Gardner. Scott Gardner cita a Bruce Lee: “Haz todo lo preciso para ganar de modo simple y científico”. Brailsford y su equipo de cerebritos han usado tecnología militar: lásers de medición múltiple. Cuando se unen Dave Brailsford y Uli Schoberer... aparece Chris Froome." Alejandro Delmás Revista AS.
Muy importante la cita que transcribe Carlos Arribas columnista de El País de España: del filósofo Jean-Luc Morionque:
“El ciclista solo será considerado un campeón verdadero cuando niegue la componente máquina en la pareja máquina-hombre que es su ser, cuando se niegue a que la máquina le imponga su lógica. Solo entonces estará preparado para la hazaña solitaria, épica así, que solo los grandes campeones son capaces de lograr”
El Potenciómetro es el objeto fetiche del ciclismo Sky, según Arribas.
Humm...no sé, pero veo difícil que el Tour prohiba los Potenciómetros, son tantos los ciclistas que lo usan que seguramente si lo hacen habrá boicot en la carrera, como les pasó al tratar de proscribir el Pinganillo.
Para complementar les dejo de la Revista Marca en el cual se hace un pequeño debate con opiniones a favor y en contra del Pinganillo y del Potenciómetro.
Para finalizar solo me resta advertirle a Reinaldo nuestro “Rei” de los Gadgets que, si pensaba descrestarnos este año poniéndole Potenciómetro a su bici, que mejor gaste su platica en un traje de buceo, porque de pronto CicloBR prohiba esos aparatos, la verdad no nos gustan porque no los tenemos, antes uno escuchaba: "a ese man le rinde seguro va empepado", ahora dirán: a ese man le rinde seguro va envatiado".
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SIGO PENSANDO QUE TENGO UN TOUR EN LAS PIERNAS
¿saben quien dijo esa frase?.


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