La amistad es el sentimiento que une a las personas con un lazo incondicional. |
Bogotá enero 16 de 2022
Contagiados 17 pedalistas en CicloBR
El próximo 20 de marzo cumpliremos dos años desde aquel fatídico día en que nos enteramos de que el problemita aquel del “virus chino” también era con nosotros y tuvimos que aceptar, inicialmente con escepticismo, el confinamiento durante varios meses del 2020. La pandemia afectó a todo el mundo y a cada uno de nosotros de manera diferente, pero afortunadamente llegaron las vacunas y hoy aun cuando los contagios se volvieron a incrementar con las nuevas cepas descubiertas, parece que cada vez el riesgo de hospitalización es menor y las consecuencias de la infección son más manejables y menos mortales. Los científicos en todo el mundo siguen trabajando duro por lo cual confiamos en que en un futuro cercano su manejo será como el de una gripa, ese es nuestro anhelo.
Entre tanto, no queda más que seguir cuidándonos y retomar la vida bajo la nueva normalidad. Por esa razón decidimos convocarlos a volver a carretera para las salidas con el grupo, pues de hecho ya nuestros afiliados lo hacían en pequeños subgrupos desde el año pasado. La primera invitación se hizo para hoy domingo 16 de enero con la etapa Siberia- Pradera.
Seguramente algunos colegas aún piensan que es prematuro tratar de volver a nuestras actividades ciclísticas, por el temor al contagio. Hoy tenemos que reconocer que tenían toda la razón, en la primera salida a carretera se contagiaron 17 pedalistas.
Si, se contagiaron de entusiasmo y de alegría por el reencuentro.
A la cita en la estación Terpel de Siberia acudieron 13 ruteros quienes aparecen en la foto portada, luego en la bomba de la calle 80 se unieron cuatro más.
Iniciamos el camino hacia nuestro destino rodando por la calle 80; qué bonito y placentero volver a ver esa caravana hoy vestida de amarillo esperanza, que sobresalía en el rio de pedalistas de uniformes multicolores en su casi totalidad ataviados con la mascarilla, conscientes de que aún no se debe bajar la guardia. Eran varias pequeñas tertulias de dos o tres Ciclobeeres, “desatrasando” cuaderno, es decir poniéndose al día sobre noticias, historias y acontecimientos en este tiempo de ausencia.
Las tertulias móviles, que se interrumpían para evadir los huecos en la vía Puente Piedra- la Cuesta, se prolongaron hasta que apareció la subida a La Virgen, entonces los más preparados como Alberto Rivera, Fernando Flores, Santiago Otálora decidieron darlas por concluidas, el que se enteró se enteró, porque ahora la prioridad era no dejar que le sacaran mucha distancia al paso por la imagen de la Milagrosa y poder subir el duro repecho que nos lleva a Subachoque.
Mientras los recién llegados de Letras hacían su demostración los “made in Choquenzá” sufríamos para coger la rueda. Superada la siempre temible cuesta asomó el parque de Subachoque y el descanso momentáneo para las piernas. Otrora, o antaño o en tiempos no muy remotos la costumbre era parar en el parque y esperar a que se produjera la reagrupación antes de continuar. Esperaba que la corta parada le permitiría a Nobile, a su escolta Pulga y a una buena cantidad de ciclistas reintegrarse al grupo; pero debe ser que eso ya no se estila, la batalla por llegar primero a La Pradera había iniciado en serio, el virus de la competitividad había contagiado a los punteros, el grupo conversador se dinamitó y cada uno fue a ocupar la mejor posición para afrontar la subida a la Herradura, otro ícono de esa etapa.
Mi escaso entrenamiento en el CDCH me permitió pasar la Herradura en los puestos medios del pelotón, que iba comandado por Fernando Alberto, los Otálora y otros que durante el 2020 grabaron en sus piernas muchos kilómetros. Estaba satisfecho porque si bien me habían soltado los veía a la distancia. Pero entonces ocurrió lo que no me esperaba, en el primer repecho largo y tal vez el más duro de la vía a la Pradera instalaron tres reductores de velocidad de plástico dobles en plena subida, de esos que anclan con tornillos. Confieso que en terreno plano me cuesta trabajo pasarlos sin detenerme, así que ya se imaginarán que hice en plena subida. Si, acepté el consejo de una amiga.
