UNA FAMILIA DE CICLISTAS

En Machetá, población cundinamarquesa que en lengua chibcha quiere decir vuestra honrosa labranza, don Ángel  A. Salcedo  y doña Carmelita agricultores del Valle de Tenza cosechaban la papita y el maíz para el sustento de sus nueve hijos, Luis, Víctor (QEPD), Cecilia, Héctor, Carmenza, Augusto, Jaime, Mario y José. Además don Ángel para ayudar a su familia conducía un camión y transportaba cerveza a los pueblos.

Como su finca quedaba distante 5 kmts del pueblo, la bicicleta era el medio obligado de transporte de esta familia para diligencias y para asistir a la escuela.

Al culminar su primaria y gracias al apoyo del hermano de Carmelita, quien tenía casa en Bogotá,  poco a poco todos los hermanos comenzaron a emigrar hacia la capital para realizar sus estudios de bachillerato  y posteriormente sus carreras profesionales, un gran ejemplo de tenacidad y disciplina.

Los siete varones decidieron adoptar el ciclismo como su deporte favorito y así incursionaron en el nivel competitivo, ganando clásicas, triatlones y muchas pruebas.

El sexto de los hermanos de la familia Salcedo, nacido el 22 de mayo de 1960,  era el pequeño Ángel Augusto Salcedo Torres quien tuvo su primera bicicleta a los seis años.



Hizo su bachillerato en el Colegio Nacional Sergio Arboleda y  se graduó como Licenciado en Educación Física en la Universidad Pedagógica de Bogotá.

Trabajó como instructor de natación en la Policía Nacional donde obtuvo su pensión. Laboró además en varios colegios distritales, en  Compensar, Comfenalco, Telecom, en la Corporación Nacional de Turismo, en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, en el Club de empleados oficiales, en la Universidad Antonio Nariño y en la Universidad Libre de Colombia. Por eso lo molestábamos diciendo que tenía más puestos que un Transmilenio.

Contrajo matrimonio con Luz Mary Esquivel Cordero, quien cursó estudios de pregrado y posgrado de la universidad Pedagógica y  actualmente labora en el Instituto Pedagógico Nacional. Tienen dos hijos: Cesar Augusto Salcedo Esquivel de 22 años y Ángela Natalia Salcedo Esquivel de 16 años.

En la Pedagógica conoció a  Jeannette Cuellar (QEPD), la esposa de Fabián Castillo quien le comentó que estaban necesitando un profesor para el equipo de ciclismo del Banco de la República. 
De esta forma se vinculó a nuestro grupo de ciclismo en marzo de 1989 Ángel Augusto Salcedo Torres.

Durante 20 largos años Augusto tuvo a su cargo el grupo y nos enseñó no solo la técnica del ciclismo si no la forma correcta de preparación física. Más de 60 ciclistas del Grupo recibieron sus enseñanzas.

Siempre acatamos sus acertados consejos. Tal vez el único consejito que no pude aceptar fue la fórmula que nos dio para preparar  una bebida hidratante, un jugo de lulo con sal que me produjo náuseas.

Nos acompañó en varios ciclopaseos y en la mayoría de las despedidas anuales. Lo conocimos como una persona seria en su trabajo, un buen amigo y un deportista completo casi abstemio y dedicado a sus estudios trabajo y a su familia.

La foto que se muestra abajo corresponde al ciclopaseo en Rionegro Antioquia el 31 de mayo de 1992, como Augusto es muy serio y tímido le contratamos un par de paisitas (del grupo de ciclismo de Medellín) para que lo hicieran poner colorado. Lo logramos.



Cada año durante su permanencia en CicloBR Augusto se encargó de las sesiones de preparación física al comienzo de a las cuales asistían empleados pensionados y familiares. Quien no recuerda sus famosas rutinas de escaleras en el Parque Nacional o el Test de Cooper con los cuales nos sacaba la leche. O las sesiones de trote en los parques Bogotá.

Recuerdo particularmente las dobles subidas a Patios y las subidas a Monserrate los sábados.
Dirigió por muchos años las caminatas ecológicas por parajes a poblaciones de Cundinamarca que nos dejaron innumerables recuerdos.

Oficiaba además como capitán de equipo en las clásicas de la Amistad. Un ciclista completo, pues igual rinde en el plano o en subida, además un duro para empujar, muchos extrañaremos su ayuda en las pruebas..

Su función de profesor fue sui generis pues nos entrenaba trotando al mismo ritmo y montando en bici parejo con nosotros. Era como si el entrenador de fútbol jugara cada domingo todo el partido con sus pupilos.

Nuestro profesor ha tomado la determinación de dedicarse de lleno a sus labores como docente, una buena noticia para el pero una mala para CicloBR. Augusto hoy está dedicado a la cátedra en  la Universidad Libre,   es profesor de la Secretaria de Educación de Bogotá y profesor de posgrado en la Policía Nacional.

Difícilmente podremos reemplazarlo, buen viento y buena mar Augusto, le reiteramos que tiene la membrecía vitalicia en CicloBR y un grupo de amigos que lo estimamos y que esperamos que de vez en cuando nos sorprenda acompañándonos en la salidas  carretera.

Dios le pague por toda su ayuda y trabajo con nosotros y el cariño y aprecio que nos brindó.