Domingo 22 de agosto de 2010

Un agradable recorrido por la Vía Mondoñedo- La Mesa



La programación ciclística para hoy nos llevará hacia la salida sur de Bogotá. El punto de encuentro es la planta de Alfa ubicada a unos pocos kilómetros de la población de Soacha, sitio que se convirtió en nuestra sede del sur, gracias a la colaboración de nuestro amigo Alfredo Gálvis funcionario de dicha compañía.

Alfredo llamó para avisarnos que venía cerca, como ya estábamos en el parqueadero de Alfa, en broma le dijimos que no se preocupara que le dejábamos la autorización para que lo dejaran ingresar.

Allí nos reunimos 22 ciclistas, incluido nuestro conductor elegido para hoy: Alberto Rivera que llegó muy tempranito con su Renault Twingo cargadito de bananos y bocadillos para sus compañeros. Llegaron: Eduardo Bedoya, Esther Rueda, Alberto Otálora, Jesús Reyes, Alberto Bernal, Melquisedec Reina, Alejandro Lombana, Anilsa Gómez, Orlando Márquez, Luis Eduardo Pulgarín, Alfredo Gálvis, Marcolino Barrera, Alfredo SantaCruz, Orlando Molano, Anita Niño, William Trejos, Miguel Granados, Frank y Luis Munar y Jairo un amigo de Alfredo Gálvis. William Bolaños e Ildefonso García pasaron de largo para ir adelantando tarea. En total 22 ciclistas.

Como verán nuestros lectores, cada semana aparecen y desaparecen ciclistas del grupo. Aspiramos a que algún día salgamos los 40 inscritos.

Pasadas la 8 y 15 de la mañana partimos por la autopista al sur y luego de recorrer tres kilómetros tomamos el desvío hacia Mondoñedo, una carretera muy amplia con bajo nivel vehicular por la cual rodamos casi 12 kilómetros. El primer trayecto es prácticamente llano. Pronto tomamos el tramo final de casi dos kilómetros en donde la carretera se empina hasta llegar al cruce con la vía principal a la Mesa, sitio denominado el Alto de Mondoñedo, una subidita corta pero bien exigente.



El lote que venía compacto hasta el inicio de la subida se desintegró, pues como de costumbre cuando se percibe el comienzo de la montaña los ciclistas se transforman. Los amigos con los que veníamos conversando en el plano, de pronto al iniciar una subida se convierten en nuestros rivales, la gente se empieza a mostrar los dientes (los de la pacha) y que pena pero hay que tratar de ganarles. Me atrevería a afirmar que esto es algo que llevan en sus genes todos los ciclistas, como una especie de memoria genética. Arriba en la cima ya todos vuelven a ser amigos.

Iniciamos la larga y tediosa bajada por una carretera muy bien pavimentada pero no muy ancha y con bastante tráfico de vehículos, muy visitada los fines de semana por miles de colegas ciclistas.

Los de la A (Miguel Granados, Alfredo Gálvis, Frank Munar, Eduardo Bedoya, el Profe Lombana y Jairo el amigo de Alfredo) bajan en busca del punto denominado el Kilómetro 27 de la Mesa, ubicado a 14 kmts desde el alto de Mondoñedo que hace poco acabamos de coronar.

El lote de la B para frente al restaurante El Curubital, cuando llevamos 8 kmts de bajada. Márquez que venía bajando despacio pasa derecho. Marcolino se anima a seguirlo y esto se convierte en el detonador que incita al resto a no quedarse atrás.

Al final solo Anita, William y Anilsa plantan en el Curibital y deciden retornar. El resto del grupo de la B sigue bajando. Paramos en Puerto Araujo, allí sorpresivamente encontramos a los de la A desayunando. Chucho y Marcolino ya vienen de subida. Como tenemos que subir casi 12 kilómetros arrancamos aprovechando la ventajita que nos concede la A.

Esther sale a comandar el lote y detrás de ella se ubica el grupo, que parece hipnotizado siguiendo su perfume. La subida es muy agradable, el ritmo excelente, la pendiente es exigente pero pedaleable, prácticamente un planito si la comparamos con las inhumanas curvas de la subida a la Línea que hicimos la pasada semana.



Luego de los primeros cinco kilómetros se aprecian movimientos que indican que se acabó la tregua. Alfredo SantaCruz, es el primero en partir y en pocos minutos nos toma distancia. Pulga y Bernalli apretan el paso y el paganini es Alberto Otálora que se retrasa, pues viene mermado por una reciente gripa.

Los Orlandos, Molano y Márquez se unen al grupo delantero de Bernalli y Pulga que sale en pos de Santacruz. Un poco atrás quedan Esther y Melki que pierden la rueda.

Alfredo le da a cacería a Chucho y a Marcolino y luego cede terreno al grupo de cuatro que encabeza Bernalli, que se distancia y logra coronar. Cerca del Alto nos pasan los de la A que vienen igualmente disgregados.



En el Alto de Mondoñedo, a donde habían llegado hace rato Anilsa, Anita, William y Luis, pues solo hicieron eltrayecto desde Curubital , paramos para reagruparnos y e hidratarnos, llegan Esther, Melki y Alberto Otálora que pasan de largo y prenden la leña en el Plano hacia Alfa que se vuelve un reguero de ciclistas. Mientras me tomo un salpicón se me desaparecen todos y me toca en planito en solitario con viento en contra, llegando al Rio Bogotá me alcanzan Marcolino y William Bolaños y me les pego.

En verdad sopla el viento en Mondoñedo, tanto que al lado y lado de la carretera hay bastantes carros parqueados pues muchas familias aprovechan que por esta época sopla el viento en esta zona, para elevar cometas, vemos algunos incluso haciendo “Picnic”.

En los últimos kilómetros Ildefonso no resiste la tentación de probar la cojinería del Twingo.

Ya estamos acá de nuevo en Alfa, luego de cumplir con la misión dominical, gracias A Dios sin novedades.

Completamos 54 kmts, con casi 15 de montaña, en un día soleado pero con temperatura ideal para nuestro deporte.

Anita, Anilsa y William nos contaron su experiencia al subir solos sin carro acompañante, por lo cual debemos analizar estos casos en que el grupo se divide y quedan ciclistas andando en solitario por carretera.

De confianzudos pasamos al casino de Alfa a tomar juguito y allí hacemos una breve tertulia. Bernalli insiste en que su piñón es un 25, como afortunadamente todos sabemos contar de uno a 32, al final reconoce que es más grande pero que su sicólogo le recomendó mucha discreción.




A la salida de Alfa, en la esquina ya cerca a la carretera paramos los vehículos pues Márquez se acordó que había traído para cada uno una latica con juguito de cebada marca Heineken y Budweiser, la cual desocupamos en par minutos.


Nos vemos el sábado en el CDCH y el domingo al otro extremo de Bogotá pues nos vamos para Chocontá.