El "asesor de imagen" de CicloBR

Durante muchos años cuando los integrantes de CicloBR salimos a carretera, los domingos por lo general nos encontramos con un señor bajito que nos espera y parte siempre detrás del grupo. En las cuestas muestra que puede superar a algunos y en algún momento del recorrido se nos pierde y solo lo volvemos a ver al finalizar la etapa.

Siempre nos hemos preguntado cómo hace para saber qué recorrido vamos a hacer. Nuestro personaje llama la atención no solo por su baja estatura y complexión delgada, si no porque tiene un defecto en su rostro, pues tiene la quijada hendida y labio leporino. En tono de broma el abuelo Fabio Gómez lo apodó hace años “El asesor de imagen de CicloBR” y así lo conocíamos.

En tantos años en los cuales se nos pega, no habíamos tenido oportunidad de conversar con el. Su nombre es Fabio Mesa, tiene 45 años vive en el barrio la Floresta en Bogotá con su señora madre; nació en Guateque Boyacá, población ubicada a 120 kilómetros de Bogotá. Fabio tiene siete hermanos con quienes trabaja como mensajero.

El defecto en su rostro es congénito pues así nació. Lleva 20 años montando en bicicleta y se conoce absolutamente todos los recorridos posibles de la sabana que se puedan hacer en bicicleta, los cuales hace siempre en solitario. Dice que hace años hacia el recorrido Belisario la Calera hasta cinco (5) veces en un día. Uno de los circuitos más montañosos de la capital. Con frecuencia se va desde Bogotá hasta Guateque en Bicicleta.

A veces decide ir a las poblaciones de Cundinamarca, en bicicleta, se queda en un hotel y regresa al día siguiente en su bici. Todos los sábados sube al Alto de Patios y los domingos hace algún recorrido por la sabana que no rebaja de 80 kmts. Siempre anda solo y a veces se pega a algún grupo; dice que le gusta ir detrás del grupo CicloBR pues "nos distingue" hace años.

Gracias a la ayuda de sus hermanos se ha sometido a varias operaciones que le han mejorado en algo su apariencia, pero cuenta que desde que en una de esas operaciones le tocaron lo pómulos, ha perdido fuerza y se enferma con frecuencia, por lo cual su rendimiento ciclístico ya no es el mismo.

Dice que sufre del corazón, pues subiendo siente que se le acelera y a veces tiene que parar o regular el ritmo, pero que gracias al ciclismo su salud ha mejorado. Si deja de montar le duele todo el cuerpo y por las noches tiene que levantarse a hacer ejercicios con lo cual calma el dolor.

Su entrenamiento diario entre semana consiste en hacer sentadillas (hace hasta 200) y flexiones de pecho (hasta 120 seguidas). Construyó una escalera de dos peldaños en madera para hacer ejercicios y allí practica, durante horas, subiendo y bajando un pie.

Al terminar sus recorridos ciclísticos los domingos se toma cinco cervezas y luego regresa a casa. Dice que nunca lo han atracado pues su bicicleta según el es “muy barata”. Cada seis meses le coloca pacha (piñonearía) nueva pues es lo que más gasta además de tubulares.