Bogotá, mayo 29 de 2011
Lamentamos tener que iniciar esta crónica semanal informando a nuestros lectores que, Miguel Granados sufrió un percance en su salud. Lo atendieron en la Clínica Palermo, donde quedó internado para que le practicaran varios exámenes.
Miguelito precisamente ganó magistralmente la prueba contrareloj que narraremos a continuación. Es una verdadera lástima que haya tenido que aplazar la celebración de su merecida victoria. Le enviamos un fraternal y caluroso abrazo de todos sus amigos y amigas que tanto lo estimamos.
Afortunadamente la cosa no pasó del susto y Miguel ya está que se sube a los rodillos.
| Buenas tardes quiero ante todo agradecer en nombre de mi familia y el mio propio por las manifestaciones de solidaridad para con mi hermano, por el percance que tuvo en el dia de ayer. Igualmente contarles que anoche quedo hosptitalizado en la unidad de cuidados intermedios pues encontraron anormalidad en dos electrocardiogramas que le realizaron, en la manana de hoy le realizaron un cateterismo, el cual afortunadamente el diagnostico fue bueno, el resultado definitivo fue "EL CICLISTA ESTA BIEN" El resto de examenes TAC, radiografias y en examenes de laboratorio en general son normales.
Mil y mil gracias por el apoyo.
Luisa Fernanda Granados |
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UNA EXCELENTE PRUEBA CONTRARRELOJ

Hace rato la gente de nuestro grupo pedía a gritos que se programaran pruebas contra el reloj en terreno totalmente plano, para que los rodadores natos se pudieran lucir. No era fácil encontrar un terreno propicio para cumplir con este llamado, pues las vías planas o no están en buen estado o tienen demasiado tráfico vehicular.
Desde el año pasado habíamos oído de una contrarreloj que se viene poniendo de moda en Bogotá, utilizando el trayecto de la Autopista Norte entre la Caro y la población de Briceño, ida y regreso. Mucha gente nos la recomendó. Una vía amplia, perfectamente pavimentada y con buena berma. Entonces decidimos probar.
De la Caro hasta el puente de Briceño que sobrepasa la autopista norte hay 11 kmts en terreno llano, con algunas ligeras inclinaciones; quinientos metros más para pasar el puente y tomar el retorno a la derecha, para y tomar el carril que nos deja sobre la autopista en dirección hacia el sur. Luego de allí a La Caro son 11 kilómetros adicionales, es decir, en total 22.5 kmts.
- “Padrecito”, 22 kilómetros para una prueba de estas es mucho, bajémosle. Eso recomendaba Luis Alberto Bernal, por eso tal vez no asistió, pero lástima, hubiera podido comprobar que es un trayecto no tan complicado , que se hace en corto tiempo. Seguro, que se lo hubiera gozado.
Ayer había llovido fuerte desde casi el amanecer, pero hoy, muy temprano, cuando me asomé a la ventana sentí un gran descanso y alegría al ver el cielo semidespejado; los Dioses del ciclismo nos harán hoy un regalo, pensé, pues podremos cumplir con el objetivo, la prueba contrarreloj sin nada de montaña. A la estación de gasolina ubicada en la Caro, casi frente a la damnificada población de Chía, fueron llegando vehículos transportando a nuestros ciclistas, todos dispuestos a demostrar que el terreno llano si es lo suyo. Llegaron 24 pedalistas (), cifra que es exactamente el promedio que hemos tenido en las salidas de este año.
No pudo asistir uno de los favoritos y tal vez quien más insistió para que se programara esta competencia en plano, Eduardo Bedoya, lamentablemente hoy tenía que trabajar en Expo construcción.
A las 8 de la mañana entregamos a los jueces oficiales la lista de los potenciales asistentes con el orden de salida.
La temperatura que hasta ahora era ideal para ciclismo, pareció bajar unos grados, pues el cielo comenzaba a cambiar de azul y blanco a tonalidades de grises, del claro al oscuro. Tocó acelerar, a las 8:15 a.m. partió Sandra Sarmiento, quien inicia hoy su período de prueba, (vaya estrene sumercé), y luego cada minuto uno más hasta que los 24 participantes quedaron rodando en la autopista enfrascados en su propia lucha contra el reloj para completar los 22.5 kmts en el menor tiempo posible.
El último en partir fue Miguelito Granados. La mayoría salimos fríos y tuvimos que hacer la etapa de calentamiento sobre la marcha. Primera tarea, buscar el piñón que más se acomode al tramo inicial, uno sale con algunos de sobra y va ajustando hasta lograr el ritmo o cadencia adecuada, siempre pensando en que son 22 kilómetros y que la energía puede agotarse. En la mente teníamos ese tiempo de 28 minutos que hizo la campeona Panamericana Paola Madriñán y los 29 de Manuel Leal, como únicas referencias, pues somos primerizos en esta prueba.
Cada uno, según sus capacidades había agregado a esas referencias 3, 4, 6, 8 o más minutos para conformar su tiempo objetivo. Armando, nuestro ingeniero seguramente traía calculada la velocidad del viento, el coeficiente de rozamiento y el tiempo por kilómetro, pues es gomoso de los cálculos
Cada uno tenía además dos objetivos claros, no dejarse coger del que venía atrás y agarrar pronto al que iba por delante. Doble tensión que agregaba adrenalina a la competencia individual.
El viento era fuertecito, obligaba a manejar muy bien las relaciones pues en algunos tramos se aliaba con la pendiente imperceptible pero existente. Llegar al puente de Briceño, mitad del recorrido es lo más difícil, imposible mantener una sola velocidad, pero cada uno sudaba la gota gorda para sostener la cadencia y evitar ser superado.
A los once kilómetros aparece el anunciado puente, uno lo sube a la defensiva, pues no sabe qué tanta resistencia opondrá su pendiente a nuestras cansadas piernitas.Si conviene "desenfierrarse" un poquito, pero se pasa rápido.
Al bajarlo encontramos el giro a la derecha, la oreja que mostramos en enviado con antelación, filmado desde un vehículo. En bici es más difícil pues es una curva forzada de casi 90 grados, diría que un poco mal diseñada.
Ya el clima se había transformado y una llovizna suave nos iba refrescando. Seguro que cada cual hacía sus cálculos al completar la primera mitad. Un sobrepaso de otro competidor y la consabida frase !vamos ! , desanima; un poco, más si vemos que el número que pasa menos el nuestro da más de dos, pero qué carajo no nos estamos jugando la vida.
Ya estamos en dirección sur hacia La Caro, la llovizna se disfrazó de aguacerito y pronto la carretera se empapó. Qué vaina, el coeficiente de rozamiento que había calculado Armandito era 0.9 y seguro se incrementó en unas cuántas décimas. La fuerza no es la misma, pero hacemos lo mejor posible sabiendo que vamos hacia la meta.
No sé pero sentí que el regreso es más suave y que se logra un mejor promedio de velocidad. En la mente tenemos una ligera pendiente que hay al llegar a los silos de Almaviva, pero anima saber que al pasar ya coronamos y esta prueba pronto será historia.
Qué vaina, una carretera en dónde es fácil ver grandes grupos de ciclistas que marchan rápido y justo hoy no se ven; cuánto nos hubiera servido una pegadita y hacer el papel de patos, pero bueno...
Recibiendo el impacto en la cola del agua que desplaza la rueda trasera de la bicicleta y el duchazo en la cara aceleramos y pronto a lo lejos se percibe la pendiente de los Silos; uno solo piensa en cuántos piñones debe ceder para no colgarse mucho y se va acomodando, pero realmente no es un gran problema, pues pronto se siente que el terreno se inclina hacia abajo. Allí se aprovecha para poner a trabajar el piñón más pequeño.
Ya vemos la bandera de los jueces, esto se acabó, la explosión final, con la esperanza de que ese último esfuercito nos ayudará a mejorar el puesto en la general. Listo, final final, no va más.
Qué sensación más agradable es pasar la meta y luego desacelerar para poner pie en tierra, fue un gran reto y una excelente competencia. Qué gran diferencia con la llegada de una contrarreloj a un puerto montañoso donde uno siente que el cuerpo no da más y la meta no aparece. Acá pasa uno con arrestos.
Una experiencia más en nuestras vidas y otro reto cumplido. Todos preguntan cómo le fue?, cuánto hizo?. Uno no atina responder y si sabe el tiempo no se atreve a contar, mejor esperar al oficial que dan los jueces.