Gracias a esos policías acostados encontré una buena disculpa para mi primera salida a carretera luego de muchos meses; sabía que cuando llegara a Pradera quienes ya estarían con tintico en mano me preguntarían ¿Por qué se quedó?. Entonces ya no les daría el gusto de decirles que falta entrenar.
Lo bueno es que Alberto, que al final no pudo ganarle a Fernando ni a Santiago (esos dos sardinos andan volando) nos iba recibiendo con una bandeja de un pan como una especie de Baguette aplanada con queso y calientica, una delicia.
Pulga cumplió con traer a Nobile en la compañía de Guillermo. Seguro que al regreso la cosa cambiaría. Luego de un descanso llegó la hora de retomar la tarea aún incompleta, regresar a la base. Nobile, Guillermo y su amigo Ricardo partieron unos minutos antes, Héctor trató de colarse en ese grupo, pero fue tal la “chiflatina” que optó por partir unos minutos después con el resto de pedalistas.
Adivinen, qué pasó cuando aparecieron de nuevo los tres reductores, pues le hice caso a Nayibe y hasta la vista baby, las camisetas amarillas se fueron haciendo cada vez más pequeñas hasta que desaparecieron del horizonte, ahí es cuando uno se llena de tranquilidad y despreocupación y comienza a divertirse buscando la mejor rueda que se vaya apareciendo en el camino, cogí unas que iban a 30 o 32, hasta que pasó un grupito de 38 y compré tiquete.
En Subachoque me cuentan que Pulga encendió la chispa y se armó la que sabemos. Al paso por la rotonda de Puente Piedra, ya se había subdividido el grupo y luego del peaje Pulga tenía como rival solo a Fernando. Detrás de los punteros marchaban Nobile Guillermo y Ricardo, habían sido cazados pasando Subachoque.
Mas atrás yo seguía aprovechando ruedas para avanzar y tratar de llegarles, peron sin mayor preocupación ni presión; antes de la Vereda la Cuesta me encontré a Guillermo quien se había devuelto a ver que me había pasado. Vean Uds. que los milagros existen, o mejor dicho que aún hay compañeros que se preocupan. Qué buen detalle Don Guillo.
Con esa valiosa ayuda continuamos el jueguito de “busque la mejor rueda que pase”. Hasta que llegando a Puente piedra vimos como una pobre ciclista salió volando y cayó a un lado de la carretera. Paramos para auxiliarla, afortunadamente furon solo ligeros raspones en la colita. Guillermo le ayudó a enderezar los dos manillares que habían quedado mirando hacia el centro. Le preguntamos que, si venía solita, respondió que su esposo venia más atrás, así que continuamos nuestro camino.
Al bajar de la Arenera avistamos a Nobile y a Ricardo y los cinco llegamos a Siberia, por supuesto nos perdimos los primeros minutos de la tertulia.
Disfrutamos la mejor parte de la salida: la tertulia, muy agradable volver a compartir con los amigos y comentar las alegrías y sinsabores de la dura época que hemos tenido. Esos momentos reconfortan y lo sacan a uno de la realidad.

Inauguramos la que será la nueva modalidad de programación dominical. Cada uno sugería un recorrido para el próximo domingo. Se presentó un triple empate entre San Miguel, Zipacón y Sisga, al final ganó esa última ruta. Así que amigos y amigas, los esperamos anoten en sus agendas por favor:
Domingo 23 de enero
Cita: parqueadero del Asadero Don José (parqueo de camiones)
Ruta: La Caro - Sisga
Hora encuentro 7:15 am
Camiseta: Rojo Verde.
Porfa lleve su propuesta para la siguiente salida |
Esperamos que se integren más ciclistas. Un abrazo para todos, gracias por su compañía y hasta la próxima.
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