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Como
para chuparse los dedos

El lunes 22 de junio los integrantes de CicloBR decidimos romper con la rutina y abrir un espacio en nuestras apretadas agendas deportivas para asistir a la primera reunión social del año, programada para celebrar importantes acontecimientos relacionados con nuestra familia ciclística.
La verdad teníamos “enmochilados” los siguientes acontecimientos que sin lugar a dudas ameritaban una celebración: nacimiento del heredero del Melquisedec Reina y su esposa Martha (Camilo Andrés), Despedida de soltero y matrimonio de Henry Gómez con Rayana, Nacimiento de la nieta de Edgar Dimian (Juanita), matrimonio de Walter Camargo con (Esperanza) , nacimiento nieta de Álvaro Villarreal (Isabela), matrimonio hijo de Jorge Sánchez con con Diana, matrimonio de la hija de Miguel Granados (Brenda). Celebración del cumpleaños de los asociados a nuestro grupo de ciclismo durante el primer semestre, celebración día de las madres y por supuesto la celebración día de los padres.
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Teníamos los motivos, escogimos un asado y ahora debíamos encontrar un buen lugar para la reunión. La búsqueda del sitio no fue difícil pues Edgar Dimián y su señora Gloria muy amablemente se ofrecieron y nos colaboraron reservando la terraza de su edificio, dotada con un kiosco con asador y todos los elementos necesarios para un asado. El lugar era ideal, amplio y con una preciosa vista de Bogotá y sus cerros tutelares, incluida una perfecta visual de la vía que conduce al alto de Patios, mejor dicho en nuestra salsa.
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El coordinador general del evento nuestro amigo William Trejos, como buen ex funcionario del BR hizo las correspondientes delegaciones en forma magistral: a Álvaro Villarreal y a Pulga les correspondió la compra de la carne y la verdad se lucieron, pues adquirieron 10 kilos de postas de delicioso y jugosito churrasco, varios metros de excelentes chorizos, unos más de morcillitas y chuleticas de cerdo. Pulga “voluntariamente” se ofreció para adobar la carne y resultó un maestro en ese arte.
Amigo lector, le recomendamos antes de continuar con la lectura de esta crónica asegurarse de no tener el estómago vacío pues lo que sigue le puede ocasionar salivación y sensación de hambre:
A la familia Dimián además les correspondió la preparación de las papitas saladas que dicho sea de paso les quedaron en su punto, con la corteza saladita y ligeramente explotada, para poder saborearlas, disfrutar su textura, adicionarles el guacamole y el ají preparados con la más fina técnica culinaria bogotana. Mejor dicho, para chuparse los dedos!!.
La preocupación surgió al inicio de la reunión, pues olvidamos contratar a una persona experta en asados. Pero de las crisis surgen las estrellas y allí brillaron tres espontáneos que saltaron al ruedo: Alejandro Rodríguez, Edgar Dimián y Pulga que resultaron ser unos consumados expertos en el arte del asado. Daba gusto verlos manteniendo las brasas en la temperatura ideal y colocando las piezas de carnes, morcillas, chorizos, mazorcas y plátanos sobre al asador, cuidando que el fuego no fuera excesivo y adobándolos y agregando aderezos frecuentemente para que mantuvieran el delicioso sabor y textura.
Buena noticia para CicloBR, ya contamos con tres Chefs de exportación que ya quisieran tener los argentinos, Che Alejo, Che Pulga y Che Edgar.
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En la medida en que iban llegando los invitados nuestros expertos Chefs, utilizando el sistema Rodizio, fueron haciendo rotar entre los comensales inicialmente bandejitas con exquisitos chorizos recién asados con la papita salada el ají y el guacamole como para que calmáramos el hambre. Siguieron las deliciosas morcillas asadas y de exquisito sabor. Acto seguido, las mazorcas tiernitas y los platanitos arrebatados los cuales antecedieron al plato central: las Julianas o tiras de churrasco jugositas y desuculento sabor cuya producción no se detuvo en toda la tarde.
Cada invitado tuvo la oportunidad de saborear esas delicias hasta que su estómago se lo permitió. Para rematar quedaban las chuleticas de cerdo para las cuales tocó hacer un espacio pues no podían quedarse servidas.
En la mitad del asado, San Pedro trató de empañar el evento, pero a los pocos minutos se compadeció de nuestros invitados. Mientras llovía nos refugiamos en el kiosko. El hacinamiento no paró un solo minuto el arduo trabajo de los chefs y por tanto, la comida siguió fluyendo continuamente. Por momentos nos sentíamos como comiendo carne en un transmilenio, digamos que eso era el verdadero “roce social” o la integración completa. Pero salió el sol y todo volvió ala normalidad en la terraza.
Una variedad de marcas de cerveza nacional e importada constituyó el aperitivo y refresco de los comensales que no paraban de degustar el delicioso asado.
Cuando todo parecía consumado apareció en el escenario una tentadora torta que el coordinador de eventos había encargado a Anita. Venía decorada con banderitas que recordaban la fecha y nombre de quienes cumplieron años durante el semestre y los demás eventos que estábamos celebrando.
Cuando ya la tarde agonizaba y nuestros estómagos no querían saber más de carne, los Dimian se lucieron con un delicioso tinto que algunos acompañamos con papita salada.
Al mirar las ollas increíblemente sobraron filetes de churrasco que los veintisiete asistentes no fueron capaces de consumir. Algunos decidieron empacar y llevar para llegar con pararrayos a su casita, otros sacaron la disculpa que era para el perrito.
Bueno eso es todo, termino acá la crónica, debo retirarme pues mi señora me acaba de informar que la comida está servida, qué vaina es un churrasco con papa salada…
Nos veremos en la próxima reunión que posiblemente será pronto a petición de la hambrienta audiencia.
Omarquez
junio22 de 2009
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