Primera y última vez que subo esa m...

vvvvvvvvvvvvvvvvCrónica del Ciclo Paseo Mayo 30 y 31 de 2009




Cuando se programó el ciclopaseo advertimos que  la subida a Icononzo, era muy dura pues son 18 kilómetros de pura y física loma. Varios la conocíamos suficientemente pues durante varios años se hacía para las despedidas.

Hasta colocamos un video de un españolete que muestra el recorrido en el último kilómetro. Es decir, se les dijo, se les repitió…
La verdad se trataba  pues de un reto  para todos.

Quienes ya habían subido hace años querían saber cómo lo harían hoy con más añitos y de pronto un poco más de entrenamiento. Otros que habíamos asistido  e incluso llegado  a la cumbre, pero  con la ayuda de los poderosos empujoncitos de los de la A, también veíamos esa subida como una misión a cumplir. De otra parte, quienes no conocían el recorrido tenían la esperanza de superar esa cuesta en el primer intento,  pues habían transitado por otras montañas con pendientes  más temibles que Icononzo.

Así pues, advertidos se inscribieron  14 ciclistas para el Ciclopaseo. Ana Niño, Esther Rueda, William Trejos, Pacho Morales, Hugo Gutiérrez, Jacinto Cuta, Edgar Dimián, Alejandro Rodríguez, Víctor Portela, Orlando Márquez, Luis E. Pulgarín, Miguel Granados y nuestros amigos ciclo montañistas William Bolaños e Ildefonso García.

Con la cuota de inscripción, previamente habíamos alquilado en Carmen de Apicalá dos bellas y acogedoras casas de recreo con todas las comodidades para estos sufridos ciclistas. Una de ellas de Hugo Gutiérrez y su esposa Albita quienes no nos cobraron, ni nosotros les insistimos en pagarles, ¿qué conchudos verdad?. La verdad sea la oportunidad para agradecerles el detalle y la gentileza para con CicloBR- Dios les pague.

El viernes 29 arribaron a Carmen 9 ciclistas. El sábado hacia las 11:30 de la mañana llegó Víctor con William Bolaños e Ildefonso  García  quienes venían de Melgar. Faltaba Pulgarín quien  venía con Miguel Granados, sabíamos que demoraba pues estaba dejando a la hija que vive en EE UU en el aeropuerto.

Como desayunamos tarde, surgió la teoría de que no era bueno almorzar y salir a montar enseguida, por lo cual le hicimos el quite al almuerzo con una Pony y un roscón.

Una vez apareció Pulga con Nobile y Miguel nos alistamos y pasada la una salimos con rumbo a Melgar. Entre Carmen y Melgar hay 12 kilómetros con un trayecto de 3 kilómetros que parece recién bombardeado. Allí  pinchó William Bolaños, pero pronto recibió apoyo y el grupo disminuyó el ritmo para esperar a  que conectara. Que detallazo no?

Unos kilómetros adelante le pedí el favor a Pachito que observara si iba pinchado de la rueda delantera pues en una bajada sentí  que bailaba. “Es la  calor que trata de derretir la manguera y esa vaina baila”  - me respondió-  Me pareció raro pero de pura bola le creí.

Pasamos el centro vacacional de Cafam y a los  2 kilómetros  y se asomó el primer kilómetro de cuesta de  los 18 de subida que nos acechaban. Hugo y Pachito estaban adelante del lote poniendo paso muy emocionados a 11 y 12. Miguel les dijo que le bajaran a 9 u 8 pues teníamos que subir despacio,  dado que aún el sol estaba picante. No le pararon bolas y entonces prefirió pasar atrás.

Allí en la cola del lote yo trataba inútilmente de sostener el paso y no entendía  por qué se me hacía tan duro si apenas comenzábamos,  hasta que Miguel descubrió que  estaba subiendo con la rueda delantera pinchada. Ahí me acordé de la mamita de Pachito.