Ya en la meta, al calor de un tintico, el juez lee los tiempos, caras de felicidad, de frustración y de resignación. Pero todos contentos pues cada uno hizo su mejor esfuerzo. Gálvis estaba feliz, “comí Miguelito, papá, le saqué 1:13” decía con orgullo. Cuando se entera que Miguel le ganó, no comprende, le explican que los jueces habían dejado pasar el minuto de los que no asistieron, primero salió Gálvis, al minuto debió salir Bedoya, como este no asistió, Miguel salió a dos minutos de Gálvis. Finalmente la captó y aceptó ese honroso subcampeonato, al fin de cuentas le sacó casi minuto y medio a Jacinto.
Otro que casi no lo cree fue Pulga, le contamos que quedó de cuarto a solo 2 minutos de Miguel. Fue su recompensa, entrenó duro estos meses y gastó sus últimos cartuchos hoy; celebrará en Europa con Nobile y Camilo su hijo, pues el miércoles parten de vacaciones. Qué envidia tan verraca!!. Buen viaje amigos.
Carlos Reina, Alfredo Santacruz, Orlando Molano, Mauricio Ordóñez, Edgar Dimián Walter Camargo y Alberto Rivera analizan la clasificación y no entienden de donde salió ese odioso minuto largo que les alejó de los cinco primeros puestos.
Hugo Gutiérrez se veía contento, pues “ninguna de las peladas me ganó”. Armando frustrado pues Esthercita comió Torres. Víctor Portela pagó su viajecito a Huila, "me jodió la lechona y el doble anís compadreee".
Anilsa le ganó a dos de las cuatro “peladas” y casi le pega a Marcolino. Albertico Otálora, víctima de una reciente gripa asistió de puro valiente. Nobile le dio en la cabeza a su hermanito Nelson y Sandrita quedó satisfecha pues recién llega y sabe que ya tendrá tiempo para desquitarse, obvio si entrena duro y parejo pues las peladas no dan tregua.
Luego del tinto, el cielo decide soltar el agua no por gotas sino por baldados, se desgaja un aguacero tenaz, la niña llora pues según el IDEAM (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia) pronto partirá. Nos refugiamos en el restaurante contiguo a la bomba, para comentar los resultados que el juez leyó.

Como de costumbre Alfredo Gálvis nos divirtió con sus oportunos apuntes. Aprovechamos para cantarle el "sapo Berdy" a Esthercita que cumplió añitos ().
Los dejamos con la clasificación general para, que analicen las sorpresitas en números. De pronto tenemos que replantear la estrategia pues muchos no encontramos explicación sobre la aparición de esos sádicos minutos que nos alejaron del campeón, ¿cómo pasó si habíamos entrenado mucho?.
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