Bogotá diciembre 13 de 2020
Una etapa ciclística que resucitó
Nuestra visita al Alto de las Margaritas alcanzó a estar cancelada ayer a mediodía, por cuanto solo habían confirmado dos Ciclobeeres, pero como pueden apreciar en la foto de portada, resultó todo un éxito.
Era el cierre de calendario de esta mini temporada 2020.
La foto de la portada (captada por Sandrita), parece una pintura, en la cual un artista creó magistralmente un telón de fondo con los tonos azules del cielo y el agua y los verdes de las montañas, para que lucieran nuestros pedalistas. La imagen lo dice todo, un día esplendoroso y la asistencia, muy buena para la época tan difícil. Lo que no puede mostrar la foto es la sonrisa de satisfacción de los asistentes que nos la robó la bendita mascarilla.
Fueron ochenta kilómetros desde Centro Chía para ir al Alto de las Margaritas y volver; un recorrido que hemos repetido muchas veces (la última vez el 11 de octubre de 2020), pero hoy nos supo a gloria, teníamos que disfrutarlo y así lo hicimos.

El terreno plano hasta la entrada de Cogua, se recorrió bajo la comandancia de Pablito, nos hizo olvidar el intenso frío que hacía en Centro Chía, calculo que estábamos a unos cuatro o cinco grados, pero salió el sol y fue otro cantar.
Si recordamos a la salida de Cogua nos enfrentamos a un par de kilómetros plagados de repechos, que nos sirvieron de calentamiento, allí el comando lo asumió Molanito quien parado en sus pedales balanceaba su cuerpo para aprovechar al máximo la fuerza en las pendientes que no son nada fáciles, sobre todo porque salimos de una y ya la otra está ahí lista para enfrentarnos, mientras otra más adelante está al acecho, diría que son una banda compuesta por unas cinco.
Pero sabemos que adelante está el descanso, justo donde estaba la antigua valla del Pibe Valderrama que invitaba a conocer Cogua, hoy sustituida por la de un refresco azucarado. Allí paramos a esperar a Nobile y a su inseparable escolta Pulga; Pablito si decidió seguir para no enfriarse.

Los once kmts que hay desde la Valla para subir al alto de Las Margaritas frente al embalse del Neusa, un puerto calificado como de tercera categoría, realmente no son tan duros como lo pinta la aterradora gráfica, pero no se puede decir que son fáciles. A mí por ejemplo hoy esos 11 kilómetros se me hicieron eternos; para llegar al kilómetro final sabía que teníamos que tomar una larga curva que se aprecia desde lejos, pero hoy esa curva se me apareció varias veces y la confundía, realmente son varias, pero el desentreno de la pandemia seguramente causa esos efectos, pero finalmente allí estaba la meta, justo cuando agotaba mis fuerzas.
Llegué y a los pocos minutos entró Pulga, luego Nobile acompañada de Pablito que había bajado para ayudarle, ella venía contenta porque al final superó a varias rivales… “esas jijuemadres chinas aceleraban y me pasaban, pero luego yo las alcanzaba”. Allí estaban pletóricos de alegría mis compañeros; me imagino que Molanito y Pablito fueron los primeros en posar sus choclos en la tierra de la Margaritas, la verdad no lo supe. Vi subir muy bien a Henry en su todoterreno y me cuenta que llegó con Héctor a quien hoy la subida le pareció más suave que de costumbre.
Alberto Rivera se veía feliz y satisfecho de haber cambiado de parecer, ayer había anunciado que tenía un compromiso y que no podría asistir, de la que se hubiera perdido. Llegó el momento de bajar a Cogua nuevamente, allí vimos a Alberto en su terreno, creo que disfruta más las bajadas que las subidas.
Paramos en la panadería “Bombonieri”, hacía falta el tintico, con almojábana o el roscón con coca colita. Nobile había bajado de las Margaritas en el carro, anunció que lamentablemente no nos acompañaría en el trayecto hasta Centro Chía, porque según ella Sandrita le rogó que la acompañara. Esa noticia implicaba que el ritmo de regreso iba a ser intenso, aunque Alberto Rivera dijo: “vamos a irnos suave hasta Centro Chía”, frase que no hizo más que que confirmr mi presentimiento.
Pero miren que Alberto no mentía, hasta pasar el puente de Zipaquirá cumplió su palabra, estaba a punto de devolverle la honra, y ofrecerle disculpas por haber dudado de su palabra, pero cuando traté de pasar adelante para decírselo, aceleró y prendió la mecha; nos llevaron a Chía a 50 por hora. Ya en las goteras de Chía, nos soltaron a Molanito a Héctor y a mí, incluso vimos al mismo Alberto despegado por el remate final de Pulga Truck.
El que si pagó las consecuencias del ritmo fue Henry el novio de Sandrita quien no pudo aguantar el tren en su todoterreno, era una misión imposible, pero llegó contento por la ruta que para él fue toda una novedad, tuvimos el descaro de preguntarle, mientras mirábamos el reloj: ¿entonces Henry qué le pasó?; sin molestarse nos respondió: “es que ya los iba a alcanzar y a una pobre señora se le cayó el bolso lleno de dinero y me tocó parar para ayudarle a recoger los billetes del piso, me regaló $200 mil”.
Amigos esto fue todo por hoy, agradecemos a todos los asistentes a esta excelente salida, que como Lázaro resucitó.
Por nuestra parte damos por terminada esta breve, pero fructífera temporada. Agradecemos a todos quienes lograron vencer el miedo y nos acompañaron en el intento por evitar que CicloBR desapareciera por la pandemia. Igualmente, a todos los colegas que por su cuenta hicieron de manera paralela otros recorridos y los compartieron en el Chat y a quienes estuvieron atentos a las crónicas y que por razones valederas y respetables no se han decidido a retomar la bici.
Les deseo una Feliz Navidad y un año 2021 mejor que el que está a punto de concluir, que calificamos como de olvidar, pero que por el contrario lo recordaremos porque nos enseñó muchas cosas, por ejemplo, a valorar la salud y a estrechar los vínculos familiares, de amistad y a cambiar un poco nuestras prioridades.
El Chat de CicloBR estará abierto para que quienes aún puedan seguir montando se reporten y nos cuenten sobre sus aventuras. Nos vemos en un mes, ojalá más integrados.
CicloBR Vive carajo!!
Felices vacaciones y por favor cuídense. |