Pailas o de malas como la piraña mueca, ni  Miguel ni yo  teníamos  manguera ni inflador y el carro acompañante acababa de pasar adelante del lote para buscarle agua fría a Esther que se quejaba de  que el líquido de su caramañola estaba caliente. Ildefonso, muy querido  paró para ayudarnos  a bajar la manguera  pero como la cosa no estaba fácil  le pedimos  que prosiguiera para que no fueran tres  los damnificados.

Miguel esperó hasta que llegó el carro, trató de  cambiar la manguera pero con  tan mala suerte que el repuesto estaba igualmente pinchado. Así que retomó camino con casi 50 minutos de retraso. Qué pena con Miguelito. Puntos para él por ese espíritu de compañerismo.

Resignado, pero curiosamente sin remordimiento, me  subí  al carro  para observar la carrera de atrás hacia adelante. Esta es la película que vi:

Mientras Miguel y yo esperábamos el carro acompañante, apenas a  un kilómetro y medio adelante ya el calor y la cuesta había cobrado sus dos primeras víctimas: Huguito y William Trejos, quienes no aguantaron el voltaje y se bajaron su bicicleta. William incluso tuvo que devolver atenciones.

Hugo se quedó a esperar el carro. William avanzó dos kilómetros más, le echó la madre a la cuesta y dio vuelta rumbo a Melgar.

Dos kilómetros adelante Anita había decidido también bajar la patita y posponer el reto para otro día. Dos kilómetros adelante Pachito recordaba sus épocas de atleta pues  había decidido que era mejor la caminata que subir en esa verraca bici y optó por acabar los choclos y subir a patica como si estuviera pagando una promesa al señor caído. Luego nos dijo que iba subiendo bien pero se bajó de pronto pues sintió que “las patas se le estaban cocinando del calor”.

Dos kilómetros más adelante la película de terror continuaba: Ildefonso quien venía a buen ritmo recogiendo gente, luego de su parada de auxilio,  se encontró a Esther y decidió acompañarla. Puntos para ese caballero, especie en vía de extinción. Esther iba haciendo de tripas corazón y con el casco en el brazo,  al ver al carro lo arrojó al piso para que lo recogiéramos.

Huy esas curvas con esas pendientes desde el carro asustaban, imagínense qué pensarían los pobres ciclistas, con ese calor tan tenaz, sin agua y sin almorzar. Bueno pero la cinta de horror seguía rodando, faltando unos 5 kilómetros vimos a un lado la bici de  Alejo y el cómodamente sentado en una tiendita tomándose una cervecita fría, para refrigerarse y seguir el camino.

A  kilómetro y medio de la meta encontramos a William Bolaños, iba a un paso regulado aprovechando su relación de montaña. Unos metros adelante Pulgarín  hacía esfuerzos por mantenerse en carrera.

Nos acordamos de Víctor Portela a quien hasta ese momento no habíamos avistado, seguro se  quedó en alguna tienda y no lo vimos, pensábamos, cuando vimos a Edgar Dimián con su bigote un poco más despelucado que de costumbre y Oh sorpresa, a lo lejos divisamos un ciclista de negro, pero con una colorida pantaloneta, para más señas en vez de casco llevaba un sombrero pescador de Colombia. No podía ser otro que Víctor, pues además su bamboleo sobre la bici es inconfundible. Lo alcanzamos y en efecto era él  en persona, nuestro Viptor que estaba haciendo historia.

Cerca al último kilómetro estaba parado Jacinto apoyado en su bici, pero extrañamente no tenía la cara de los demás, lucía descansado. Nos comentó que había tenido que parar dos veces pues la carretera se abría en ramales y el no conocía el camino. Ahora estaba esperando a  Víctor.

Como varios decidieron colocar el cuentakilómetros en función de tiempo para no atormentarse con la distancia, preguntaban a los lugareños cuánto faltaba para el alto, pero la verdad ellos no calculan la distancia en kilómetros solo saben si falta mucho, poquito o si algo está cerca. Edgar le preguntó a un señor que estaba sentado a la orilla pero quedó en las mismas pues el man estaba que volaba de la rasca. Ahh que qué?…  Huy siii. hip.

Un aviso que aparece sobre el piso indicando que faltaban 10 kmts para la meta frustró a más de uno pues calculaban que faltaba menos.

Paramos en la cumbre para ver la llegada. Pasó Jacinto quien tuvo tiempo hasta de embalar y sonreírle a la cámara. Al rato apareció Víctor parado en los pedales  trazando la señal del zorro en la carretera, pero coronó. Muy macho el Viptor.

Edgar venía cerca a  Víctor,  llegó con las últimas y apenas tuvo tiempo de apoyarse en el carro para no caer. Cuando esperábamos a Pulga  pasó primero William Bolaños. Pulgarín cruzó la meta pálido y casi deshidratado apenas hablaba,  recuperó el habla abajo casi una hora después. La alegría de saber que habían vencido la montaña parecía acelerar su recuperación.
 
Como ya era tarde bajamos  para encontrarnos con los que venían en camino. Alejo ya estaba casi a kilómetro y medio pero al vernos dio la vuelta, unos kilómetros atrás venía Ildefonso escoltando aún a Esthercita que ya venía  en  las últimas. Pese a eso quería seguir pero insistimos en que diera vuelta. Puso pie en tierra, se apoyó en el carro  y soltó una frase que seguro recordaremos por muchos años. La tomamos prestada y la utilizamos para el titular  ésta crónica.

Mientras, Miguel Granados que venía subiendo en solitario se encontró a Anita aún lado de la vía, temblorosa, la convenció de que bajaran de una. Alguien convenció a Pachito que dejara de caminar (parecía Forrest Gump) y se devolviera.

La película no terminaba arriba, pues la bajada es más larga que una semana sin huevitos. Las pendientes requieren frenar con fuerza y esa vaina cansa mucho.

En el cruce hacia Melgar, se despidieron Víctor, William Bolaños e Ildefonso quienes a propósito al día siguiente hicieron otra hazaña en compañía del campeón Vitor subieron hasta Bogotá en cicla, como parte de su preparación para la etapa Ibagué - la Línea que harán en agosto próximo.

Finalmente luego de una parada técnica y cuando la luz del sol acababa de apagarse pasaron el destapado de la vía a Carmen prácticamente por instrumentos. Entramos al conjunto, para un piscinazo, un bañito y los análisis y comentarios de rigor.

Que fue un error  salir a esa hora, que el error fue no llevar suficiente agua, que el error fue esperar a Pulga, no que lo grave fue irnos sin almuerzo. Yo particularmente creo que el gran error fue llevar bicicleta!

La verdad todos los 13 ciclistas, especialmente las damas, merecen un aplauso por el esfuerzo. Quienes no pudimos coronar lo intentaremos de nuevo  en otra oportunidad. Como dicen los alpinistas, atacaremos esa cumbre muy pronto, si Ud. amigo lector decide acompañarnos está invitado, fresco todo eso que narré fue una exageración. Créanme por favor eso es pan comido!!

Felicitaciones para los dos amigos montañistas que se han venido integrando. Esto demuestra que podemos trabajarlos grupos de ciclismo de ruta y de montaña y realizar eventos de integración. Este no será el último.

Bueno finalmente les cuento que para descansar el domingo 31 hicimos 50 kilometricos, salimos de Carmen, pasamos El Paso (15 kmts con buenos repechitos) y luego rodamos sobre un delicioso plano de 20 kmts por la doble calzada hasta a Flandes. Pastorcito Gómez oficio ese día de conductor elegido.

Al final de esa etapa nuestro reportero William Pirry Trejos filmó un video en el cual recogió las opiniones sobre la subida a Icononzo, ya decantados los ánimos. Ver video>>

Carmen de Apicalá mayo 30 y 31 de 2009.
Omárquez 

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